Gisela Mesa redaccion@miradorprovincial.com
La obra se estrenó en el año 2018 en la ciudad de Rosario, Argentina. Recibió el subsidio de producción de obra del Instituto Nacional del Teatro y fue ganadora del programa “Escena Santafesina 2017”.
Border estuvo en cartel en el Centro Cultural La Peruta durante el período 2018- 2019. Luego del receso provocado por el covid-19, volvió a los escenarios en 2021 con distintas presentaciones en el Teatro Municipal La Comedia de Rosario, La Usina Social y La Popular. A su vez, fue seleccionada por el Instituto Nacional del Teatro para formar parte del programa “Argentina Florece Teatral”, realizando funciones en el Centro Cultural Municipal de Pueblo Esther, el Ateneo Cultural Néstor Kirchner y el Paseo de la Estación de Funes. Mirador Provincial dialogó con las protagonistas de la obra, la actriz y directora Mayra Sánchez y Melisa Martyniuk.
-¿Cómo fue que se iniciaron en el mundo del teatro? -Melisa: A los 12 años me anoté para hacer un taller de teatro para niños en el Cine Lumiere, en ese espacio me conecté con un lugar de mucho placer que estaba vinculado con la actuación. A partir de ahí seguí haciendo talleres, en la adolescencia me sumé a un grupo con el que hacíamos funciones de una comedia musical muy conocida en versión playback y después, cuando terminé la secundaria, comencé a cursar la carrera de actriz en la Escuela Provincial de Teatro y Títeres de Rosario, donde nos conocimos con Mayra Sánchez.
Mayra: Hice la secundaria en la escuela Gurruchaga, ahí teníamos teatro como materia. Ese fue mi primer acercamiento, hice algunos talleres siendo adolescente, como comedias musicales y clases de teatro. En quinto año supe que existía la carrera de actuación, me anote. A pesar de las recomendaciones de mis padres de que estudiara otra cosa y se convirtió en mi profesión y mi vocación.
-¿Cómo ha influenciado el teatro en sus vidas? Melisa: Para mí el teatro es un espacio que me permite conectar conmigo misma, con mi creatividad.
Mayra: Me ha dado grandes amigos. Me posibilitó conocer otros aspectos de mí, siempre me propone nuevos desafíos. Nunca me aburro con el teatro…es una forma de habitar el mundo. Como dice Meli, una forma de conectar conmigo y con los otros.
-¿Cómo observan la situación actual en el ámbito cultural en nuestro país? Melisa: Pienso que Argentina es un país muy centralizado, donde se configura un mapa de dependencia muy fuerte que dificulta las posibilidades de legitimar lo que se produce artísticamente fuera de Buenos Aires.
Mayra: Estoy de acuerdo con eso. Es difícil pensar la cultura de nuestro país cuando es tan desigual el acceso, los recursos y la visibilidad de lo que se produce. Aún con voluntad de federalizar, prima una mirada centralista.
-¿Cómo surge Border? ¿Cómo recibe el público la obra? Melisa: Comencé a escribir Border porque hacía unos años venía haciendo cosas vinculadas al teatro pero desde otros roles que no tenían que ver con la actuación y en un momento sentí la necesidad de volver a actuar. Me atraía la idea de actuar en silla de ruedas, me parecía que podía ser divertido. Al mismo tiempo, había estado cursando un seminario que daba Christian Ferrer sobre cuerpo, tecnología y ciudad, en donde entré en contacto con bibliografía muy interesante vinculada al mundo de las prótesis, sobre cómo las nuevas tecnologías afectan los modos modernos de ser humanos, la relación entre el mundo del espectáculo y los modos de producción de los cuerpos contemporáneos, etcétera. A esto se le sumó una muestra de arte, que vi de casualidad estando de viaje en Barcelona, que se llamaba “+Humanos. El futuro de nuestra especie.” Esa exposición se organizaba en torno a la pregunta ¿qué significa ser humanos hoy? Y allí aparecían cuestiones relacionadas con el universo ciborg y las nuevas tecnologías. Si bien a la hora de escribir no me propuse hacer un abordaje de esos temas, sí creo que de alguna manera todos estos materiales estuvieron presentes y fueron nutriendo cierto imaginario a partir del cual desarrollé la obra.
-Creo que la recepción del público es muy buena. Es una obra muy dinámica en donde la gente se engancha siendo testigo de todo lo que le transcurre a la protagonista en escena. Mayra: La recepción del público es muy buena, puede ser un poco impactante de a momentos la forma en que el personaje aborda su condición y su problema. Pero es tan hilarante, que termina generando risa. Cuando el espectador siente que ya no se puede ir más allá el personaje redobla la apuesta.
La voz de Mayra Sánchez
-¿Podés reconocer técnicas o procedimientos escénicos a los que recurrís frecuentemente en tus obras? Mayra: Como primero soy actriz antes que directora. Creo que mi mirada tiene que ver, en principio con dar herramientas para que la actriz, en este caso pueda sostenerse en escena. Busco que la relación entre lo que se actúa y el actor/actriz sea lo más pleno y expansivo posible. En base a eso también intentó pensar los dispositivos que sostienen la escena para que el actor, tenga “lianas” para agarrarse. Los procedimientos son diferentes cada vez, en esta ocasión ya existía un texto. Eso ya organiza y propone cierto recorrido o arco dramático. A la hora de realizar otro tipo de creaciones armadas desde improvisaciones, por ejemplo, implica atender más cosas. A veces miras más la dramaturgia, a veces a los actores, a veces la puesta. De a momentos todo a la vez… hasta poder ajustar y calibrar eso que después llamaremos obra.
Melisa Martyniuk
-¿Podrías contar cómo nacen tus obras? ¿Intuición, experiencias? -Melisa: En algún momento siento el deseo de escribir una obra de teatro, entonces me aparecen imágenes, me resuenan canciones… y me pongo a escribir sin saber muy bien hacia dónde voy. No tengo un plan de antemano, la obra se va armando en el mismo proceso de escritura a partir de cosas que me resuenan, en donde seguramente haya aspectos muy personales y otros que no.