Diego Montejo
La delegación oficial de la provincia de Santa Fe se presentó este jueves por la noche en el Festival de Cosquín con una puesta en escena que incluyó la reivindicación del chamamé santafesino y un homenaje al compositor, músico y pianista Ariel Ramírez.
La provincia regresó al escenario Atahualpa Yupanqui tras un impasse, en primera medida por el cambio de gestión en 2019 y luego por la aparición de la pandemia que impidió incluso la realización del festival de manera presencial.
En una de las noches más frías desde el comienzo del festival, los artistas santafesinos salieron a escena para desarrollar su concepto artístico en un tiempo estimado de 20 minutos. Bailarines, cantantes y músicos, lograron trasladar al público presente en la plaza ese vínculo trasversal que el territorio santafesino mantiene con la música chamamecera, reflejando los cuatro puntos cardinales de la provincia: el norte y su relación marcada a fuego por la Forestal, el centro con la ciudad de Santa Fe como eje, reflejada en la obra de Ariel Ramírez y el sur como provincial, centro receptor y segunda patria del chamamé con asiento en ciudad de Rosario y Villa Gobernador Gálvez.
“El chamamé cerrará heridas”, dijo como parte de su recitado Diego Zalazar para dar pie al comienzo con Monchito Merlo que junto a sus músicos llenó de fervor a la plaza, interpretando clásicos de su repertorio como Llegando a San Javier y Jineteando en Tostado. Cada una de estas canciones fue acompañada por imágenes en las pantallas gigantes y una pareja de baile tradicional a la que después se le sumó toda la compañía de danzas, la cual lució trajes contemporáneos, de colores pasteles y telas naturales.
Después fue el turno del eximio pianista de la localidad de Fuentes, Joel Tortul que junto con la banda estable integrada por Mariano Peresón en teclados, Mauricio Renaut en percusión, Martín Tessa en guitarra, Emanuel Gómez y Carlos Langoni en acordeón y Gonzalo Ross Vela en bajo dieron un sentido homenaje al pianista, arreglador y compositor Ariel Ramírez, en celebración de los 100 años de su natalicio. Los inundados fue el primer tema elegido, dónde además intervinieron los cantantes Diego Zalazar, Daniela Massaro, Patricia Gómez, Patricia Duré y Diego Zabala, logrando una interpretación destacada para luego culminar con Paisano santafesino.
El final de la presentación fue con un clásico de Jorge Fandermole. Oración del remanso sonó en la plaza Próspero Molina y trajo una bocanada de río a los presentes en una muestra del trabajo de los hombres y mujeres que habitan este espacio, hoy vapuleado por la sequía, las quemas y el extrativismo que está poniendo en jaque la biodiversidad del humedal.
Tras la actuación, en conferencia de prensa, el coreógrafo Renzo Cremona aseguró que la declaración de la Unesco del chamamé como patrimonio de la humanidad hizo que trascendieran las fronteras del género y Santa Fe no es ajeno a eso ya que le hizo aportes maravillosos, desde la composición, la interpretación y la poesía.
“El chamamé es La Forestal, el río, es la historia de la gente del agua, la fuerte presencia del Jaukanigas, es la bailanta y la calle. Son los vecinos, va más allá de la música todo eso tiene que ver con nosotros”, aportó luego la cantante de Reconquista Patricia Gómez.
Por su parte, el subsecretario de Gestión Cultural, Jorge Pavarin, sostuvo que con esta delegación se apostó a una mirada integradora, admitiendo las diferencias, pero no las desigualdades. “La intención nuestra siempre es expresar la territorialidad, en el caso de esta delegación, tenía toda una connotación especial porque era la vuelta de la provincia al festival”, señaló.
Este trabajo comenzó a gestarse hace cuatro meses y la dirección de programación artística estuvo a cargo de Claudio Cherep, responsable de la producción general. Desde ese lugar se confió la dirección del proyecto al maestro Renzo Cremona, oriundo de Las Toscas, asistido por la bailarina de Firmat Alejandra Bustos. El vestuario estuvo a cargo de Ramiro Sorrequieta y los arreglos musicales de Iván Tarabelli.
