Lucía Dozo
Exposiciones, dibujo en vivo, teatro, proyecciones, talleres y una feria de ilustradores serán parte de Tinta Negra: Semana Fontanarrosa, una propuesta que se presenta en el Espacio Cultural Universitario (ECU, San Martín 750) durante la segunda semana de las vacaciones de invierno. Un merecido homenaje a la obra legada por Roberto “el Negro” Fontanarrosa.
Tinta Negra se inauguró este martes 19 de julio y podrá visitarte hasta el sábado 23, con entrada libre y gratuita. Hay mucho para ver sobre la obra de Fontanarrosa y de jóvenes artistas que continúan trabajando y ampliando el género, pero también mucho para hacer: talleres de dibujo y escritura, obras de teatro y proyecciones de películas.
El encuentro coincide con el aniversario por los 15 años del fallecimiento de Fontanarrosa (que murió en Rosario el 19 de julio de 2007) y por los 50 años de la primera aparición de dos de sus personajes más populares, Inodoro Pereyra y Mendieta. Para conmemorar ambas fechas, la Universidad Nacional de Rosario propone un espacio en el que no solo se intenta dar cuenta de la extensa obra del creador rosarino, sino que también pretende visibilizar producciones realizadas por jóvenes artistas. Es por eso que, además de la muestra homenaje, el evento articula otras exposiciones, dibujo en vivo, teatro, proyecciones, serigrafías, talleres, feria de ilustradores y distintas actividades en diálogo con la obra de Fontanarrosa.
Durante el encuentro se presentarán las obras “Inodoro Pereyra, el llanero sanitario”, a cargo del grupo Crespinteatre de María Caila, actriz y directora, discípula de Norberto Campos e integrante del Grupo de la Acción con el que montaron la famosa versión de “Inodoro Pereyra”. El dispositivo funciona como una “historieta en movimiento”, con aires de radioteatro y folletín criollo, con los personajes creados por Fontanarrosa.
También se proyectará “Semblanzas deportivas”, animaciones de Gonzalo Rimoldi y Andrés Almasio, y de Pablo Rodríguez Jáuregui y Diego Rolle. El viernes y el sábado habrá una feria de publicaciones independientes, una feria de ilustraciones y dibujos, y actuará la DJ- Ani Bookx.
Libros: presentación en El Cairo Por otra parte, el martes se presentaron en el bar El Cairo (Santa Fe 1102) dos libros reeditados por Planeta, verdaderos clásicos dentro de la obra del escritor, dibujante y humorista rosarino. Se trata de “La mesa de los galanes” y “El mundo ha vivido equivocado”. La editorial reeditará la obra completa.
También se presentó un nuevo libro, inédito como tal: “Quiero verte otra vez”, que reúne crónicas periodísticas realizadas por Fontanarrosa durante los Mundiales de fútbol para el diario Clarín. Participaron de la presentación Mex Urtizberea y Rep.
Circuito Fontanarrosa: entre mesas Entre bares emblemáticos y lugares que signaron sus historias, pasando por su barrio y las anécdotas allí surgidas, la vida de Roberto Fontanarrosa puede rememorarse a partir de un recorrido por la ciudad donde nació y eligió vivir. Escritor y humorista gráfico de indiscutido reconocimiento internacional, Fontanarrosa nunca dejó Rosario. Este circuito se propone recorrer diversos
espacios que por varios motivos lo evocan, como el Sunderland Bar, el Teatro El Círculo, el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, el bar El Cairo, el bar La Sede y el estadio de Rosario Central.
En cuanto a bares y restaurantes, la propuesta incluye El Cairo, La Sede, Sunderland y Escauriza, según se detalla a continuación:
- Bar El Cairo: en este tradicional espacio céntrico surgió la Mesa de los Galanes. Si bien no tiene fecha de fundación, los primeros encuentros datan de 1980 y los participantes fueron Belmondo, Chelo Molina, Chiquito Martorel, Ricardo “el Negro” Centurión, “El Colorado” Vázquez, los turcos Jaraj y Carlos Galli, el Peruano, Pedro Jáuregui, Postiglione y el Zorro. Sus anécdotas fueron fuente y punto de partida de muchos de los cuentos del creador de Boogie el aceitoso.
- Bar La Sede: “¿Y si nos mudamos de acá?”, preguntó Fontanarrosa refiriéndose a El Cairo, y luego de contemplar varias opciones, se eligió el bar ubicado en Entre Ríos 599 para volver a instalar la Mesa de los Galanes. Durante diez años la Mesa se reunió en La Sede.
- Restaurante Escauriza (Bajada Escauriza y Paseo Ribereño): Este tradicional restaurante situado en la ribera norte de la ciudad, famoso por sus menús de pescados de río y su vista del Paraná, también fue lugar de reunión y encuentros.
Sunderland Bar y un texto de Fontanarrosa De origen portuario, Sunderland Bar (avenida Belgrano 2.010) fue refugio de marineros y, con el correr del tiempo, se volvió trastienda de la vida cultural de la ciudad. Fue uno de los restaurantes elegidos por Fontanarrosa para reunirse con amigos y para festejar su cumpleaños (celebró allí sus 50 y sus 60 años).
En sus paredes pueden observarse dibujos y fotos del famoso humorista gráfico, así como también de otras figuras que han pasado por el bar. Un escrito de Fontanarrosa (“De quesos y otras cosas...”) acompaña el menú; en él se cuenta con su estilo característico: “A principios de 1931, el puerto de Rosario no es el mismo puerto que hoy conocemos. Es una ensenada barrosa y amplia de donde se levanta un bosque de mástiles y velámenes. Pueden verse allí paraos y sampanes llegados de la Malasia, bajeles uruguayos, balandras y mercantes fenicios, galeones, goletas, buques acorazados soviéticos, bergantines portugueses, sombrías falúas esclavistas. En derredor de ellos, asombra la febril actividad de cientos de barcazas y chalupas, jangadas, canoas que hacen el servicio a Victoria, botes tejidos con juncos de Totóras (traídos a lomo de mula desde el lago Titicaca) y que preanuncian el puerto libre de Bolivia. Cada tanto, entre los oscilantes palos de los embarcaderos, se levanta, imponente, el calado majestuoso de alguna fragata o la augusta sobriedad de los balleneros, como El Pequod, que viene de tanto en tanto a Rosario para aprovisionarse de pacú salado, bocado predilecto del capitán Ahab. Los espigones de madera trepidan ante el paso de miles de marinos y son una mezcla excitante de aromas exóticos. Huelen a dátiles de Mauritania, mangos, bayas y agua de coco del Caribe, especias de colores intensos desalabar. Se venden monos, papagayos, zorrinos, manatíes, algún pingüino. A fines del 31, un marino de la Goleta Corsaria Británica Sunderland es abandonado en tierra por fumar en la santabárbara del barco. Forzado a trabajar, instala, frente mismo de la rada, un puesto de venta de pescado, embutidos, tasajo, copra, scones, torta galesa, ron, ajenjo, leche malteada y té Lipton. El precario negocio prospera y, al poco tiempo, es cita obligada de cuanto personaje llega a Rosario…”.