Carlos Retamal
Rosario, la cuna de la bandera y la violencia, no para de sangrar. Entre la tarde y noche del miércoles 24 se registraron tres homicidios en distintos puntos de la ciudad, elevando a 30 la cantidad de víctimas (no solamente números) en lo que va del mes de agosto.
La triste realidad de violencia y muerte en la que está sumergida la ciudad más importante del departamento Rosario parece superarse día tras día. Los fríos informes señalan que se está ante el año más violento y sangriento desde que se registran datos en forma estadística. Y la realidad que se vive en las calles demuestra eso: miedo a la hora de salir cuando cae el sol; miedo ante el sonido de una moto apareciendo en una calle poco iluminada; terror ante el sonido de un disparo.
En lo que ya parece ser una maldita costumbre, agosto sigue sumando crímenes con tinte sicario, ya no solamente ante el amparo que brinda la noche sino a cualquier hora del día.
El primero de los asesinatos del miércoles 24 de agosto ocurrió poco antes de las 18 sobre avenida Uriburu, entre las avenidas Las Palmeras y Circunvalación, en el extremo oeste de Rosario, en una zona recta en la cual hay campos de lo que alguna vez fue tierra donde proliferaban las huertas.
A esa hora, dos jóvenes volvían en moto de una visita en la Unidad Penitenciaria Nº6, ubicada unas pocas cuadras más al oeste, sobre Las Palmeras y bulevar 27 de Febrero, casi en el límite con Pérez (zona donde también se han registrado varios crímenes y se dejó algún que otro cuerpo) y al llegar a la altura de Uriburu al 6000, fueron interceptadas por varias personas que circulaban en un auto, que sin mediar palabra comenzaron a disparar.
Las dos jóvenes motociclistas recibieron varios impactos y quedaron tendidas sobre el tejido que limita con uno de los campos, con la moto XR blanca, de 150 centímetros cúbicos, al costado.
Una de ellas, identificada como Victoria Soledad Páez, de 26 años, recibió el menos media docena de impactos de arma de fuego y murió a los pocos minutos.
Mientras que la otra, Jaqueline D., de la misma edad, fue alcanzada por entre 2 y 3 disparos y fue llevada en ambulancia hasta el hospital de emergencias, donde quedó internada en grave estado.
En inmediaciones del lugar del ataque, los investigadores de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) hallaron, además de la moto XR blanca, 7 vainas servidas, que fueron enviadas a peritar.
Según indicó a este diario el fiscal en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos, Alejandro Ferlazzo, se presume que los atacantes venían siguiendo a las víctimas desde su salida de la Unidad Penitenciaria. Además, sostuvo que el lugar elegido para el ataque es una zona en la cual se han cometido varios hechos delictivos y que “ha habido descarte de vehículos o se encontraron personas fallecidas” porque “es una zona un poco aislada y que carece de elementos para prevenir”, como iluminación y cámaras de seguridad.
Además, indicó que horas más tarde se incautó un vehículo que tenía pedido de secuestro por robo, que intentó ser incendiado y que en su interior se hallaron algunos elementos que podrían inferir que intentaron descartarlo. Si bien no dio mayores precisiones, adelantó que se investiga si fue el usado por los homicidas.
Doble crimen en el norte Pasadas las 21 del miércoles, en una calle de la zona conocida como Puente Negro, en un extremo de barrio Parque Casas, fueron asesinados dos jóvenes, que fueron identificados como Kevin Mora y Nahuel Segovia, ambos de 25 años.
Fuentes policiales y judiciales señalaron que entre cuatro y cinco personas aparecieron en dos motos (o en una moto y un auto, según otro relato) por la zona de Cavia al 1300, mientras que otra versión señala que el lugar del ataque fue Cavia y Gallardo, a metros de avenida Sorrento, donde un grupo de jóvenes estaba charlando.
Sin mediar palabra, comenzaron a escucharse múltiples detonaciones de arma de fuego. Instantes después, los atacantes se dieron a la fuga, dejando en el lugar al menos 3 personas heridas. Vecinos de la zona trasladaron en auto hasta el hospital Alberdi a Kevin, a Nahuel y un tercer joven, identificado como Mauricio M., con múltiples heridas en su cuerpo. Los dos primeros fallecieron a los pocos minutos de ingresar, mientras que Mauricio quedó internado en estado reservado.
El fiscal Ferlazzo, que también está a cargo de la investigación de estos dos homicidios, señaló que poco antes de las 22 se conoció el ingreso al hospital de Niños Zona Norte de un menor de 9 años, identificado como Francisco L., con heridas de arma de fuego. Lo había traído su madre en un auto particular, desde la zona de Cavia al 1300 –donde produjo el doble crimen–. Según voceros del caso, la mujer dijo que el pequeño fue herido mientras estaba con un familiar en un comercio de la zona. El niño fue ingresado en el área de cuidados intensivos y luego de unos minutos, a quirófano, donde estuvo por casi 4 horas. Continúa internado en el hospital ubicado en un extremo del parque Alem, en la zona norte de Rosario, en grave estado y con pronóstico reservado.
En el lugar del ataque, personal del gabinete criminalístico secuestró al menos 11 vainas servidas y un plomo encamisado, material que fue enviado a peritar.
Números en rojo En base a datos propios y al informe que genera y corrige en forma periódica la Dirección de Política Criminal de la Secretaría de Política Criminal y Derechos Humanos – Fiscalía General, la Subsecretaría del Observatorio de Seguridad Pública y la Subsecretaría de Prevención y Control Urbano del Ministerio de Seguridad, en agosto ya se llevan contabilizados 30 asesinatos en 24 días, lo que equivale a uno cada 19 horas, y un total de 194 en 236 días del año 2022 en el departamento, que equivale a uno cada 29 horas.