Desde su debut en 2009
Pedro Imhoff, el que siempre está en Duendes
Fanático de su Duendes, construyó una carrera rugbística con la camiseta de este club. Al contrario de la inmensa mayoría de jugadores de buen nivel, siempre decidió quedarse para defender los colores verdinegros.
En una era en donde la inmensa mayoría de los mejores rugbiers de Argentina optaron por irse del país, él optó por quedarse. Llegó a jugar caps para Los Pumas en su mejor momento. Pedro Imhoff eligió permanecer. En su club que tanto quiere, Duendes. Así construyó una carrera con una sola camiseta. Una característica que en el siglo XX era la más común entre los jugadores de rugby albicelestes, pero que lo dejó de ser con la llegada del profesionalismo en el XXI. Imhoff habló con
Mirador Provincial sobre la carrera que construyó exclusivamente en la entidad de barrio Las Delicias en Rosario.
-Muchos chicos que tienen buen nivel se van a jugar al extranjero, pero vos optaste por quedarte. Debutaste en 2009. Tenés 33 años. Son 13 temporadas consecutivas, sin incluir 2020 que no se jugó, siempre con Duendes. ¿Por qué decidiste quedarte si vos tenías nivel? -En su momento, surgieron las posibilidades, pero me gustaba mucho jugar para el club. Lo disfrutaba mucho. Como le ha pasado a algunos también en el club. A Juan Rapuzzi, Simón Boffelli, el “Pitu” (Román) Miralles. Duendes tiene eso, que es muy atractivo jugar en el club. Un club ganador, con mentalidad ganadora. Que propone todos los años objetivos distintos.
-¿En qué año tuviste propuestas para jugar afuera? -Cuando estaba en el sistema (de la UAR) que fue 2012 y 2013. Mi mentalidad era jugar en el club el sábado. No estaba convencido de irme porque me gustaba tanto y disfrutaba tanto del club que nunca nada me llamó más la atención que llegar el sábado y jugar para Duendes. Tuve una lesión a los 23 años y después quedé como capitán del club dos años. Después me reeligieron dos años más. Ya ahí uno no se puede ir. Llegaron los 28, 29. Es una espina. Todavía no la descarto.
-Tu caso es al revés de lo que hicieron tus dos hermanos, Guillermo y Juan. -Juan de chico ya sabía que él quería irse a jugar afuera. Lo sentía. Decantó por su nivel. Vino un club como Racing (de París) después del mundial y para él seguir creciendo lo tenía que hacer. Guille lo hizo como una experiencia. Quería conocer el rugby profesional.
-Llegaste a jugar para Los Pumas en tu mejor momento. -Jugué un sudamericano para Los Pumas. Ése era clasificatorio para el mundial (de 2015) y me dio tres caps. Llegué a tener un currículum de un jugador que se podía ir a jugar al exterior, pero en su momento no me nació. Nada me sedujo más que jugar para el club. Ni lo económico ni a nivel rugbístico.
-Sos uno de los pocos que no se fue. -Sí, junto con Juan Rapuzzi. Está Nacho Fantín, jugador que también tuvo nivel que se podría haber ido. Mi puesto de medio scrum era más difícil. No es un puesto fácil. No en todos los países se juega igual de medio scrum. El 9 es un puesto muy particular. Es un conductor. Es el puesto más difícil para irse a jugar al exterior a otro rugby. El idioma, la forma de jugar. No es el puesto que más hemos dado a nivel de exportación.
-Pasaste unos días este año con tu hermano Juan en París. Ahí viste con tus propios ojos el rugby francés profesional. Todavía no descartás el hecho de jugar afuera. -Uno va abriendo la cabeza. A medida que se van agotando las hojas del cuaderno uno empieza a escribir más chiquito y quiere vivir más experiencias. Estuve con Juan hace un mes, lo fui a ver a él y conocí el profesionalismo de cerca. Me dieron ganas de vivir esa experiencia, pero tranquilo pensando en el club. La camiseta de Duendes es lo más lindo que hay.
-¿Cuál es tu mejor recuerdo con Duendes? -El que más disfruté fue el campeonato (del TRL) de 2018 contra GER en cancha de GER. Eso lo disfruté muchísimo porque veníamos de perder el año anterior. Subí en 2009 y todos los años campeones. Uno se acostumbra a eso. Que tiene su lado bueno y su lado malo porque los últimos torneos de Duendes ya no se festejaban. Tuvimos que perder para volver a saber lo que es ganar.
-Ese campeonato les costó. -Nos costó mucho. Fue un campeonato muy difícil. Fue todo el entorno. Fue en cancha de GER. No se había jugado nunca. Contra GER, mucha gente. Y (otro recuerdo) el día que me eligieron de capitán mis compañeros.
-Hay más Pedro Imhoff. Hay más páginas en el cuadernito para llenar. -Algunas quedan. Estamos achicando la letra para ver si dura un poco más. Estuve seis meses (parado). Fueron meses muy difíciles. Cuando uno no lo tiene (al rugby) se da que es lo más lindo que a uno le puede pasar. Llegar a las 8 el lunes y estar con los chicos. Darse cuenta que uno pertenece a un lugar. Lo que te da el rugby no te nada en la vida.