En la competencia de planeadores están participando 52 pilotos de todo el país – Rosario, Córdoba, Esperanza, San Francisco- este año también participan competidores españoles que están como invitados. El evento comenzó el 6 y se extenderá hasta el 17 de diciembre.
Vuelo a vela es un deporte en el que los pilotos al mando de planeadores (aeronave sin motor) vuelan aprovechando las corrientes de aire ascendente (térmicas, dinámicas, ondas) para mantenerse en el aire y, si lo desea, recorrer grandes distancias.
Para conocer más sobre esta competencia,
Mirador Provincial dialogó con Nicolás Ortolano, quien participa representando al Club de Planeadores de Ceres. “Hay tres categorías que están compitiendo -estándar, combinada y libre-. Lo que divide las categorías son los distintos tipos de planeadores por envergadura, alar y rendimiento. Esto se hace para que las condiciones sean más parejas entre los planeadores. Después, de los últimos tres años de campeonato se selecciona a los menores pilotos para que participen del mundial”, detalló.
Un velero es una aeronave sin motor, por lo que siempre está descendiendo. Por eso, en todas las modalidades del vuelo a vela se buscan masas de aire ascendentes, que hagan elevarse al velero porque suben más que lo que baja de manera natural la máquina. Por ejemplo “tenemos planeadores que avanzan 45, 50 metros y caen uno”, explicó Ortolano.
Clima apropiado y técnica de vuelo Para poner el avión en vuelo se emplea el remolque por avión, “los planeadores se desenganchan a 500 metros y después por las corrientes de aire térmica comienzan a subir. Según el informe que nos brinda el servicio meteorológico se determina si se sale a volar. Por ejemplo el jueves 9 de diciembre fue un día corto porque estaba entrando una tormenta, a pesar de eso fue una jornada muy buena porque en la categoría Libre hay pilotos que hicieron 131 kilómetros por hora”, contó el piloto.
Las mejores condiciones para volar tiene muchas variables una es el frío a la noche y la otra el calor durante el día, por amplitud térmica se arman remolinos, eso es aire. “El sol calentó la tierra, por lo tanto se calienta la primera capa de aire, en un momento el aire saliente se convierte en un remolino por lo que el aire caliente sube, mientras que por los costados baja aire frío, es un intercambio de temperatura, ahí se forman las térmicas, que es con lo que volamos nosotros, normalmente suben entre 2 o 3 cuatros metros por segundo. También influye la humedad que haya en altura, esto puede provocar días de cielo celeste o días con cúmulo, estos son mucho más fáciles de volar porque tenemos la térmica baja, por eso mucho más fácil y se hacen mejores promedios de velocidad”, sostuvo Ortolano.
Clubes de planeadores de la Argentina A partir de la fundación del Club Argentino de Planeadores "Albatros" en 1930 y muy especialmente después de la visita de la Misión Alemana de Vuelo a Vela de 1934, se produjo un crecimiento explosivo en la actividad de vuelo con planeadores. A tal punto que el 29 de mayo de 1934 se creó la Sección de Vuelo sin Motor de la Dirección General de Aviación Civil.
El nuevo organismo se puso bajo la dirección de Alfredo Lorenzo Finochietti, quién reorganizó al caótico grupo de instituciones creadas antes de esta fecha y al mismo tiempo alentó la formación de nuevos clubes, al ofrecer el apoyo del estado en la forma de subvenciones y respaldo técnico.
Entre los años 1931 y 1939 fueron fundados una gran cantidad de clubes de planeadores, de ellos sólo se pueden hacer constar sus nombres, año de fundación y ubicación, no así una breve descripción de sus historias por carecer de ellas.