Este 3 de agosto se cumplen doscientos años desde que la Junta de Representantes de Santa Fe diera por creada la bandera de la provincia, entidad histórica que encuentra su origen en la ya por entonces lejana fundación de Garay, que había sido tenencia de gobernación hasta 1815 y que era en esos días un estado independiente, como todas las provincias antiguas de la actual República Argentina.
El diseño de la bandera había sido concebido por el propio gobernador Estanislao López, según expresa en su comunicación del día primero de ese mes. Reorganizaba la distribución de los colores de la bandera artiguista que había flameado al frente de los batallones santafesinos, entrerrianos, correntinos, misioneros y orientales, en sus enfrentamientos contra la –nunca admitida- coalición lusoporteña.
La nueva bandera -cuyo principal estudioso ha sido Federico G. Cervera- sería colorada, blanca y celeste, en franjas verticales, con las armas del Estado y un sol naciente dentro de un óvalo amarillo que contendría la leyenda de "Provincia Invencible de Santa Fe".
En el texto original de la comunicación de López a la Legislatura del 1 de agosto, se aprecia que ha subrayado la leyenda "Provincia Invencible de Santa Fe", expresión que devela el estado de ánimo del Brigadier que estaba viendo por entonces los efectos de la firma del tratado del Cuadrilátero suscripto en enero, que parecía haber alumbrado una época de paz y prosperidad al cabo de una guerra en la que él había sido el principal protagonistas. El acuerdo entre las cuatro provincias litorales ponía fin a un estado de confrontación permanente que se había iniciado en 1815, abriéndose una etapa de tranquilidad interior que duraría hasta 1828.
Ese era el clima optimista que se vivía en agosto de 1822, cuando el Brigadier crea la bandera sancionada el 3 de agosto. Esa atmósfera de triunfo y de pacificación llevó a la Junta de Representantes a concederle a López los grados de Coronel de Dragones de Caballería, Coronel Mayor y Brigadier General de la Provincia (según le comunicaban el 12 de julio), condecoraciones a las que se había hecho acreedor -como decía la notificación- por haber colocado a la provincia "en el deseado término de su libertad e independencia". Cinco días después de la creación de la bandera, López agradecía al General Martín Rodríguez, gobernador de Buenos Aires, el sable que le obsequiara el Cabildo de aquella ciudad por el triunfo sobre el Supremo Ramírez y el tratado del 24 de noviembre de 1820 (de Benegas), prometiendo "no desenvainarlo jamás sino para sostener los sagrados derechos de la patria".
Santa Fe se sentía "invencible" bajo el mando de su invicto gobernador y la bandera recogía ese sentimiento de seguridad y alarde de poder por especial indicación del mismo López.
Las "armas de la provincia" a las que alude López al comunicar a los representantes el diseño de su bandera, pueden identificarse en el papel sellado utilizado durante el gobierno de Mariano Vera (1816-1818), donde la lanza, con su moharra hacia arriba, y las flechas cruzadas con sus puntas hacia abajo, ya están presentes dentro de un óvalo con la leyenda de "Provincia de Santa Fe".
Estas armas parecen aludir a lo que en 1816 consistía la principal trayectoria bélica de Santa Fe: la guerra ofensiva y defensiva con los pueblos originarios del Chaco y de la Pampa, que lejos estaban por entonces de haber sido sometidos y que constituirían todavía, y por mucho tiempo, un poder inquietante para los descendientes de los colonos españoles.
No era esta guerra la que López tenía en mente cuando subraya las palabras que irían en su bandera. Él quiere remarcar que Santa Fe ha sido "invencible" frente a las invasiones porteñas de 1818 y 1819, que él mismo repelió, como también en las campañas que culminaron en Cepeda y El Gamonal en 1820, enfrentando primero al Directorio en coalición con las provincias artiguistas, y a la naciente provincia de Buenos Aires después. Se sumaba a esta epopeya federal la victoria en 1821 sobre un impensado enemigo del mismo signo: Francisco Ramírez, cuya cabeza ordenó embalsamar y colocar en la Iglesia Matriz junto a la bandera entrerriana capturada en las lomas de Coronda.
Otro sello utilizado en la papelería oficial de esos días, cuyo diseño se ha atribuido a Juan Francisco Seguí -ministro por entonces de la provincia-, parece responder más al sentido de la leyenda que López quiso para su bandera. Se trata de un elaborado diseño que contiene un caballero español sosteniendo una lanza hacia arriba cruzada por un sable y un fúsil con bayoneta dirigidos hacia abajo, con lo que estaría aludiendo al triunfo santafesino sobre los porteños y entrerrianos. En el óvalo que contiene a estas y otras figuras, se lee "Santa Fe de la Vera Cruz - Provincia Invencible".
La lanza y las flechas cruzadas hacia abajo constituyen el principal elemento del escudo de la provincia, y se han mantenido hasta el presente, aun cuando el sentido de la orientación de las flechas no parece haber sido un asunto de estricta observación, si nos atenemos a la empuñadura de oro del bastón de mando que se le atribuye al gobernador Estanislao López (Museo Histórico Julio Marc de Rosario), en el que las flechas se orientan hacia arriba, seguramente por un error del orfebre.
Los dos grandes lienzos de Félix Revol que representan las figuras ecuestres del General Pascual Echagüe uno, y del Coronel Martín Santa Coloma el otro, ofrecen motivo de análisis en cuanto a los escudos que presenta en sus ángulos superiores. En el de Echagüe aparece a la izquierda el escudo santafesino con las flechas orientadas correctamente hacia abajo, mientras que en el de Santa Coloma apuntan hacia arriba. A la derecha se muestra en ambas telas el escudo de Buenos Aires, o de la Confederación Argentina, resaltando el azul oscuro que Rosas adoptó para diferenciarse del celeste usado por los unitarios.
¿Competencia de banderas? Alguna competencia debió haber existido en materia de símbolos aún entre los federales. Es posible que Rosas quisiese hacer prevalecer en las provincias la bandera azul y blanca aprobada por el Congreso de Tucumán en 1818, dándole alcances nacionales, cuando el Estado Nacional no existía todavía. Aunque desfigurada, la bandera de Belgrano con el azul turquí de Rosas, el sol colorado y cuatro gorros federales en sus ángulos, debió haber marchado al frente de las tropas porteñas que operaron contra el general Paz en 1831 bajo el mando de López.
Fue en esa ocasión que Santa Fe ratificó los colores de la bandera provincial, según acordara la Junta de Representantes el 17 de enero de ese año, disponiendo que fuese "tricolor; celeste, blanco y encarnado". Al regreso de López fue recibido en triunfo en la ciudad y la bandera santafesina ondeó "arriba del Cabildo, arriba de la Capitanía del Puerto", reseñaba una crónica de aquellos días. "Santa Fe flameaba victoriosamente su libertadora bandera: en todas partes el azul bonaerense, avivado con flamante color punzó federal relumbraba con mayor esplendor", reseñaba una nota de "El Clamor Cordobés" del 15 de junio de 1831, aludiendo a mi entender, a la convivencia de ambas banderas, la de Rosas, o confederal, y la de López, en la ornamentación de la ciudad triunfante.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos.