Conrado Berón
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Padre de tres hijos y de familia musiquera, Fabián Casals fue asesor de seguros, luego profesor de música, recorrió escenarios de todo el país con el folclore, para luego recibirse en el Profesorado de Educación Técnica. Además, desde hace algunos años, con su hija mayor, comenzó la elaboración de “Salvaje”, una cerveza artesanal con sello entrerriano.
–¿Cómo te definís, ya que tenés muchas actividades?
–Me defino como un emprendedor multifacético, siempre interesado en aprender, en conocer. Trato en lo posible de realizar lo que tengo interés de fabricar o crear, por lo menos intento y trato de no quedarme con las ganas, siempre y cuando sea viable. Una vez escuche a alguien decir “¿por qué no lo haces vos? si otro puede hacerlo” y eso es como un desafío continuo para animarme. Me formé en la Educación Técnica, con mucha práctica en los talleres, esta formación me ha enriquecido de tal manera que las herramientas que uno capitaliza en esos espacios formativos son fundamentales para la vida, pero está en uno aprovechar esos aprendizajes, aplicarlos para bien y transferirlos a los hijos, así como también a los estudiantes. Me gusta investigar, estudiar, construir, fabricar, siempre que quiero realizar algo investigo, indago y lo hago, aunque salga mal. Todo lo que intento y hago está animado por un profundo respeto a la tierra, a los antepasados, atravesado por lo social, lo comunitario, lo cooperativo, todo esto constituyen las vertientes por donde se nutre mi vida.
Formas alternativas
–¿Cómo nació la idea de crear una cerveza artesanal?
–A mi esposa (María Daniela) y a mí siempre nos gusta y valoramos lo artesanal, un poco quizás por esa rebeldía a ser dominados por un capitalismo que nos dicta qué comprar y cuanto, y que acrecienta a grandes empresas multinacionales. Siempre buscamos formas alternativas para todo, para la ropa, para la comida, para la bebida. Fue así que desde el año 1997/98 con ella, comenzamos a elaborar vino casero. Los primeros fueron por la generosa producción que en nuestra casa dieron unas cepas de moscatel de Alejandría y otro varietal que no sé su denominación, porque fue un obsequio del doctor Máximo Metrailler quien había tenido un pequeño viñedo en el barrio Fátima de nuestra ciudad y que conservaba esas plantas.
En 2011 encontré en las redes un curso de elaboración de cerveza artesanal en Cibart, provincia de Córdoba, y charlando con mi esposa nos preguntamos ¿Por qué no? Era una oportunidad para comenzar un cambio de vida, lo que ya nos habíamos planteado. Así que asistí para aprender el arte de producir esta bebida tan popular y antigua. Recién en el año 2018 se promociona la primera Fiesta de la Cerveza Artesanal en nuestra ciudad y fue allí donde un conocido que sabía del curso que yo había realizado años atrás, me invita a cocinar juntos para ese evento, así que decidimos arrancar, él con su marca y yo con la mía, pero viviendo la experiencia de cocinar juntos, un poco para darnos coraje. En esa oportunidad, mi hija María Julieta me dijo que se quería sumar al proyecto de hacer “birra” y comenzamos a elaborar más continuamente nuestra propia cerveza con Julieta. Desde allí no hemos parado de producir. Hoy somos seis integrantes que estamos en la formación de la cooperativa de la cerveza, y a veces más personas trabajan en el proyecto.
Sello
–¿Por qué Salvaje?
–Yo siempre estuve ligado a los caballos. Siento un gran afecto por ellos, desde gurí. Inclusive un tiempo me dediqué a sacar fotos en las jineteadas de la zona, llevando a María Julieta que era chiquita a estos lugares donde lo autóctono y lo folclórico vibra. Allí nace el nombre de “Salvaje” dando un mensaje de autóctono, de libre, de fuerza. Una vez planteada la idea surge lo que luego sería la etiqueta, que es creación de Julieta, ya que ella es una artista visual. Se percibe la fuerza, el ímpetu, lo folclórico y la rebeldía, sello que ha quedado en los productos que se están produciendo. Es más, no se sabe si es un caballo o una yegua, y esto es a propósito.
–¿Cómo fueron las primeras pruebas?
–Las primeras pruebas nos sorprendieron gratamente, porque tenía la teoría y la práctica que había realizado en Córdoba, pero ahora había que empezar a producir usando esos conocimientos adquiridos, esperar que madurara el producto y luego evaluar el resultado. Fue larga la espera, pero valió la pena. Desde aquellas primeras producciones hemos ido invirtiendo en equipamiento, mejorando los procesos, la materia prima y por ende el producto.
–¿Qué objetivos tenés como creador de una bebida?
–Los objetivos son varios, algunos los hemos ido concretando, otros están para alcanzar a mediano y largo plazo. Hoy ya estamos con una prueba piloto elaborando vinos de uva y vinos o espumantes fermentados de otras frutas, para ampliar la oferta a los consumidores de la zona y turistas que llegan a nuestra ciudad. Comenzamos también con un emprendimiento que se suma y que es un pequeño viñedo familiar, con cinco varietales traídos de la provincia de San Juan. La cerveza es el producto principal, el primero y más consumido y promocionado, pero estamos proyectando anexar otros productos. Hemos mejorado la sala de elaboración, pero falta terminar y adaptar nuevos espacios. Como objetivo próximo tenemos pensado adquirir una enlatadora y cerradora de latas, para ofrecer a los clientes un producto de alto consumo.
Creatividad
–Para ser músico y poeta hay que ser creativo; en la elaboración de las cervezas, ¿también?
–Totalmente, ser creativo e innovador. El cervecero artesanal es un artista de los sabores, siempre es un creador que se arriesga, que prueba, pero siempre teniendo bien en claro que los estilos clásicos hay que respetarlos. Luego se puede ir innovando, en nuestro caso, tenemos una línea de cervezas frutadas que fueron pedidas por los consumidores. Especialmente la de mora. Inclusive, la creatividad ayuda a colocar mejor el producto, porque detrás de todo lo artesanal hay un producto que debe ser vendido para poder seguir produciendo.
–¿Cómo recibió Santa Elena a tu emprendimiento?
–La cerveza fue bien recibida desde el principio, fuimos los primeros en poner a la venta cerveza artesanal en nuestra ciudad, a esto se suma que el producto gustó y la imagen de la etiqueta lo visibilizó más aún. Por otra parte, hay un gran trabajo de Mauricio Borgo, de promoción en las redes sociales; él es otro de los integrantes que forman parte de Salvaje.
Respaldo
–¿Es especial elaborar la cerveza con tu hija?
–Sí, es sumamente especial; transferir conocimientos y aprender juntos ha sido muy lindo; cuando me dijo que quería elaborar conmigo aquella primera cocción, me sentí acompañado y respaldado, ante todo; desde entonces no ha parado, trae consigo los aportes de la juventud y la innovación. Ella es muy emprendedora, además de la cerveza, es tatuadora, artesana, artista del grabado, la pintura y el dibujo.