Gisela Mesa redaccion@miradorprovincial.com
Las mujeres llevan décadas y décadas luchando por el cambio social, por los puestos laborales, contra la violencia de género, entre otros tantos puntos. Existe una fecha en que las jóvenes son protagonistas, se pintan de violeta y se reúnen con un único fin: ser escuchadas. Ese día es el 8M, donde se conmemora el Día Internacional de la Mujer, que recuerda a las mártires de una textil en Nueva York que se quemó con ellas adentro, ya que sus dueños las habían dejado encerradas. Del mismo modo trae a la memoria el grito de las primeras manifestaciones de mujeres que bregaron por sus derechos.
Un puñado de nombres se vienen a la cabeza cuando pensamos en mujeres que hicieron historia: Lola Mora, Juana Azurduy, Eva Duarte, Olga Cossettini, María Catalina Echevarría de Vidal, etc. Argentina fue testigo de la "oleada verde" de un movimiento feminista que luchó por la derogación de la Ley N° 27.610, la cual finalmente ocurrió el 30 de diciembre de 2020, y el establecimiento del aborto inducido legal y gratuito. Esto vale para los casos ya habilitados desde 1921, como el aborto terapéutico o a partir de embarazo producido por violación, o en todos los demás casos cuando la gestación no supere la semana catorce.
Mirador Provincial analizó el contexto de la mujer en la actualidad desde diferentes perspectivas. Tres especialistas en género expresan sus opiniones sobre el movimiento feminista, la violencia hacia la mujer y el rol del Estado en estos aspectos.
María de los Ángeles González, más conocida como "Chiqui" González: política, gestora cultural, abogada;, directora teatral, dramaturga, docente universitaria argentina.
Elvira Scalona, licenciada y profesora en Historia (UNR); diplomada en enseñanza de las Ciencias Sociales (Flacso); docente de la Facultad de Humanidades y Artes, Militante feminista y activista por la Educación Sexual Integral.
Luciana Sosa: politóloga y capacitadora en Ley Micaela.
Las mártires de 1908 -¿Que paso el 8 de marzo de 1908? Elvira Scalona: -El 8 de marzo de 1908, 129 mujeres murieron en un incendio provocado por los patrones en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos. Las obreras se declararon en huelga con permanencia en su lugar de trabajo. Los reclamos eran por reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los obreros varones que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían. Más allá de la centralidad de este suceso puntual, me gustaría señalar, como afirma la historiadora feminista Valeria Pitta, que fueron numerosas las huelgas protagonizadas por mujeres en la misma época a lo largo y ancho del mundo, incluido nuestro país. Lamentablemente las mujeres hemos sido históricamente invisibilizadas y silenciadas por lo cual se conoce poco de esta participación. La historiadora mencionada, señala que muchas huelgas no hubiesen sido posibles sin el protagonismo de las mujeres en las mismas. Para poner un ejemplo, en 1907 se declaró en algunas ciudades argentinas, la llamada "huelga de inquilinos" en demanda de la baja de alquileres en los conventillos, que eran la vivienda de la clase trabajadora. La misma fue iniciada y sostenida por mujeres, por eso se le llama también "huelga de las escobas". Para darle relevancia y visibilidad a las mujeres es necesario enseñar Historia con perspectiva de género, no androcéntrica que le devuelva la voz al colectivo femenino.
-¿Quién fue Clara Zetkin y porque fue clave para el movimiento feminista? -Clara Zetkin (1857-1933) fue una dirigente comunista alemana, feminista y promotora del Día Internacional de la Mujer y de los derechos de las mujeres. Más allá de las cuestiones biográficas, que resultaría imposible reseñar aquí por su larguísima trayectoria, interesa plantear su actuación decidida en favor de los derechos políticos de las mujeres en partidos dominados por varones. A pesar de los derechos conquistados, por ejemplo en Argentina, ley de voto femenino, ley de cupos y de paridad, aún luchamos contra el machismo, por ejemplo en los partidos políticos y sindicatos dominados por varones. En ese sentido la figura de Clara resulta sumamente inspiradora en la lucha contra esas estructuras patriarcales.
