Carlos Retamal


En la madrugada de este jueves 23 de diciembre, un grupo de personas ingresó en un edificio ubicado en calle Tucumán al 1.400 (entre Corrientes y Paraguay) y tras reducir al guardia de seguridad, irrumpieron en oficinas ubicadas en los pisos 4º, 5º y 6º y se llevaron dinero en efectivo.

Fuentes policiales indicaron que el hecho se registró alrededor de las 3 AM, cuando el guardia de seguridad del edificio ubicado a la altura del 1.445 fue sorprendido por personas que aparecieron desde el interior del inmueble.

El encargado de seguridad del edificio señaló que el guardia fue reducido y maniatado. Se presume que los ladrones ingresaron en un auto y que algunos de ellos lo hicieron escondidos en un baúl.

Tras tapar la cara del guardia y dejarlo atado, subieron y forzaron puertas de oficinas ubicadas en los pisos 4, 5 y 6, de donde sacaron dinero en efectivo, ya que dejaron televisores y notebooks, entre otros elementos que podrían haber cargado rápidamente.

El escruche duró más o menos 30 minutos y se interrumpió cuando sonó una alarma. Igualmente, llama la atención que en cada caso, los autores de los atracos no entran a todas las oficinas, sino que buscan lugares donde hay dinero en efectivo, lo que habla de un trabajo de investigación previo, que por el momento dio sus frutos.

Ocho escruches en menos de nueve meses
No se sabe si la banda es la misma, pero en 2021 se han registrado otros siete hechos similares (con el de este jueves son ocho), en distintos edificios de la zona céntrica, donde los escruchantes ingresaron durante la noche o madrugada sin forzar puertas, en algunos casos reducen a empleados de seguridad y cometen los atracos en lugares puntuales, de donde se llevan dinero en efectivo y otros valores en papel (por ejemplo, cheques).

El primero se registró el 15 de marzo en una financiera ubicada en el primer piso de un edificio de Mitre al 800 (frente a la sede de Rosario Central), donde al menos tres personas se llevaron 60 mil dólares tras violentar la caja fuerte del lugar.

Esa misma madrugada, una inmobiliaria ubicada en inmediaciones de bulevar Oroño y Catamarca también fue visitada por escruchantes. En este caso, primero entraron a una oficina lindera y luego de realizar un boquete, fueron hasta el lugar donde había varias cajas de seguridad, de donde se llevaron alrededor de 18 mil dólares y un millón de pesos.

Nueve días después, el 24 de marzo, el escruche se realizó en el edificio Marea, de Santa Fe al 1.700, donde hay varios estudios jurídicos, inmobiliarias y escribanías, y se llevaron dinero en efectivo (se habló en su momento de alrededor de 400 mil pesos).

El 22 de junio el lugar elegido fue el edificio Hermes II, ubicado en peatonal Córdoba 1.314, en el cual hay escribanías, consultorios de psicología y bufetes de abogados. Los lugares visitados fueron oficinas de los pisos 2, 4, 8 y 9, de donde se llevaron alrededor de $ 2 millones. En ese lugar, utilizaron un soplete ya que debieron violentar varias cajas fuertes.

Un mes después, el 23 de julio, el escruche se llevó a cabo en 15 oficinas ubicadas en dos pisos del edificio y galería San Miguel, ubicado en San Luis al 1.600. En este caso, un grupo de personas fue hasta los pisos 4, 5 y 6 y se llevaron dinero. En su momento se habló de $ 650 mil y algo de dólares y euros. Entraron al lugar por la cochera del edificio, que no es abierta al público. En este caso, además de robar las oficinas, los escruchantes tuvieron tiempo de bajar hasta el subsuelo y comer y tomar algo en el bar ubicado en ese lugar.

El 26 de agosto, el edificio elegido fue el de peatonal Córdoba 1.253. En ese lugar fueron violentadas unas 20 oficinas. Se presume que ingresaron por un edificio lindero y estuvieron trabajando casi toda la noche. Al igual que en otros sitios, dejaron elementos de valor y solamente se llevaron dinero en efectivo.

Finalmente, en la madrugada del 26 de noviembre pasado, varias personas ingresaron al edificio de oficinas Hermes I, de peatonal Córdoba 1.365, de donde se llevaron dinero en efectivo y también algo de joyas que encontraron en alguno de los lugares escruchados. Los investigadores hablaban de entre 12 y 15 oficinas. En esa oportunidad, dejaron abandonadas barretas, amoladoras y hasta un rotomartillo (que se usa para taladrar).