Santafesinos por el mundo

Felipe Cadenazzi habla en coreano

 


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Ignacio Pueyo


19.000 kilómetros separan Arroyo Aguiar de Seúl, la capital de Corea del Sur. Las distancias muchas veces nos separan, pero en otros casos nos unen. En el caso del deporte, una gran distancia puede representar también una gran oportunidad; tal vez una de esas que no se dan todos los días.

En la pequeña localidad santafesina de Arroyo Aguiar nació hace 30 años Felipe Cadenazzi, delantero de último paso por Alvarado de Mar del Plata. Sus comienzos fueron en el pueblo, y en clubes de la zona, para luego pasar por Atlético de Rafaela y Corinthians Santa Fe, institución que nació como Santa Fe Fútbol Club, y que luego fue filial del histórico club brasileño. A partir de allí, su carrera fue en ascenso, con sus pasos por Atlético Paraná, Quilmes, y su última etapa por Alvarado de Mar del Plata.

A fines de 2021, cuando el torneo de Primera Nacional finalizaba, se le presentó la posibilidad de ir a jugar a un destino sumamente exótico para cualquier futbolista: Corea del Sur, puntualmente al Seúl E-Land, equipo de la segunda división de ese país.

—¿Cómo se dio esta posibilidad de poder ir a jugar a Corea del Sur?

—Hubo gente de este equipo que fue a buscar jugadores allá, por pedido del técnico. Fueron a ver algunos equipos con información que ya tenían, con algunos datos. Fueron a verme a mí a un partido que jugamos, creo que la última fecha. Les gusté, y de ahí en adelante comenzamos con la negociación, avanzamos y ahora estamos acá.

—¿Qué fue lo primero que pensaste cuando surgió?
—No, no quería saber nada. Al principio dije que no, muy lejos. Después fue pasando el tiempo, lo pensé mejor, lo fui masticando un poco, y le di para adelante, porque era algo bueno para mí, mi carrera, mi familia. Entonces lo empecé a ver con buenos ojos y le di para adelante.

El Seúl E-Land es un club muy joven del fútbol coreano. La institución fue fundada en el año 2014 y es propiedad del E-Land Group, un gran conglomerado de empresas que van desde restaurantes y hoteles, hasta parques temáticos.

—¿Cómo es el club en el que estás?
—La verdad que es un club muy lindo, muy ordenado. Es como un club de primera división de cualquier país. Además es nuevo, entonces la verdad que está todo muy lindo. En ese sentido también estoy contento porque me atendieron de maravillas desde que llegué, te brindan todo. Por ese lado estoy tranquilo, porque fue lo que se había hablado desde un principio. Uno lo piensa desde la comodidad del hogar y es sumamente difícil imaginarse en un sitio que tiene un horario con tanta diferencia, en donde el idioma es completamente distinto, al igual que las costumbres y la vida cotidiana.

“Lleva su tiempo adaptarse desde que llegás, porque incluso el hecho de las 12 horas de diferencia cuando llegás es todo un cambio. Después las horas de las comidas, los horarios de los entrenamientos, son todos muy diferentes. Pero te vas adaptando con el correr de los días. Lo que más me costó al principio fue el hecho de cenar a las seis de la tarde, que ahora también me cuesta, pero una vez que le agarras la mano está bien”, contó Cadenazzi.

Además, otra de las primeras preguntas fue sobre la comunicación ante sus compañeros y en el día a día: “Es muy difícil intentar dialogar en coreano, es difícil identificar las palabras cuando hablan, cuando pronuncian. No sabés cuándo termina la palabra, cuando empieza, o si es una sola palabra larga. Gracias a Dios yo a la hora de los entrenamientos tengo un traductor que me facilita todo. Cada indicación que me quieren dar a mí se la dicen al traductor, que me la pasa a mí. Pero después, en el día a día, por ejemplo hoy fuimos al súper, me tocó comprar un pedacito de carne y me hacían preguntas y yo no sabía qué decir. Se hace difícil cuando no estoy con el traductor.” Más allá de este tipo de situaciones, lo bueno es que el jugador se encuentra en el equipo con otro futbolista argentino, el mendocino Mauricio Asenjo, que militó en Banfield y Nueva Chicago, entre otros clubes.

