Cristian Oliva
La incidencia del arte en la vida moderna no es menor, tiene la capacidad, así como la obligación de conmover, conectar e interpelar a su público. Es de alguna manera un motor destinado a nutrir pensamientos e ideas y, porque no, generar lazos creando colectividad en espacios caracterizados por la ausencia de la misma.
El artivismo, definido como una hibridación entre el arte y el activismo, entiende al arte no solo como un poderoso medio de comunicación destinado al cambio y la transformación, sino como una herramienta educativa indispensable para llegar a los espacios sociales y capaz de romper los roles tradicionales de la comunicación social.
Un lenguaje de libertad que desde la creación artística se mueve libremente sin las presiones propias de las normas culturales y de las curriculas académicas. Se trata de una intervención sin límites de acción, que conlleva un claro mensaje sociopolítico.
El artivismo se caracteriza por la lucha y la resistencia; y su voz se despliega, mayoritariamente, a través de colectivos y asociaciones plagadas de artistas ante todo disconformes con la serie de desigualdades e injusticias que caracterizan a la sociedad.
Al fin y al cabo, de lo que se trata es de posibilitar la apertura de nuevos espacios de diálogo y discusión para analizar distintos temas, preocupaciones y malestares que a esta altura son universales.
Paredes, muros, fachadas y monumentos son alcanzados con el fin de expresar el enojo y discrepancia convirtiendo el paisaje urbano en una suerte de museo a cielo abierto.
La historieta, considerada por muchos el noveno de los artes, no podía permanecer pasiva frente a esta suerte de reivindicación de las causas justas.
Enarbolando la bandera del artivismo de la mano de SOSVirtual y bajo la iniciativa educativa KomikSOS desde el pasado 27 de julio puede disfrutarse el comic “Motelo Mama” dentro del sitio webtoon. La plataforma, una de las más populares, aloja un sin fin de historias pensadas para ser leídas de manera sencilla y cómoda a través de celulares (se presentan en formato vertical y utilizando un scroll el lector puede desplazarse hasta llegar al final del capítulo).
“Motelo Mama”, dibujada por el talentoso artista boliviano Will Amaru y escrita por el rosarino Daniel Basilio (autor de los libros “La noche se presta para pegarle a un viejo” de 2015 y Yo Fútbol Club de 2019, ambos editados por Casagrande Editorial) fue desarrollada con la participación directa y activa de adolescentes y jóvenes artistas oriundos de distintas partes de América Latina y el Caribe.
Los personajes se crearon de modo colaborativo en talleres participativos comandados por algunos referentes del medio. Entre ellos, Manuel Loza, que aportó su experiencia en el desarrollo de personajes y el mencionado Basilio, colaborando en el proceso narrativo.
“En una primera instancia, a partir de talleres de dibujo, los chicos crearon los personajes: cómo se ven, sus poderes, intereses, motivaciones. En un segundo momento, para el taller de narrativa, armé un juego de cartas virtual y combinatorio con escenarios posibles, puntos de partida de las historias y plot twists, entre otras cosas. Los chicos se dividieron en grupos y, según las características de los personajes que habían creado y las cartas que fueron tocando, pensamos posibles interacciones. Con toda esa data previa, pude después armar el arco de la temporada y los capítulos”, señala el escritor en charla con Mirador Provincial.
Basilio es colaborador de Aldeas Infantiles (organización no gubernamental y sin fines de lucro tendiente a favorecer el desarrollo de los niños y jóvenes en un entorno familiar protector) desde hace algunos años. “Durante la pandemia, trabajamos a nivel nacional, Latinoamérica y Caribe, cómo las TIC pueden potenciar derechos de los chicos En general hay un prejuicio de los adultos a la hora de pensar en las tecnologías de la información y la comunicación: suelen verlas como algo bueno o malo, una mera herramienta que es externa a ellos.
Tratamos, en ese sentido, de darle un giro: ver cómo los adultos podemos propiciar mediante su uso, instancias de participación que favorezcan losdintereses de los chicos.
