Pensar la ciudad desde la biodiversidad. Conservar y cuidar la vegetación que fue creciendo es importante para el ecosistema y un legado que se le puede dejar a las generaciones futuras. “Se creó un paisaje hermoso, ahora hay que dejar que la naturaleza haga lo suyo”, dice Mario Don, Lic. en Biodiversidad.
En el año 2016, como consecuencia de la inundación, el agua de la laguna Setúbal superó los 6 metros de altura, toda la playa estaba cubierta y no se observaba vegetación. Pero desde aquel año hasta acá, comenzó una bajante a raíz de la cual empezaron a aparecer bosques que hoy cambian la vista de la Costanera, la que todavía perdura.
El Licenciado en Biodiversidad Mario Alejandro Don, explicó a El Litoral la importancia que tiene “dejar que la naturaleza haga lo suyo”, porque “se creó un paisaje hermoso. Normalmente acá el suelo es poco productivo, porque tiene escasos nutrientes, pero cuando baja el agua queda la posibilidad de que las primeras especies arbóreas como el Aliso, el Ceibo o Sauces que se están formando generen nutrientes a partir de la hojarasca que van largando todo el tiempo, es como tirarle nutrientes al suelo y eso abre la posibilidad para que otras especies de mayores dimensiones comiencen a desarrollarse”.
La ciudad de Santa Fe tiene la característica de que puede aprovechar esta oportunidad y desarrollarse como casco urbano rodeado de una naturaleza espectacular. Un dato importante es la mayor parte del territorio municipal pertenece a zonas de islas y es una ciudad mucho más extensa que Capital Federal.
Imagen de archivo tomada el 28 de junio de 2021Foto: Fernando Nicola
La Municipalidad colocó cartelería sobre la playa en la que señala que allí “está creciendo un bosque nativo” y hay que protegerlo entre todos. “Si Santa Fe se va a extender indefectiblemente hacia el distrito costero habrá que ir pensando cómo conservar esa naturaleza y los bosques, a partir de la Ley de bosques y la futura Ley de Humedales, por eso ya hay que ir planificando y pensando a futuro”, resaltó Don.
Especies arbóreas
Del mismo modo que las distintas clases de árboles están creciendo en la zona de Costa, también van ganando la playa, “esto se denomina especies colonizadoras que lo primero que hacen es llegar a partir de la capacidad de la alta tasa de dispersión que tienen, porque cuentan con semillas que se dejan llevar por el viento a kilómetros de distancia y si caen acá que no hay agua germinan”, contó el especialista.
Si vuelven épocas de inundaciones grandes algunas de las especies que hoy están creciendo van a desaparecer, pero “es probable que algunos que se han establecido puedan permanecer”, destacó el Licenciado.
Así se ven los alisos que nacieron al sur de los espigones.Foto: Fernando Nicola
Escenario a futuro
En tanto, algunos investigadores sostienen que lo que se avizora a futuro es la continuidad de un periodo de sequía, que para el 2030 podría tener su pico máximo. “Es decir que el río no nos inundaría, permanecerá bajo casi constantemente y las lluvias disminuirían”, explica Don. Mientras que otros sostienen que el nivel del agua se va a normalizar y se volvería a lo habitual que es el ciclo de inundaciones y sequías”, explicó Mario Don.
En la desembocadura de uno de los desagües pluviales hacia la laguna también crece la nueva vegetación.Foto: Fernando Nicola
Que puede hacer el ciudadano
Ante todo es fundamental que la gente comprenda la importancia que significan estos árboles, este monte y todo este ecosistema tan variado. Por eso, lo más importante es la educación y la interpretación ambiental. “La gente debe comprender que esto que existe acá es importante para el concepto de desarrollo sostenible que va a servir para las generaciones futuras, que hoy no tienen ni voz ni voto porque todavía ni planificadas fueros y algo tenemos que hacer por ellos”, finalizó.