Daniel Domínguez


De puntero invicto a una caída que hizo ruido. Newell's perdió el partido que nadie quiere perder y ahora está obligado a levantarse.

Los dirigidos por Javier Sanguinetti no pueden seguir lamentándose porque mañana en el Coloso Marcelo Bielsa tendrán la difícil misión de cortar la racha de cuatro partidos sin victorias ante Defensa y Justicia.

Justamente, el Halcón no aparece como el rival "ideal" como para salir de este bajón en el que entró el equipo después de la igualdad ante Patronato y si a eso se le suma que, seguramente, el hincha se hará oír tras la caída ante Central, el escenario lejos está de ser propicio para los jugadores.

Se sabe que el fútbol se mide por goles y no por merecimientos. Quizás el primer tiempo que realizó la Lepra en Arroyito fue mejor que sus últimas producciones, pero el resultado tapa todo y lo único que cuenta es que Newell's se quedó con las manos vacías ante el rival de toda la vida.

Si el cuerpo técnico y los futbolistas se mueven al ritmo de las sensaciones de los hinchas, les será complejo abstraerse del clima externo y todo costará el doble.

La decisión la tiene Sanguinetti. El DT se encuentra, quizás por primera vez desde que llegó al club, en un momento incómodo. La gente se había ilusionado con el arranque y con la cima de la tabla de posiciones, pero los empates sucesivos y esta dura derrota ante Central, levantaron los primeros murmullos y críticas hacia su labor.

Es cierto que lo hizo es muy bueno con lo tiene. Numéricamente en poco tiempo logró que los rojinegros dejen de mirar la zona baja de los promedios y comenzar a ilusionarse con la clasificación a copas internacionales, pero el juego viene en declive y, generalmente, para ganar hay que jugar mejor que los rivales.

Sanguinetti cambió en el partido que nadie esperaba. La inclusión de Pablo Pérez como titular fue toda una novedad, sobre todo teniendo en cuenta que el capitán recién había sumado sus primeros minutos de fútbol contra Racing, la fecha pasada, después de estar más de un mes parado.

Esa decisión hizo que Newell's juegue sin "3". El pibe Martín Luciano le dejó su puesto al referente rojinegro y el que tuvo que sacrificarse para tapar la banda izquierda fue Francisco González.

Panchito, que no venía cumpliendo buenas actuaciones en las últimas fechas, no siente la marca y no pudo gravitar en los últimos metros, donde, por su velocidad, realmente puede destacarse.

La línea de "5" también será otro tema a rever para el cuerpo técnico. Más allá de rendimientos individuales bajos como los de Armando Méndez o Gustavo Velázquez, lo cierto es que no tiene demasiado sentido pararse de esa manera cuando no se tienen cubiertas las bandas.

Lautaro Blanco se aprovechó de la mala tarde de Méndez y le ganó tantas veces quiso, pero también es cierto que al uruguayo nadie lo relevó y terminó sufriendo el 2 vs. 1.

Sanguinetti no tiene mucho para probar ni tampoco mucho más margen para dejar pasar más puntos.

Lo mejor que le puede pasar a la Lepra es sumar de a tres mañana para calmar las aguas y barajar y dar de nuevo.

En cuanto a la formación no sería extraño que Luciano ingrese por Velázquez y retorne la línea de cuatro, aunque arriba también puede haber sorpresas.

Juan Manuel García viene arrastrando una molestia que lo tiene a maltraer en los últimos partidos y contra Central fue una sombra.

Quien fuera el héroe en el clásico pasado, en esta oportunidad tuvo que ver como era absorbido por la última línea auriazul, casi sin tocar la pelota, excepto una media vuelta en el primer tiempo.

De salir García, su lugar lo ocuparía el pibe Genaro Rossi, quien cada vez que le tocó ingresar mostró cosas interesantes.

Newell's no puede darse el lujo de seguir atado a lo que pasó el jueves. Si quiere mezclarse con los de arriba y soñar con alguna copa para 2023 debe dar vuelta la página y hacerse fuerte en su casa, donde hasta ahora solo pudo vencer a Argentinos Juniors.