Cristian Oliva
En nuestro país se percibe desde hace años un cierto aire a revitalización y puesta en valor de la historieta. Si bien el logro es compartido, merito de editoriales, artistas y público en general, mucho de este crecimiento se debe al apogeo de los llamados espacios de encuentro. La reciente Convención “Crack Bang Boom” es, sin dudas, el mayor de ellos. Su regreso, tras dos largos años de pandemia, marco la agenda de lanzamientos y tras su vasta convocatoria instaló con fuerza a la historieta nacional en los medios de comunicación locales e internacionales.
Por si fuera poco, los mismos organizadores propiciaron la creación de los “Premios Trillo”, premios que, desde su primera edición en 2015, no han parado de escalar en popularidad, y dada la modalidad de su votación, han dejado siempre la sensación de que son los “propios historietistas quienes aplauden la historieta”.
Los mismos, nombrados de esta manera como homenaje al recordado escritor y guionista de historietas argentino Carlos Trillo fallecido en 2011, se componen de un total de diez categorías a las que se suma una onceava que premia la trayectoria del artista. Siempre parten de una selección inicial realizada por colaboradores y miembros de la organización de Crack Bang Boom (Mariano Abrach, Leandro Arteaga, Anahí Blue, Eduardo Santillán Marcus, Diego Trerotola y Andrés Valenzuela) quienes evalúan todo el material relacionado publicado en Argentina durante el año anterior. Excepcionalmente, y producto de la no realización de los años anteriores; esta edición premió las publicaciones que vieron la luz durante 2020 y 2021.
Finalmente, el triunfo en cada una de las categorías está dado por el voto exclusivo de aquellos creadores de historietas (escritores, dibujantes, entintadores, coloristas, diseñadores y editores) que oportunamente hayan sido invitados en ediciones anteriores de la convención.
Resulta gratificante ver cómo año tras año los ojos curiosos del público acompañan el rito de la premiación. Existen abrazos efusivos, agradecimientos oportunos, triunfos ajenos que se festejan como propios y un clima general que se siente, literalmente, de amigos. Si bien no resulta fácil instalar una ceremonia que premie un rubro muchas veces menospreciado, más difícil aún es que el mismo consiga la aprobación de sus participantes. Los “Trillo” han sabido conseguirlo y ese es quizás su mayor logro.
Los resultados de la edición 2022, anunciados el sábado 13 de agosto, dejaron algunos datos más que interesantes. El primero de ellos es el afianzamiento del formato digital, una de las mayores trincheras de la producción local durante el aislamiento. Los trabajos nominados eran muchos, al punto de compartirse el premio al mejor de ellos entre dos: “El pasajero del U-977”, de Rodolfo Santullo y Carlos Barocelli (editado por Pictus y serializado en revista Dynamo) y “Estrella Roja” (editado por Loco Rabia).
El empate tomo protagonismo nuevamente en la categoría “Mejor obra para público adulto”. Allí triunfaron “Cartográfica” de Sike, en una edición impecable con encuadernado a mano y una impresión con la técnica de risografía a cargo de Estudio Mafia; y “Guaraní”, de Diego Agrimbau y Gabriel Ippóliti, trabajo editado por Hotel de las Ideas. El primero se apropia de diversos géneros para dar forma a un relato ensayístico y de reflexiones en los que el cuerpo es el gran protagonista. El segundo es una ficción histórica que se enmarca en la Guerra del Paraguay. Un guion potente que se lleva a la perfección con el dibujo de Ippóliti, artista oriundo de Cañada de Gómez.
Como obra de humor gráfico ganó Esteban Podetti con “La caja vol. 2” (Historieteca), una nueva selección de los mejores e irreverentes chistes que el autor publica mayoritariamente a través de sus redes sociales. Mientras que “El diablo en la torre nueve” cosechó el premio a “Mejor obra público infantil/juvenil”. El trabajo publicado por Barro editora, enaltece la figura de Daniela Ruggeri, artista que se mueve a la perfección en el género de aventuras. Aquí un grupo de amigos intentarán probar algunos mitos urbanos.