La historieta Motelo Mama es una pata más del proyecto. Una excusa para que los chicos aprendan modos colaborativos de participación, tomando decisiones, pero también siendo acompañados por adultos que puedan potenciar su creatividad. Es muy loco para un chico que dibujó en papel un personaje, ver cómo después está inserto en una historia y dibujado por un profesional. Le deja un registro importante de hasta dónde puede llegar algo que hizo”.
La historia “Hay una ciudad dentro de la ciudad. Hay una ciudad dentro de todas las ciudades. Los mitos dicen que viene de la Amazonia. La llaman Motelo Mama, ha estado siempre y siempre estará”
Así comienza “Motelo Mama”, comic que narra la historia de un grupo de adolescentes que puede conectarse entre sí a través de esta, en apariencias, ciudad oculta. Su temporada inicial se ve renovada cada miércoles con la llegada de un nuevo capítulo, totalizando a la fecha un total de siete publicados.
A la ciudad pueden ingresar todos los niños de América Latina desde su nacimiento, perdiendo la mayoría acceso a ella al llegar a los siete años de edad. Por supuesto, nuestros protagonistas han conseguido esquivar esta restricción y permanecer en “Motelo Mama” forjando una unión que encuentra raíces en el fuerte vínculo que cada uno de ellos mantiene con su niñez. Nunca han dejado de jugar.
“Motelo Mama es sobre un grupo de chicos que viven en distintas regiones de América Latina y se conectan, de modo espacial, a una ciudad que enlaza sus ciudades. Esta “ciudad-entre-ciudades” lleva la forma de una tortuga gigante. Solo es accesible para aquellos que tengan una singular sensibilidad. Una especie de internet sensorial que se abre al mundo desde la Amazonía.
Estos chicos tienen habilidades especiales y el mundo adulto parece no comprenderlos. Desde Motelo Mama, tratan de resolver el caos producido por la desinformación, los mandatos de productividad y la aceleración de los tiempos”, remite el guionista.
Algunos de sus personajes principales son “Catmeriduza” con el don de hipnotizar y conectar con animales; “Tenshi” que puede vincularse a cualquier dispositivo tecnológico, “Hakimi” que vuela y consigue teletransportarse, “Luiziín” que logra sentir lo que pasa en otros planetas canalizando lo que ve y “Mislen”, chica nueva a la que iremos conociendo poco a poco.
Guiados por el Profesor Illari, unirán sus habilidades para enfrentar los problemas subterráneos e inconscientes que aquejan a la sociedad.
El guionista Daniel Basilio es licenciado en Comunicación Social y docente. Es autor de los libros “La noche se presta para pegarle a un viejo” (Casagrande Editorial, 2015), "Yo Fútbol Club" (Casagrande Editorial, 2019), guionista de los cómics, "El Ciclo de Cornelio Gris" (Videodromo, 2016), “Übertraven” (Videodromo, 2018), "Motelo Mama" (Komik SOS, 2022) y del videojuego de RV, "Vakuna" (Ideart/Matecocido Games, 2019).
Es director y guionista de la serie Clínica de Payasos Mentales (2014), el mediometraje estrenado en cine, ¿Qué es un Payaso Mental? (2015), y actor de voz y titiritero del ciclo de TV infantil, Hasta que se aviven (2010), ganador de un premio FUND TV.
Participó en revistas nacionales e internacionales; colaboró con ensayos sobre arte, tecnología y filosofía en revistas digitales y compilaciones como “La trama de la comunicación” (UNR Editora, 2014) y “Variaciones del fantástico” (Casagrande, 2018) del proyecto Rosario se lee, destinado a escuelas secundarias, además de participar en programas radiales (Cristal Bell, Rock & Pop, Radio Universidad, etc.) como conductor, columnista y actor.
Fue letrista y miembro del coro de la murga estilo uruguayo Los Vecinos Re Contentos (2009-2012) y actor en la obra de teatro Octaedro 2015 d.c. (2018-2019) dirigida por Carla Saccani.