Artes plásticas

Fernando Fader y la celebración del 140º aniversario de su nacimiento

 


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Lucía Dozo


El pintor Fernando Fader nació en Burdeos, Francia, en el año 1882 y durante la infancia se radicó con su familia en Argentina. Vivió en Mendoza y en Córdoba, donde falleció en 1935. En Rosario, pueden verse varias de sus obras en el Castagnino ya que forman parte del patrimonio del museo.

Su obra está incluida -además de en ciertas galerías y colecciones privadas- en la Casa Museo Fernando Fader de Loza Corral, a 8 kilómetros de Ischillín, en Córdoba, y en el Museo Guiñazú de Luján de Cuyo, en Mendoza. También, en el Museo Nacional de Bellas Artes en Buenos Aires (Av. del Libertador 1473).

Entre las obras de Fader que pueden visitarse en el Castagnino de Rosario se destaca la serie La vida de un día. Según se señala desde el museo, el artista -fiel a los intereses impresionistas- representó un mismo paisaje que se transforma bajo los efectos lumínicos en diferentes horas del día a través de ocho piezas; estas son: La mañanita, La mañana, Mediodía, La nube blanca, La tarde, La puesta de sol, Crepúsculo y Anochecer.

Señala Ignacio Gutiérrez Zaldivar, experto en la obra de Fader: “(Estaba) preocupado por los efectos de la luz sobre los objetos. Era capaz de terminar un óleo en tres horas pintando al aire libre, pero su técnica no tenía nada de improvisación. Había estudiado en la Academia de Bellas Artes de Múnich y preparaba sus modelos durante meses”. Y lo define de este modo: “Es el pintor de la soledad y el silencio”.

En Córdoba, Casa Museo de Loza Corral

En el Año Fader se realizan en Córdoba -provincia en donde estuvo radicado entre 1916 y 1935, cuando falleció- distintas actividades que ponen el acento en la preservación y proyección de su valiosa obra pictórica a 140 años del nacimiento del artista.

El pasado mes de abril se anunció en la capital de esa provincia un importante plan de obra de puesta en valor de la Casa Museo Fernando Fader ubicada en Loza Corral, en el departamento Ischilín del norte cordobés. La casona, construida por el propio Fader sobre jardines escalonados, cuenta con un sistema de riego también diseñado por él. La Casa Museo guarda no solo elementos de trabajo sino también muebles, fotografías, libros y otros efectos personales.

La puesta en valor persigue el objetivo de que los visitantes puedan apreciar el inmueble y sus inmediaciones tal como eran en 1916 cuando Fader eligió el lugar para su residencia. En muchas de sus famosas pinturas quedó plasmado este paisaje.

Esto se enmarca dentro de un plan de trabajo y promoción del Camino de los pintores del norte cordobés, un circuito de casas museos, ateliers e intervenciones artísticas que comprende espacios como la Casa Museo Fernando Fader, los murales de la Asociación Española en Deán Funes y las pinturas de la cúpula de la Iglesia de Tulumba, entre otros.

En Mendoza, Museo Guiñazú - Casa de Fader

El artista llega a Mendoza a los tres años junto a su familia; a los seis retorna a Europa, de donde irá y vendrá, para volver a radicarse en esta provincia siendo un joven, hasta 1916 cuando debe instalarse en Córdoba por recomendación de los médicos debido a que padecía tuberculosis.

El Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú - Casa de Fader (San Martín 3651, Mayor Drummond, Luján de Cuyo) lleva el nombre de Fader, quien pintó los murales del hall y de la piscina interna. Inaugurado en 1951, fue originalmente residencia veraniega de Guiñazú, quien en 1905 contrató al joven Fader para que pintara los murales que allí se conservan. El museo cuenta también con colecciones originales de importantes artistas de esa provincia y también nacionales, así como con reproducciones de cuadros y esculturas del arte universal. Es posible visitar la Biblioteca especializada Narcisa Araujo de Guiñazú, que lleva el nombre de quien donó la residencia que actualmente es museo.

La casona centenaria está rodeada por un auténtico museo de esculturas al aire libre; este museo - parque consta de un trazado geométrico de cipreses que forman salas al aire libre para la exposición de las esculturas. Respecto de su patrimonio, el museo ofrece, en sus diez salas de exposición, una importante colección de pinturas de Fader: a los seis murales de la casa se agregan dos esculturas, siete dibujos y cuarenta y una pinturas. Tras ser donado en 1945 por la familia Guiñazú, abrió sus puertas al público en 1951. En 1998, se declararon bienes del patrimonio de la Provincia de Mendoza el edificio del museo, su parque y la obra de Fader.



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