Se esperaba la palabra más buscada. Gabriel Damiani, árbitro del clásico de la ciudad de El Trébol – Liga San Martín – que se disputó el pasado viernes por la noche y quien denunció un intento de soborno en la previa del partido por una persona allegada a Trebolense, decidió romper el silencio. El oriundo de la ciudad de Santa Fe se mostró con bronca por la situación, detalló cada momento que le tocó vivir dentro del vestuario y pidió una sanción para quien quiso corromperlo. “Hice lo que hubiese hecho la mayoría. Creo que hay que sancionar a todos aquellos que tienen maldad como corresponde. No entiendo cómo existe gente que quiera manchar al deporte. Nunca en mi carrera me pasó algo como esto en 10 años que tengo de árbitro”, sostuvo en diálogo con este medio.
La tarde comenzó como habitualmente ocurre cada domingo. La llegada de los árbitros al estadio se da por medio de las fuerzas policiales. Una vez allí, son directivos y allegados al club local quienes los acompañan al vestuario si es la primera vez que concurren a esa cancha. “Estuve con el canchero de Trebolense (César Arese), hablamos del buen estado del campo de juego. Después se sumó un directivo de El Expreso (Nicolás Giovanini, presidente de la Sub Comisión de Fútbol) y esta persona. Una situación normal, una charla de fútbol como cada jornada. Se retiraron del vestuario y yo me pongo a hacer la planilla de primera división”, comenzó el relato el árbitro perteneciente a la Liga Santafesina.
Hasta ese entonces, todo transcurría con total normalidad. Sin embargo, no todos se retiraron de la habitación del juez del encuentro. Y ahí, el escándalo. “Por un descuido mío o de la policía, esta persona se queda en el vestuario. Uno quizás tiene exceso de confianza porque nunca piensa mal. Es ahí cuando este hombre hace esa boludez, que es un tema serio. Por voluntad mía y de los clubes pudimos despojarnos de ese momento y logramos que el partido se juegue”, contó.
Con mayores detalles de la situación, el hombre encargado de impartir justicia dentro de la cancha aclaró que dio a conocer el nombre de quien quiso sobornarlo a cambio de que Trebolense se quede con el derby ante El Expreso. “Me ofreció dinero. No fue ni siquiera indirecto en la propuesta, fue concreto. Ahí mi reacción de echarlo del vestuario y llamar a directivos de ambos clubes y la policía”.
De forma inmediata, Damiani no sólo convocó a los directivos de las dos instituciones y a las fuerzas de seguridad para comunicarles sobre la situación, sino también tomó contacto con dirigentes de la Liga San Martín para informar el caso. “Yo les dejé en claro que estaba en condiciones de jugar y esto no me iba a condicionar, pero le dejé la decisión a ellos para que lo definan”.
Damiani aún continúa con “bronca” contenida por el hecho que le tocó vivir días atrás. Como apasionado de este deporte, el árbitro se mostró ofuscado que existan personas que quieran dañar al deporte. “Soy un amante de esto, no me entra en la cabeza cómo hay gente que quiera manchar el fútbol”.
La denuncia policial quedó registrada en la Comisaría Cuarta de la ciudad de El Trébol. A su vez, se le dio intervención al Ministerio Público de la Acusación a cargo del fiscal de turno quien ya investiga el caso. Por su parte, el Tribunal de Penas le dio un plazo hasta el viernes a Trebolense para que presente el descargo por escrito. De acuerdo al Reglamento de Transgresiones y Penas de la Asociación del Fútbol Argentino, a toda institución que intente sobornar a un árbitro le cabe una suspensión de entre cuatro meses y dos años.