Debut con gol
Cadenazzi debió realizar 10 días de cuarentena una vez que llegó al país asiático, y luego de cumplido ese tiempo, pudo empezar a entrenar, pero por su cuenta, debido a que llegó el año nuevo coreano, donde durante unos cinco días el país prácticamente se paraliza. Después llegó el momento de sumarse al grupo, que estaba realizando la pretemporada en una isla cercana.

Con todas estas idas y vueltas, llegó el momento del debut: El Seúl enfrentó al Gyeongnam en condición de visitante el domingo 20 de febrero. A Cadenazzi le tocó comenzar la temporada en el banco de suplentes. Sin embargo, en el segundo tiempo, y con la camiseta número 9, hizo su debut oficial en el fútbol coreano. A los 31 minutos del complemento, llegó un córner por la izquierda para el Seúl, que fue jugado rápido con un centro al medio del área; allí apareció para elevarse en soledad el ingresado Felipe Cadenazzi, que con un gran cabezazo envió la pelota al segundo palo para poner el 1 a 0 definitivo que le dio la victoria a su equipo. El esfuerzo comenzaba a dar sus frutos para el de Arroyo Aguiar.

“Fue un partido medio trabado, luchado, por ahí la cancha no ayudaba mucho porque el invierno es muy crudo, y eso no ayuda a las canchas. El primer tiempo fue medio feo, trabado, con situaciones para los dos equipos, pero ninguno pudo abrir el partido. Después me tocó entrar, tuve una chance y fue adentro, así que contento por eso” explicó el delantero acerca del partido.

—Llegaste hace poco, pero ¿cómo es tu primera impresión del fútbol coreano?
—La verdad que me sorprendió, yo llegaba con una expectativa que no era alta a nivel futbolístico, y la verdad que después con el día a día, en los entrenamientos, ver a mis compañeros, las cualidades técnicas que tienen, me sorprendieron. Por ahí ellos juegan de una forma mucho más acelerada, y eso hace que cometan más errores. Pero después individualmente son muy buenos, tienen mucha técnica, son rápidos. La diferencia con Argentina es que juegan a un ritmo muy rápido, y eso hace que pierdan la pelota fácil. Pero es debido a esa aceleración que tienen, y que creo que viene desde su interior. Son así acelerados al caminar, para todo. Tienen un ritmo diferente al mío, al santafesino.

Las raíces
Felipe Cadenazzi es un futbolista surgido y nacido netamente de la cantera del fútbol santafesino, no solo de la ciudad, sino de las ligas regionales que componen la zona.

—¿Qué cosas que mamaste del fútbol santafesino te acompañan hasta hoy?
—Yo creo que todo, porque yo hice todas las inferiores en Santa Fe. Arranqué de chiquito en mi pueblo, en Arroyo Aguiar, empecé de chico ahí. Después me fui a diferentes pueblos de la zona, de más grande me fui a Atlético de Rafaela, también ahí en la zona. Después cuando llegué a Santa Fe ya era grande, tenía 21, 22 años. Hasta esa edad los chicos absorben todo tipo de aprendizajes, y es lo que los lleva después a desarrollarse como futbolistas. Entonces yo creo que todo lo mío relacionado al fútbol fue gracias a los equipos por los que pasé por Santa Fe.

Por otra parte, el futbolista mantiene a su familia todavía aquí en Argentina. De hecho, en algunos días su novia y su perro viajarán para vivir en Corea junto a él, mientras que su hijo seguirá viviendo aquí en nuestro país.

Por último, la pregunta pasó por los objetivos y las metas que de aquí en adelante se propone el delantero en su carrera futbolística: “Lo único que me pongo en la cabeza es jugar la mayor cantidad de partidos y hacer la mayor cantidad de goles posibles; y en base a eso ver lo que llega. No me pongo metas, porque también es auto presionarse para cumplirlas. Entonces me esfuerzo al 100 siempre, y trato de darle todo al fútbol, pero también dejo que me sorprenda el día a día, que me sorprendan las nuevas oportunidades que tenga en adelante. Si es acá, bienvenido sea; si es en Argentina, también. Quiero jugar un par de años más y después volver a mi pueblo, estar con mi gente, con mis amigos, con la gente que más quiero. Estoy tranquilo y por eso no me pongo objetivos ni metas a largo plazo”.



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