-¿Por qué o con qué fin la historia ha borrado a estas mujeres de los planes de estudio escolares? -En realidad las mujeres como colectivo no han estado nunca en los planes de estudio escolares. La escuela reproduce los contenidos elaborados desde una mirada androcéntrica, es decir, desde el punto de vista de los varones blancos y dominantes. Desde la perspectiva de género y sus respectivos estereotipos, hemos podido reconocer que los varones ocupaban el espacio público y las mujeres el ámbito doméstico. Las mujeres hemos estado históricamente invisibilizadas. Por tanto, en el esquema de dominación patriarcal tradicional se piensa que las mujeres no hacen aportes a la historia, no se las considera parte de la historia que se cuenta. Esta situación comienza a cambiar con el aporte de los feminismos y las historiadoras feministas, que se ocupan de investigar la existencia de las mujeres como colectivo, buscar las fuentes y testimonios que las incorpore como participantes activas de la historia. Estas historiadoras analizan las relaciones de poder entre mujeres y varones, modifican sus hipótesis, buscan nuevas fuentes e investigan temas que hacen tanto al ámbito público como doméstico. Primero hay que cambiar la historia que se escribe para que llegue a la escuela de otra manera. La ESI ha hecho su contribución, pues incorpora como contenidos no solo lo referente a cuestiones biológicas, sino sociales, culturales, económicas, afectivas, etc. Es la única manera de reconocer el sistema de dominación patriarcal y valorar la presencia de las mujeres en el tiempo largo de la historia, más allá de determinados nombres propios.
-Teniendo en cuenta que las mujeres salen a la calle desde hace un siglo en busca de igualdad de derechos, ¿considerás que esta sociedad del siglo XXI comprende la magnitud y sacrificio de aquellas primeras mujeres obreras? -El 8 de marzo, como todas las conmemoraciones, tiene distintos significados para las mujeres que participamos de las tradicionales marchas. Algunas estarán motivadas por el recuerdo histórico, pero la mayoría lo hace impulsada por las preocupaciones del presente. Cada 8 de marzo se reactualizan las demandas por la igualdad de derechos: el reparto desigual de las tareas de cuidados en el hogar, la violencia de género, el cumplimiento de la IVE, la necesidad de la ESI, el "Ni una menos", etc. Si bien es el día de las mujeres trabajadoras, se van sumando demandas vigentes en el presente y justamente eso es lo más potenciador. De otra forma hubiese quedado como una efemérides conmemorativa, tal vez de escaso valor para las juventudes. Esta reactualización se la debemos a los feminismos y los movimientos de mujeres, que nunca han dejado de luchar por lo que consideran justo.
-¿Qué pasaría si cayera el patriarcado? -Las mujeres ya empezamos a escribir nuestra historia, hay mucha producción académica al respecto. En caso de caer el patriarcado y el capitalismo, porque ambos sistemas de dominación están muy ligados, estaríamos contando la historia de las mujeres explotadas y dominadas por los varones en todos los espacios, el público y el privado, el laboral, el científico, el humanístico, el artístico, etc. La explotación y apropiación de nuestros cuerpos y la violencia que se ha ejercido y ejerce sobre ellos. Reconocer el sistema de dominación patriarcal, nos permite incorporar a todas las mujeres en la historia, más allá de los nombres propios. Por eso mismo es tan importante que la ESI se enseñe de manera transversal en todas las asignaturas de los planes de estudio. Recién a partir del reconocimiento de ese sistema de dominación podremos darles un lugar de protagonismo a nuestras antecesoras, tanto las que lucharon por nuestros derechos como aquellas que permanecieron y permanecen subsumidas y ocluidas por la dominación patriarcal. Enseñar historia con perspectiva de género resulta una tarea fundamental en este sentido.
La mirada sociológica
-Cada 8 de marzo las mujeres salen a las calles para conmemorar esta fecha tan significativa y cargada de las luchas emprendidas a lo largo de la historia. ¿Cuál es la reacción de la sociedad ante este evento? Luciana Sosa: -Me parece importante que quede asentado que el Día de la Mujer o de las Mujeres pasó a ser un evento político que trata de denunciar por parte de los movimientos feministas las problemáticas de género y después se fue sumando las diversidades sexuales, es un día de lucha de visibilización y de reivindicación, las mujeres llevamos todas estas demandas al estado para que se vayan solucionando las desigualdades y se acaben las violencias que tienen en su máxima expresión el femicidio.
El termino sociedad es un expresión muy polisémico tampoco es una unicidad, hay sectores que son más cercanos al feminismo y otros sectores tradicionales.
-¿A qué llamamos feminicidio? -Hay un concepto que introduce Marcela Lagarde que es el de feminicidio. Los feminicidios son un fenómeno que se presentan en distintas sociedades como la tolerancia que tiene cada sociedad frente a la violencia de género. Por ende el fenómeno del femicidio, como suceso global de los mismos, como cuestión sociológica va a tener más impacto o más feminicidios en la sociedad donde la tolerancia a la violencia está más aceptada, lo que plantea Lagarde es en que la medida en que esta tolerancia social vaya disminuyendo, aquellos argumentos que justifiquen la violencia hacia la mujer, menos mujeres van a morir. El femicidio no es un hecho aislado o un agravante de un homicidio, sino un fenómeno global.
