Ignacio Pellizzón
¿Es el final del negocio de los taxis en Rosario?, ésa es la pregunta que muchos se hacen al tratar de entender la crisis que atraviesa el sector. La realidad expone su versión más cruda al demostrar que mensualmente unos 20 dueños de chapas patentes buscan desprenderse de ellas, sumado a que la Municipalidad no logra encontrar 500 postulantes para adquirir las nuevas licencias.
Por segunda vez consecutiva la convocatoria municipal para adjudicarlas no logró ser completada. De las dos mil postulaciones que hubo, solamente estaban en condiciones de participar 457 aspirantes, con lo cual se venció el plazo sin obtener el resultado esperado.
No solo eso, el negocio del servicio público privado de taxis en la ciudad atraviesa una crisis tan profunda que, según estimaciones de la Cámara de Titulares de Licencias de Taxis (Catiltar), “dueños de patentes se están desprendiendo de sus chapas a un promedio de 20 por mes”, confirmó a Mirador Provincial, su referente, Marcelo Díaz.
Solamente el precio de sellado de la transacción de una patente cuesta unos 700 mil pesos, mientras que las chapas se ofrecen en torno a los “nueve mil dólares”, indicó Díaz, aunque en el mercado se pueden obtener por algunos miles de pesos menos. La mayoría toma esta decisión porque entienden que el negocio no es redituable.
Es que, hoy en día, “para tener un ingreso razonable con un taxi, tenes que ser titular y manejarlo vos solo más de doce horas por día”, porque “si vas a tener un empleado, no te sirve para nada porque no deja plata”. Al final, “terminás gastando mucho más de lo que te ingresa para repuestos, gomas nuevas, entre otros mantenimientos”. Es decir, “ya no es un buen negocio como alguna vez supo serlo”, contó a este medio un dueño de patente que pretende venderla el próximo mes.
El Ente de la Movilidad local (EMR) publicó el estudio oficial que refleja el valor real de lo que debería costar la tarifa acorde al contexto económico e inflacionario. Según lo indicado, la bajada de bandera debería estar en 239 pesos, mientras que la ficha cada cien metros tendría que valer cerca de los 12 pesos, siempre hablando de horarios diurnos. Eso representa un desfasaje del 82,33% y del 91,45%, respectivamente, que contrastan contra el 124% del informe presentado por el sector taxista.
El referente de Catiltar, se quejó del resultado del estudio oficial y dijo que “no es real, por lo que manejamos nosotros”. “Ellos hicieron uno que da por debajo de lo que medimos nosotros en base al aumento de insumos, vehículos, etc” y disparó: “Lamentablemente al tener una tarifa política y no técnica, nos están llevando a la destrucción del sistema”.
Una meta difícil de alcanzar
El principal motivo que argumentaron los taxistas a Mirador Provincial, como por ejemplo Marcelo Díaz de Catiltar, sobre por qué no se llega a las 500 nuevas licencias que pretende el municipio, es que no logran acceder a autos 0 Km o que tengan cuatro años de antigüedad con menos de 90 mil kilómetros, “porque no hay créditos posibles y, además, porque un usado cuesta lo mismo que un nuevo”.
Pese a que no se alcanzó el cupo propuesto, la Municipalidad no volverá a realizar un concurso. Entonces, según estimó el referente de Catiltar, “de los cuatro mil coches que hay en la calle, se sumarían unos 400 más”.
Si bien podría ofrecer más oferta de unidades, sobre todo los fines de semana, Díaz entiende que el problema principal es que “la mayoría de los titulares de taxis tiene un solo chofer”, por ende, no dan abasto para cubrir los términos horarios establecidos por ordenanza.
Aunque la semana pasada el Concejo otorgó un nuevo aumento de tarifa en torno al 35%, para tratar de ajustar los costos, la falta de rentabilidad que atraviesa el negocio de taxis en la ciudad en tiempos pos pandémicos, no logra repuntar y atraer nuevos conductores y conductoras.