En el escenario participaron 35 bailarines acompañados por las voces de Patricia Gómez, Daniela Massaro, Patricia Duré, Diego Zabala y el maestro “Monchito” Merlo con su conjunto. Además de los reconocidos músicos Joel Tortul, Mariano Peresón, Mauricio Renaut, Martín Tessa, Emanuel Gómez, Carlos Langoni y Gonzalo Ross. Asistencia de coreografía y maestros preparadores: Fernando Vera, Jaquelina Saucedo, German Moreno. El guion le pertenece a la escritora Alicia Barberis y la locución estuvo a cargo de Diego Zalazar.
La nómina de bailarines fue seleccionada oportunamente por el jurado que formó parte del festival Santa Fe Danza. Noelia Giuliani, Lucía Cimino, Florencia Costa, Brenda Napoleoni, Micaela González, Oriana Tomadin, Gisel Badero, Jacqueline Duflos, Débora Delsin, Dalma Acosta, Lara Acosta, Lucía Rojas, Florencia Vargas, Gimena Strina, Yanina Romero, Araceli Merlo, Camila Parrondo, Alejo Noguera, Daniel Mansilla, Leandro Menna, Maximiliano Saavedra, Matías Bosio, Benjamín Galarza, Juan Cruz Raffin, Fernando Martínez, Lautaro Gaiteri, Matías Forconi, Juan José Giménez, Milton Alderete, Enzo Martínez, Atahualpa Benítez, Wilson Asencio y Julián Asencio fueron los representantes en la danza.
Soledad y Pedro Aznar lo mejor de la noche Como primer número Pedro Aznar subió al escenario Atahualpa Yupanqui para deleitar al público con su capacidad infinita de transmitir mediante sus canciones. Recorriendo parte de su repertorio y sumando canciones de su último trabajo, Flor y Raíz, tuvo momentos intimistas y otros en banda, tocando entre otros temas la Zamba del Carnaval de Gustavo Cuchi Leguizamón, dónde despertó un aplauso cerrado de la platea, para después interpretar bagualas en canto con caja, dónde hizo participar al público.
Cerca de las 1.30, Soledad llegó al escenario Atahualpa Yupanqui, la santafesina inició su show con parte de su repertorio más reciente, enfocado en el disco Parte de mí, que presentó en 2020. Tras ellos invitó al público a sumarse con un código QR para elegir las canciones que le seguían. Hubo cambio de vestuario y escenografía y la canción más votada fue el vals Que nadie sepa mi sufrir, la segunda fue Vivir es hoy que ofrendó a tres de sus fans que fallecieron de coronavirus durante la pandemia.
Después de dedicarle A la abuela Emilia, tema de Teresa Parodi, a todos los abuelos presentes, Pastorutti hizo una selección de zambas clásicas, como Guitarrero y Piel Morena. A partir de La Valeria, se sucedió una selección de cumbias (Se me ha perdido el corazón, La Suavecita de Los Palmeras y Cómo te voy a olvidar). El final tras la intervención de los locutores fue con Lejos de ti, El bahiano y Tren del cielo.
Las otras propuestas de la grilla Gaucha, el tercer álbum de estudio de Mavi Díaz & Las Folkies (Mavi Díaz, en voz; Silvana Albano, en piano, coros y dirección musical; Pampi Torre, en guitarra y coros; y Martina Ulrich, en percusión y coros), fue el eje de la presentación. El volvedor, un homenaje al flamenco con Lamento de chacarera y Guacha, canción dedicada a todas las mujeres, heroínas cotidianas, fueron las que se destacaron.
Otro de los números artísticos estuvo representado por Ceibo, grupo con base en la ciudad de Cosquín, que cantó la Zamba del cantor enamorado a capella buscando la complicidad del público local que también suele asistir a la plaza. Interesante fue también la participación del ganador del Pre Cosquín como solista vocal, Luciano Ciganda, quien fue apañado por la platea y de esta forma podría asomarse como revelación del festival. Otro de los premiados en el Pre 2022 que tuvo su intervención esta noche fue el conjunto de malambo Juan Moreira, también muy bien recibidos por el público.
El final estuvo a cargo del Destino San Javier que, entre sus novedades, invitó a la cantante Ángela Leiva para cantar Bailando Contigo, éxito que cosecha miles de reproducciones en las plataformas digitales. Además, no faltaron los clásicos que supieron hacer famosos sus antecesores del Trío San Javier.