-¿Cómo impactan en los seres humanos el cambio de perspectiva, en este caso, la perspectiva de género y la visión feminista en el hogar? -Puedo hablar de mi experiencia como capacitadora de Ley Micaela, de las estadísticas, de las brechas de género, las actitudes de las personas, hay una reacción por del lado de las mujeres por aceptar, las pueden visibilizar, comentar en los cursos, y en el lado masculino cuesta más porque no se ubica como personas que ejercen el machismo sino como espectadores. Para las mujeres es un camino difícil porque son ellas las destinatarias de la violencia y eso lo tienen que trabajar internamente, como los hombres también deben realizar un trabajo interno doble porque les cuesta reconocer el machismo y es algo que ellos deben cambiar, reconstruir su masculinidad desde el ámbito con perspectiva de género.
Una forma de vida
-¿Qué es el feminismo para vos? "Chiqui" González:- Estamos ante la celebración del llamado 8M, el día anual en marzo de las mujeres. El feminismo es una forma de vida, una vivencia constante y un rediseño múltiple, de nuestro cuerpo como mujeres. El patriarcado y la perspectiva colonial son imprescindibles hoy para poder hacer un debate serio y una lucha sostenida contra el capitalismo del siglo XXI.
El feminismo tiene que tener un rol de liderazgo, ya lo han tenido en el siglo XX y XXI, no solo en la forma de igualdad, en los movimientos sociales y también en los movimientos de los derechos humanos, (niños, viejos, mujeres, pobres). El feminismo es una forma de hilvanar la lucha para salir de la pobreza para repartir el poder, el saber, las palabras, o sea que hoy se convierte en un movimiento integral, complejo, amante de los derechos humanos y que defiende una nueva mirada que no divide cuerpo ni mente ni teoría ni práctica. Es un movimiento por la vida, en todas sus formas y esto es toda una verdadera revolución.
-¿Dónde ponemos el cuerpo en nuestra forma colectiva? -Con nuestras vigilias, con nuestras historias y heridas, y con los peligros que todavía sufrimos pero también con los derechos ganados en las luchas de tantos diferentes, de tantas mujeres y hombres que entienden el feminismo que lo acompañan y lo luchan. Queda el 8 de marzo un día de la mujer que yo creo que todavía es un faro, y que tiene que seguir siendo un faro, una señal no de un solo día para la mujer sino un día para reflexionar y luchar en la destitución del patriarcado, y en reconocer que no es posible hablar de capitalismo en el siglo XXI sin la mirada colonial que lo complementa y al patriarcado que lo pone en el medio de las relaciones sociales y familiares.
"Nos sembraron miedo, nos crecieron alas" Mirador Provincial reunió tres testimonios de mujeres (sus apellidos son de reserva por cuestiones de seguridad) que han sido víctimas de distintos tipos de violencia. Aquí, relatan sus experiencias.
Soy Luciana -Me llamo Luciana y sobreviví como pude, porque la violencia como forma de vincularme, durante gran parte de mi infancia y adolescencia, era lo único que conocía. Mucho tiempo después comprendí, que lo que hacia mi progenitor con un arma eran simulacros de fusilamiento para lastimar a mi mamá. El feminismo para mí es posibilidad, me grita todos los días en la cara, que tenemos derecho a tener una vida con amor y dignidad. Creo profundamente en un feminismo que sea popular, diverso y sobre todo que practique la escucha continua, que le dé la palabra a sus verdaderas protagonistas. El feminismo llegó a mi vida para darme herramientas, para darme un marco teórico, y poder poner en palabras ese sentimiento que jamás pude explicar. Fue mi oasis, mi reparación, fue el abrazo que el silencio social cómplice siempre me negó.
Soy Lala -Soy Lala, el feminismo vino a cambiarlo todo, a deconstruir, a modificar la cultura, porque el feminismo ese el verdadero cambio cultural, la desnaturalización de actos aberrantes como el acoso, el abuso, la violación, nos vino a traer la diferencia entre asesinato y femicidio es un laburo incansable. Hemos creados brotes verdes en cada espacio, hacia un feminismo nuevo y popular, hacia un feminismo que incluya a todas las mujeres, este 8 de marzo más que nunca se va a caer el patriarcado.
Soy Candela -Soy Candela, a los 9 años en las vacaciones de invierno fui al kiosco de mi barrio, con un pijama de inviernos con dibujos de autitos. El dueño del kiosco era el abuelo de un vecino mío. Apenas entré, cerró con llave, me agarró, me apretó, me empezó a besar con fuerza; logré salir porque un cliente empezó a tocar la puerta. Hasta el día de hoy, a veces me siento sucia y no me daba cuenta que tenía nueve años. Tengas la edad que tengas, un abuso es un abuso, gracias al abrazo de mis compañeros y compañeras, y de cada 8 de marzo me siento acompañada, me siento empatizada y libre de poder contarlo.