Ignacio Pueyo
El electricista está realizando su trabajo como todos los días en una casa de familia. Mientras verifica algunos cables gira su cabeza y puede ver directamente al patio. Allí un pequeño juega con una pelota de fútbol. Al parecer el niño tiene talento con la redonda en sus pies.
—¿No juega en ningún club este chico? —No, recién llegamos, nos mudamos hace poco— responde el padre de familia.
Así, con ese simple diálogo, comenzó la carrera de Adrián Bastía en la ciudad de San Lorenzo. Su primer club fue Defensores de Barrio Vila, histórica institución de la Liga Sanlorencina. Luego pasó por Remedios de Escalada y por el club Municipalidad de San Lorenzo.
Fue una carrera llena de éxitos, comenzando con el ansiado en título de 2001 en Racing después de que La Academia no pudiera dar la vuelta por 35 años en el fútbol local. Pero esa carrera podría haber quedado trunca, porque a sus 15 años Bastía tenía decidido dejar de jugar al fútbol. “Había dejado el fútbol, no quería jugar más. Típico de esa edad, que empezaba a salir con mis amigos, no quería jugar más”, cuenta el futbolista una calurosa tarde de verano detrás del teléfono desde Serodino.
Sin embargo, su cuñado de ese entonces, y quien hoy es uno de sus mejores amigos, lo convenció para que vaya a jugar con él. A los 15 años ya estaba debutando en primera de liga en Municipalidad de San Lorenzo.
—¿Cómo pasás después a Racing? —Me fui a probar con Alejo Medina a Rosario. Alejo Medina que jugó en Central, en Colón, y llevaba jugadores a todos lados. Me fui a probar con mis amigos. Quedé yo con un amigo, pero después él no quiso ir más porque empezó a trabajar. Yo empecé a ir y nos llevaron a Buenos Aires. Alejo tenía muchos contactos, así que empezamos a ir a algunas pruebas, fuimos a Platense, y en una de esas pruebas fuimos a Racing y quedé. Ahí comenzó mi sueño y mi ilusión. Recuerdo que uno de los primeros entrenamientos hicimos fútbol en la cancha de Racing. Fue un shock tremendo, entrar a la cancha de Racing y ver semejante estadio. Uno se ilusionaba tanto con poder jugar en primera. Después de ese entrenamiento nos dijeron que habíamos quedado, que teníamos que ir tal día. Ahí comenzó una ilusión.
Después del campeonato logrado con Racing llegaron las etapas de Bastía en España, Grecia, Rusia, Estudiantes, Colón y Atlético de Rafaela, jugando más de 500 partidos en primera división.
Un polaco en Serodino La relación entre Bastía y Serodino no es algo actual, sino que viene construyéndose desde hace muchos años, desde que vivía en San Lorenzo. “En realidad mi relación con Serodino nace por intermedio de unos amigos que conocí cuando tenía 19 o 20 años. Empecé a venir al pueblo, yo vivía en la ciudad de San Lorenzo, donde hice todo lo que es el fútbol infantil. Y conocí a mi señora. Esa es la realidad, mi mujer es de Serodino. Gracias a ella después me radiqué acá con mi familia y con mis hijos. Hoy por hoy tengo a mis padres acá en Serodino, mis hijos se criaron acá después del paso mío por Grecia” cuenta Bastía.
Otro de los pilares en la relación entre Bastía y el club es Fabián “Chori” Zanatta, amigo de futbolista y presidente de Belgrano hasta su fallecimiento en noviembre de 2020. Zanatta, de apenas 34 años, también era futbolista de la institución, y dejó un legado muy grande en Serodino y en toda la zona.
Tan fuerte es la relación entre la familia Bastía y Serodino que, en 2011, cuando volvieron de Grecia por la contratación del “Polaco” en Colón, decidieron radicarse en el pueblo. “Cuando jugué en Rafaela y en Colón yo ya vivía acá en Serodino, entonces viajaba todos los días. 120 kilómetros a Santa Fe y 200 a Rafaela tenía. Todos los días, desde los 33 hasta los 40 que me retiré, fui todos los días tanto a Santa Fe como a Rafaela. La verdad que me sentía bien, en el sentido que, al no vivir en Santa Fe, la locura de todos los días, con la gente, es intenso. Entonces lo tomaba como algo terapéutico al auto, pensaba, me hacía bien. Lo viví muy bien, físicamente no lo sentía, que era lo que todos me decían. Por ahí me quedaba en Rafaela, íbamos con la familia, nos quedábamos en un hotel. La pasé muy lindo, fueron ocho o nueve años muy lindos, en las dos instituciones” cuenta el jugador, que se retiró del fútbol profesional a inicios de 2019.