En la reñida categoría de “Mejor antología” salió victoriosa “Hoy: historieta argentina independiente”, monumental trabajo donde a través de más de 400 páginas la editorial Zinerama reunió el trabajo de 103 artistas desperdigados en numerosos fanzines que vieron la luz a lo largo de los años. El galardón al mejor “rescate” de material previamente editado fue para la compilación coeditada por Loco Rabia y 2D Ediciones “Alvar Mayor: el origen de los mitos”. Se trata del tomo dos de tres (el último podría llegar a fin de año) de la recopilación de la obra completa del personaje creado por la dupla Carlos Trillo y Enrique Breccia para la extinta revista Skorpio.
En lo que respecta a las categorías individuales, el marplatense Kundo Krunch triunfo como mejor dibujante por su trabajo en “El último recurso: un cuento de navidad” (Libera la bestia). Segunda entrega de este grupo de personajes cuya formación recuerda a freaks como los de “El escuadrón suicida”. Una buena elección de colores y un tono bizarro que expresa lo grotesco del grupo.
El uruguayo Rodolfo Santullo, infaltable en esta entrega de premios, se llevó el galardón a mejor guionista esta vez por el webcómic “Nathaniel Fox y el templo de Humayún”.
El artista Germán Peralta, diseñador del afiche promocional del evento Crack Bang Boom (el del pez dorado gigante emergiendo desde el Paraná), venció en la categoría de “Mejor portada” por su imponente labor en “Zomvikingos” (editado por Capitán Ediciones). Allí resume mediante un rojo estridente la fuerza naciente tras la combinación de géneros como la fantasía heroica nórdica y los muertos vivos.
Jorge González por “Llamarada” de Hotel de las Ideas recogió el premio como “mejor autor integral”, premio merecidísimo para el autor radicado en España desde hace casi veinte años. En el trabajo expone mediante 280 páginas el oficio emprendido por los hombres de su familia: el futbol. Una historia íntima, cargada de nostalgias y llena de miedos que coquetean con conceptos como la paternidad y el legado generacional. La historia parte desde su abuelo, un jugador apodado “Llamarada” por el tono rojizo de sus cabellos que defendió los colores de La Academia durante la transición del amateurismo a la era profesional. El historietista es uno de los ilustradores y autores más originales en la actualidad, colaborando en numerosos proyectos entre los que se destaca “Orsai”, donde participa desde sus inicios.
Por último, el premio a la trayectoria fue para el también creador y gestor principal de la convención, Eduardo Risso. El dibujante es uno de los más destacados artistas del medio, famoso por obras como “Parque Chas” junto a Ricardo Barreiro; y “Bolita”, “Yo, vampiro”, “Fulú” y “Chicanos”; todas ellas bajo guiones de Carlos Trillo. En Estados Unidos ha obtenido un amplio reconocimiento por su trabajo junto a Brian Azzarello por la serie “100 Balas” con la que ganó cuatro Premios Eisner.
Los agradecimientos del artista llegaron a través de un video que acerco a través de sus redes sociales. “En lo personal fue un momento muy emotivo, emocionante para mí, sobre todo porque soy una persona que no se quiebra fácilmente. Este video es una manera de pedir disculpas y brindar los agradecimientos pertinentes porque sinceramente en el cierre no los he podido dar, el premio Trillo a la trayectoria me dejó sin palabras, se me borro la memoria. Empiezo por el gobierno municipal a través de su secretaría de cultura que nos viene acompañando cada edición, incluso ahora se han comprometido a apoyar la convención por los próximos diez años. En particular quiero centrarme en una persona que es un poco el nexo entre nosotros y la secretaria, Paula Imhoff, eternamente agradecidos con ella. A los auspiciantes, a los espacios y su gente que se pone la camiseta y viven la fiesta junto a nosotros, galpón de la música, centro de expresiones contemporáneas, centro de juventudes y centro cultural Parque España. Agradecer a los colaboradores que se sumaron en esta oportunidad, por su calidez y a los asistentes”.