Conrado Berón redaccion-er@miradorprovincial.com
Nerd es una palabra del inglés empleada para designar el estereotipo de la persona de alto coeficiente intelectual, muy estudiosa, pero de escasas habilidades para la socialización. Arrancamos esta nota de esa manera porque su protagonista se define así. Pero esa connotación no va a tener un solo ribete negativo al final de la entrevista.
Mario Correa nació en Viale pero se crio en La Paz, donde trabaja de notario. Antes o después de esa actividad divide su tiempo en pintar acuarelas, en hacer magia, en tocar el piano y en estudiar. Siempre estudiar. La excusa de la nota fue la exposición de sus acuarelas urbanas.
–¿Cómo surgió lo de la pintura en tu vida?
–Todo comenzó en la época de pandemia, en esa soledad obligada, donde no podíamos viajar ni vernos con amigos, ahí incursioné en el mundo de las acuarelas.
–¿En qué momento pensaste que se podían exponer?
–La verdad es que nunca pensé que se podían exponer, cuando fui subiendo las acuarelas a las redes sociales, los mismos seguidores me tiraron la idea de exponerlas. Hasta que un día me llamó Milagros Ríos, del Museo de Bellas Artes, primero para invitarme a dar una charla en uno de los talleres que ellos organizan; y luego plantearme lo de realizar una exposición. Nunca pensé que se iban a exponer, no buscaba eso.
La verdad que me asombré del efecto que provocaron una vez expuestas, en las personas que las veían. La misma gente identificaba el lugar del paisaje y me expresaban que les gustaba el resultado final.
–¿Por qué en su mayoría son paisajes paceños?
–En ese momento de pandemia me interesé mucho por la acuarela urbana, ya que quería plasmar cosas del interior de la ciudad. No tanto paisajes naturales sino paisajes urbanos. Además, estoy haciendo algunos paisajes de Paraná y también de Viale, pinté una acuarela de la escuela 60 donde fui alumno.
Ser espiritual
–¿Te capacitaste o sos autodidacta?
–Soy autodidacta, pero de chico yo dibujaba en tinta china, hacía retratos y comics de superhéroes, así que ya tenía algo de práctica en la pintura. Siempre aprendí solo, de chico y de grande.
–¿Qué significa en vos la pintura?
–Para mí la pintura es una expresión del alma, como todo movimiento artístico, así como me gusta la pintura, me gusta el piano y la magia. Mostrar en cada lugar una historia que se acerca siempre al ser más que al tener, veo a la pintura como algo muy espiritual.
–¿Qué te pasa cuando pintás?
–Me encuentro conmigo mismo, con mi ser, además, pintar me hace descansar de otras actividades. Hay un autor que me gusta mucho que se llama José Ingenieros, que decía que “cada actividad es un descanso de otras” y yo con esto siento que descanso y me permite a la vez crecer y encontrarme conmigo; voy descubriendo nuevas manchas y colores. En cada acuarela me demoro de tres a cinco horas y disfruto mucho ese tiempo. Quiero destacar que mi referente en este mundo es Álvaro Castagnet, que es un gran acuarelista uruguayo.
–¿Qué técnicas y qué materiales usas?
–Es una técnica de aguada, donde voy dando diferentes capas de agua, la primera capa es con pigmentos muy aguados, luego una más oscura, la tercera es más cremosa y finalmente una capa más intensa. Son cuatro capas donde paso de más diluido a lo menos diluido en agua. En cuanto a los materiales, uso cosas de mucha calidad.
–¿Hasta cuándo se podrá ver la muestra?
–Se va a poder apreciar hasta el final del mes de agosto. Son 42 acuarelas que están expuestas en el Museo de Bellas Artes de La Paz.
Magia y redes
–Además de escribano y pintor, sos mago ¿cómo arrancaste con eso?
–Bueno, de chico y creo que de grande también he sido y sigo siendo un pequeño “nerd”, sigo estudiando y aprendiendo siempre; por ejemplo, en pandemia me dediqué también al Derecho Notarial, lo que me ha llevado a dar charlas en distintos lugares. Aclaro eso porque el tema de la magia viene por ahí. De chico, mi abuela me regaló una caja de magia y ahí empecé a incursionar en eso. Primero en mis círculos familiares, desempolvé esos juegos y los libros y comencé a crear algunos. Me gusta mucho ver la cara de asombro de todos cuando ven esos “juegos de magia” (lo llamo así y no trucos porque creo que esto se debe a un pacto que hace el espectador con uno y la palabra truco me da a trampa). Me gustan mucho la cartomagia, la numismagia (con monedas). Soy seguidor de René Lavand y de Luis Piedrahita.
–¿Qué te dicen tus pares cuando te ven en estas actividades extras?
–La magia le ha gustado desde siempre a los círculos que frecuento. Mis amigos escribanos lo han aceptado y mis amigos en general, también. Además, esto de exponerlo en las redes sociales ha ayudado para que se conozca otra de mis pasiones.
–¿Te costó empezar a mostrar estas facetas en tus redes sociales?
–Sí, al principio me costó mucho, porque uno tiene como un prejuicio del rol que cumple como escribano. Me animé y vi que a mucha gente le gustaba así que lo naturalicé y ya no me cuesta, al contrario, me gusta. Creo que uno en la vida tiene que seguir sus sueños y sus gustos y no creer que cumple un solo rol en la sociedad.
Seguir estudiando
–¿Qué planes tenés a futuro? –Quiero seguir estudiando Derecho, voy a seguir perfeccionando mi magia y las técnicas de acuarelas. Además, voy a mejorar mucho en el piano. Básicamente quiero seguir estudiando, creo que la juventud significa siempre tener proyectos y cuando uno deja de tener proyectos deja de ser joven.
En relación a esto creo que hay que profundizar el “ser” y no el “tener”, hay que ir más por el crecimiento personal, por el estudio; me parece que es el mensaje más importante que uno le puede dar a los chicos y a los jóvenes. Nunca es tarde para estudiar y hacer lo que a uno le gusta. No tenemos que dejarnos llevar por los prejuicios sociales. Yo soy escribano de 8 a 12 y de 17 a 20. Después, de eso hago lo que siento.