—¿Cómo fue la transición del fútbol profesional a jugar en Belgrano de Serodino? —Yo me retiré en marzo, abril, en Colón. En junio se abrieron dos cupos para incorporar jugadores y vino Fabián a casa, estuvimos hablando, y me dijo que le gustaba la idea de que yo juegue esos seis meses en Belgrano. Lo hablé con mi familia, yo me había retirado hacía poquito. Yo todo lo que hago me gusta hacerlo con responsabilidad, con seriedad, y yo le dije, “Fabi, vamos a empezar de local, porque yo recién me retiré, quiero empezar de a poquito”, y después terminé jugando todos los partidos porque me enganché, estuvo bueno. Es una liga súper competitiva, donde se puede jugar al fútbol, y uno va a jugar al fútbol, y no a pegar. Me saco el sombrero con todos los rivales, con los compañeros. Se hizo una liga recontra linda, muy sana; obviamente tiene sus cosas, pero dentro de todo, en todos los partidos se trata de jugar al fútbol. Así que terminé esos seis meses jugando la liga, y me gustó mucho.
Pero después llegó la pandemia, en 2020 ninguna de las ligas de la provincia pudo completar sus certámenes oficiales, por lo que la actividad de Adrián Bastía en Belgrano también se vio interrumpida. Con la llegada del 2021, poco a poco los certámenes volvieron a iniciarse, y desde la primera división del club volvieron a posar sus ojos en quien ya era el presidente de la institución.
Belgrano cayó en una de las semifinales del torneo ante Defensores de Centeno, quien luego fue el campeón del certamen. Bastía no venía jugando, pero lo invitaron a volver a integrar el plantel, y se entrenó tres meses para esa semifinal. Sin embargo, la vuelta del “Polaco” no era la única sorpresa que tendría el partido.
“Lo llamé a Eduardo Domínguez, a ver si podía venir a compartir ese domingo con nosotros, algo distinto, algo de fútbol chacarero. Y a Eduardo le encantó la idea, y apareció ese domingo acá en casa. Hicimos un almuerzo acá, estuvo él presente, la verdad que fue un domingo de puras emociones. Tener al técnico campeón del fútbol argentino comiendo con nosotros en la mesa con los chicos, la verdad que Eduardo se pasó. Yo lo conozco a él y sé cómo es, pero por ahí los chicos que no lo conocían, tener semejante gesto con nosotros, los hizo tan felices a los chicos” cuenta Bastía.
Esa fue una experiencia sumamente movilizante para todos los jugadores de Belgrano, que incluso compartieron vestuario durante la charla técnica junto a Eduardo Domínguez. El resultado deportivo y la eliminación son anecdóticos, por lo que esta oportunidad dejó muchas ganas de seguir adelante.
Por otra parte, Bastía también habló de cómo es ser presidente de una institución. Para alguien que fue jugador toda su vida volver a calzarse los botines tal vez no fue tan difícil; pero sentarse en el sillón de mandamás es algo completamente nuevo. “Y ser presidente la verdad que es raro, porque es una institución de pueblo. Uno lo toma con la seriedad con la que afrontó siempre todos los desafíos, y la idea es hacer crecer al club. Uno trata que las conexiones y los contactos que uno tiene puedan darle a la institución cada vez un poco más, embellecerla un poco más, seguir toda la ideología que tenía Fabián. Seguir con eso, seguir creciendo como comunidad, pensando que la gente tiene que ayudar e ir a compartir su club, porque el club es de los socios. Es seguir con eso, el club es de ellos, y hay que ayudar, crecer, compartir, volver a como era antes, que la gente se juntaba en el club a comer un asado, ir a ver los partidos. Que socialmente entendamos que de esa manera es como se sale, y no con el odio, la bronca, la rivalidad” relata Bastía.
El titular del club también destacó el buen trabajo que se está realizando en la Liga Totorense y en las distintas instituciones que la componen, con remodelación de instalaciones, tribunas y vestuarios. “Hay instituciones que hicieron unos vestuarios mucho mejor que los que he compartido yo en primera división. Increíble, unas instalaciones que han crecido mucho en los últimos años. Por eso mismo digo que la liga en ese sentido está muy fuerte, los clubes están creciendo”, detalla.
Por último, el presidente y jugador destacó algo que marcará la temporada 2022 de la Liga Totorense: por primera vez en más de medio siglo volverá a haber clásico en Serodino. “Gracias a Dios vamos a tener clásico en el pueblo después de 65 años. Va a volver el clásico, porque los vecinos de Boca de Serodino este año van a entrar en la Totorense. Hacía 65 años que no entraban. Entonces va a volver el clásico. Así que bueno, va a ser un año especial también. Están todos entusiasmados, con ganas” explica el “Polaco”.