Miércoles singular en Rosario y en el resto del país. Mañana fría y totalmente soleada en la ciudad más poblada de la provincia. El tránsito vehicular y peatonal habitual del macrocentro en un día laborable está ausente. Se puede transitar con comodidad en auto por las calles. El panorama es mucho más calmo que un domingo. Se parece a un domingo con un partido de la selección argentina de fútbol en una copa del mundo.
A los transeúntes ocasionales se le suman los censistas. Los protagonistas de la jornada. Van de a uno por los edificios, que cada vez son más en esta zona de la Cuna de la Bandera, y las casas en la búsqueda de los datos de esta encuesta oficial nacional que se postergó dos años por la pandemia de coronavirus. Una acción fundamental para saber cuántos habitantes somos y cómo vivimos a grandes rasgos.
Cada trabajador del censo debe completar 30 formularios de 30 hogares distintos. En asentamientos irregulares, este número disminuye por la densidad poblacional de cada casa. Si la persona a cargo no lo hizo de manera digital, lo debe hacer en ese momento. Si lo anticipó, debe darle los seis caracteres alfanuméricos que le suministró el sistema al encuestado cuando finalizó la carga de datos de su domicilio.
Como en cualquier evento multitudinario, se suceden las preguntas. Como la del señor que tuvo que salir de su casa de zona sur para trabajar en Catamarca al 1.900. Detiene a un censista, un chico joven de no más de 25 años que porta barbijo, y le pregunta si no hay inconvenientes con eso. Él le responde que con que haya una persona a cargo en el hogar que atienda al encuestador es suficiente.
En la escuela Mac Cotter para niños sordos en el pasaje Lugand la actividad es grande. A media mañana se organizan los trabajadores para salir a la calle en la búsqueda de información. Todos con su identificación y sus pecheras. El frío es un compañero no deseado en este miércoles disfrazado de domingo.
Los datos se recolectan en las escuelas públicas y de allí se juntan en la sede del Gobierno de Santa Fe en la ciudad frente a la plaza San Martín. Allí, en la torre, en el centro de la manzana, están Andrea Del Mármol, Ana Pendino y Laura Preite, jefas departamentales que son las encargadas de recolectar la información de cada establecimiento educativo. Aquí se nuclean los datos de todo el departamento Rosario. Fueron asignados 16.000 censistas para la Cuna de la Bandera y 20.000 para el total de este distrito.
Comentan que la única dificultad fue la baja de algunas personas anotadas para trabajar. Se debió apelar a los suplentes para hacer este trabajo de censar. A horas del mediodía estiman que llegarán los primeros resultados. Los datos definitivos se brindarán en los próximos días.
Se sabe que en la década del ’10 Rosario pasó el millón de habitantes (el censo nacional de 2010 arrojó una población de 948.312 personas). El número redondo de siete dígitos era un mojón trascendental para los habitantes de esta ciudad. Con esta encuesta estatal oficial se sabrá con exactitud cuántas personas más por sobre el millón viven en la ciudad de Newell’s y Central.