BELÉN FEDULLO
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El 2 de abril de 1982, tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas. El gobierno de facto que en ese momento tomaba las decisiones en Argentina decidió “recuperar la soberanía” sobre ese territorio y para eso envió a jóvenes a combatir y luchar contra tropas inglesas. Con ilusión y sin demasiados datos ni formación, los argentinos desembarcaron en ese frío lugar y pocos días después Margaret Tatcher, primera ministra de Inglaterra, decidió que sus soldados viajaran a dar respuesta a lo que consideraban una invasión.
Más de 600 soldados que habían partido desde Argentina fallecieron en combate, otros tantos volvieron con heridas que le significaron una invalidez permanente y los demás aún tienen secuelas por lo que vivieron en una guerra desigual, a la que fueron en condiciones precarias, casi entregados al deseo descabellado de quienes ejercían el poder.
Pasaron 40 años de aquellos días, y como cada vez que se conmemora un nuevo aniversario, los veteranos de Malvinas deciden recordar, contar y tener presente ese momento. No solamente para dar a conocer lo que vivieron, sino también para que no vuelva a ocurrir.
Este año, por la nueva década que se cumple desde que los soldados vivieron esos momentos que los marcaron para siempre, el director de Veteranos de Guerra de Malvinas del Municipio de Paraná, Jorge Benítez, se reunió con representantes del Consejo General de Educación (CGE) y definieron que aulas de escuelas de toda la provincia lleven el nombre de un caído en conflicto o un veterano.
El homenaje, según establecieron en abril, debe abarcar a todos los departamentos de la provincia y la iniciativa tendría que comenzar a implementarse luego del 10 de junio, Día de la Reafirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas del Atlántico Sur y Sector Antártico.
“Se buscará que en cada jurisdicción haya un aula con el nombre de un veterano oriundo del lugar. Estamos diseñando el tipo de placas a colocar. Dios quiso que en cada departamento tengamos un veterano así que, por cada uno, irá el nombre de ese ex combatiente”, dijo Benítez.
Más allá de que Concordia se había adelantado y ya tenía aulas con nombres de caídos, ahora tomó la posta de la propuesta provincial y fue una escuela de gestión social la que decidió dar el primer paso no con una, sino con tres de sus aulas nombradas en homenaje a quienes fueron a combatir en las islas.
PROYECTO Y EMOCIONES
Durante la misma semana en que la escuela de Gestión Social La Viña, ubicada en el barrio que lleva el mismo nombre, celebraba con actos el aniversario del Día de la Independencia, decidieron convocar a los veteranos concordienses para inaugurar formalmente las aulas con los nombres de ellos.
Guillermo Pérez, integrante del Centro de Veteranos de Malvinas en Concordia, dialogó con MIRADOR ENTRE RÍOS y contó cómo se dio el contacto con la institución y de qué manera decidieron qué nombre poner a las aulas. “Fue una iniciativa de los directivos del colegio que querían honrar a veteranos y consideramos que la manera era ponerle el nombre a las aulas. Hay al menos tres escuelas que ya hicieron lo mismo y creemos que es una buena manera de mantener la memoria”, aseguró.
Acerca del proceso de selección, explicó: “Nos propusieron honrar a 3 veteranos y elegimos a personas de la zona. Pablo Brulelli es salteño llegado a Concordia siendo soldado conscripto de la Fuerza Aérea; Jorge Fernández, marinero de primera que estuvo en el portaaviones Ara 25 de Mayo, quien falleció hace poco tiempo, y Flavio Emperanza, que es oriundo de General Campos y estuvo en la marina en un aviso de altamar, trabajando en el rescate de aviones”.
El cartel que nombra a los espacios está visible y, de esa manera, lleva a quienes pasan por el lugar a recordar y aprender. “Arriba del marco de la puerta hay una placa que dice veterano de guerra de Malvinas, tiene la silueta de las islas y obviamente el nombre de la persona que es homenajeada. Esta escuela de gestión social tiene muy presente la historia y que eso se dé nos emociona mucho. Que la comunidad educativa piense en nosotros realmente nos hace sentir bien”, indicó.
Sin esquivar las emociones que provoca este tipo de encuentros, Pérez reconoció que los veteranos están viviendo un año conmovedor. “El acto de inauguración fue realmente emotivo y venimos en un año especial, muy movilizador, porque trabajamos mucho sobre los 40 años de Malvinas. Tuvimos salidas para dar charlas a la comunidad en general y a las escuelas en particular porque creemos que los chicos deben aprender desde temprano esta parte tan triste de la historia, pero llena de heroísmo. Creemos que eso hace a la identidad de los argentinos”.
Por su parte, Carina Pierini, directora de la escuela La Viña, señaló: “Pusimos el nombre de ex combatientes en tres aulas de la institución porque surgió de un proyecto que se inició hace más de 10 años cuando la escuela secundaria colocó el nombre de un ex combatiente en uno de nuestros espacios. El año pasado, se puso otro y, este año, al conmemorarse los 40 años de Malvinas, decidimos poner en las otras aulas”, destacó.
Más allá de que la escuela hace hincapié en los hechos que marcaron la historia argentina, la docente reconoce que en este caso, el homenaje tiene un sabor especial. “Uno de los homenajeados es papá de un ex alumno y ahora es abuelo de otro, así que eso generó un clima de mucha emoción. Los demás también tienen acercamiento con la institución y es importante que los reconozcamos por su valentía y amor a la patria”.