Rodrigo Pretto
Las lluvias en el centro oeste santafesino volvieron a repetir el complejo panorama que venía sucediendo en los últimos años. El departamento San Martín quedó fragmentado a la mitad respecto a las precipitaciones registradas. Los campos del sur sintieron el alivio de un promedio que llegó a los 40 milímetros. Del lado norte, fueron escasas: en algunos casos llegaron a los 4. "Fue todo muy dispar. Para algunos fue un respiro, para otros una complicación porque pasaron las tormentas pronosticadas y no fueron las deseadas", le dijo a este medio Gustavo Almada, jefe de la Extensión Rural del INTA Carlos Pellegrini.
Desparejas, beneficiosas para un sector y una decepción para otros productores. Las precipitaciones de este domingo volvieron a ser variables en el departamento San Martín. "Si trazamos una línea desde Ruta 66 hacia el sur, los registros fueron muy buenos y promediaron los 30-40 milímetros. A los trigos les servirá mucho en su recuperación por el impacto de las sequías y heladas últimas. Además, consideremos que los maíces que se sembraron también lo necesitaban", destacó Almada.
El ingeniero agrónomo, incluso, pronosticó que a partir de estas las lluvias algunos productores ingresarán con las máquinas a los campos para implantar maíz. "Todavía estamos en fecha. Algunos no lo hacían por la faltaba agua. Pero esto es un impulso. Los perfiles de la tierra se recargaron y eso anima".
Sin embargo, no toda la región corrió la misma suerte en la jornada del domingo último. El paralelismo a la situación del sur se reflejó en el norte del departamento, el más sufrido de la zona. "Las precipitaciones fueron escasas y no contribuyeron para nada. En algunos lugares fueron de 4 milímetros. Esto agrava la situación porque pasadas estas tomentas ya no existen perspectivas para los próximos días", explicó el jefe de la Extensión Rural del INTA.
Así, con los trigos que atraviesan un crítico momento, las consecuencias de los escasos registros del domingo ya son las peores. "Las heladas le pegaron muy fuerte a este cereal, fueron muy dañados y el panorama es muy malo. En general, se observan los campos como la bandera de Brasil, verde y amarillo. Eso es impacto de helada en hojas superiores. Incluso se han quemado los tallos, son espigas que van a faltar. Sobre la falta de agua, se perdieron macollos, con lo cual los rendimientos van a ser escaso. Ya hay lotes que se perdieron completamente y no van a ser cosechados", se lamentó Almada.
Por otro lado, y analizando las perspectivas de los maíces, desde la Extensión Rural dejaron en claro que aquellas hectáreas que no fueron sembradas y durante el domingo no recibieron abundantes lluvias, quedarán a la espera. "No se pueden avanzar ahora por falta de humedad en la tierra. La ventana es hasta fin de mes para los maíces de primera. Donde el agua caída fue escasa, habrá que pensar en los tardíos recién para diciembre", adelantaron.
Y la explicación es sencilla. Para Almada, los productores no pondrán en riesgo la producción considerando que de ingresar con las sembradoras en los próximos 15 días - en aquellos lotes donde las precipitaciones fueron insuficientes - la floración de las plantas se daría entre diciembre y enero. "Ese es el momento más crítico del cultivo. Entonces, ante la influencia de la niña que pronostican se extenderá, habrá faltante de agua en un período donde las temperaturas son muy altas. Como consecuencia, la gente de campo esperará hasta fin de año para que esa floración sea en febrero", concluyó.