Lo dijo Gastón Cabrera (36) después que tres delincuentes lo llevaran por la fuerza y pidieran un rescata en dólares. Al cabo de una horas el hombre fue encontrado maniatado y amordazado dentro de su automóvil en el acceso a Villa Oculta.
La mañana del martes 22 de febrero de 2022 quedará grabada para siempre en la memoria de Gastón Cabrera (36). Es que fue en esta jornada cuando más de cerca sintió el frío aliento de la muerte.
Todo comenzó unos minutos antes de las 7, en la esquina de Laprida y Maipú (corazón de barrio Siete Jefes) en momentos que el mencionado se disponía salir hacia su trabajo en el ministerio de Salud.
El hombre se encontraba sentado en el interior de su Peugeot 307, color negro, a la espera que salga su esposa a quien también tenía que llevar a su trabajo. El destino quiso que solo por una cuestión de minutos la mujer se salvara de no ser incluida en la pesadilla.
Pero mientras el hombre esperaba sentado a bordo del auto, tres sujetos aparecieron caminando con paso decidido en dirección a donde estaba estacionado el coche.
Quizás intuyendo lo peor Gastón se bajó del auto e intentó alguna maniobra. De nada sirvió. Lo que siguió fue un breve forcejeo con los recién llegados que a los empujones lo introdujeron en la parte trasera del Peugeot.
Luego el automóvil salió con marcha normal por calle Maipú en dirección hacia el oeste, donde se le perdió el rastro.
Durante la mañana personal de la AIC tomó contacto con familiares de la víctima y entrevistó a vecinos de Laprida y Maipú, en la zona donde se produjo el secuestro.Foto: Flavio Raina.
Tensión y angustia
La dramática secuencia del secuestro fue advertida por la esposa de Gastón que de inmediato dio el aviso a la policía.
Poco después llegaron al lugar agentes de la seccional 3ra. (corresponde por jurisdicción), como así personal de la Agencia de Investigación Criminal que tomaron contacto con familiares de la víctima, como así también con vecinos del lugar que fueron entrevistados.
Como es lógico suponer a medida que pasaban los minutos crecía la desesperación por la falta de noticias en cuanto a la suerte corrida por el hombre.
El primer dato relevante surgió una hora después del hecho cuando una voz anónima se comunicó de manera telefónica con la familia Cabrera para dejar un mensaje macabro. Si querían volver a ver a Gastón con vida, debían entregar 200 mil dólares.
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A partir entonces hubo nuevas comunicaciones con la esposa de Gastón, donde los secuestradores impartieron algunas directivas, sobre el lugar y la forma en que debían dejar el dinero.
En este contexto se pactó una entrega a realizarse en un descampado, en cercanías de la Estación Belgrano.
Y fue en esta parte que el papel de los sabuesos de la AIC jugaron un rol crucial. Es que cuando uno de los captores se hizo presente en el lugar con la intención de cobrar el dinero, los policías lo atraparon.
Así las cosas el reloj ahora marcó a favor de los investigadores que, apoyados en la captura de uno de los maleantes, comenzó a cerrar los caminos.
La buena noticia llegó cerca de las 11 de la mañana y se produjo en En Naciones Unidas Suipacha, esto es en la zona conocida como "El Triángulo", en el acceso a Villa Oculta. En este lugar fue encontrado Gastón; que estaba amordazado y maniatado en el interior de su Peugeot 307.
Foto: Flavio Raina.
"Me apuntaban a la cabeza"
"Pensé que me mataban... todo el tiempo me estuvieron apuntando a la cabeza con pistolas 9 milímetros", fue la reflexión que Gastón hizo ante su padre Andrés, minutos después de ser liberado.
En diálogo con El Litoral, el padre de la víctima sostuvo que "fueron horas muy feas, donde hubo que luchar mucho para no dejarse ganar por la desesperación. En momentos todo se cargó de dramatismo porque no sabíamos en qué podía terminar".
El hombre se mostró sumamente agradecido con la intervención de todo el personal policial. "Cuando tengo alguna crítica la hago saber. Pero en este caso quiero dejar en claro el gran trabajo que hizo la policía. Fueron muy profesionales y resolutivos. Brindaron contención a la familia, atraparon a los delincuentes y lograron que mi hijo esté sano y salvo", sentenció.