El Club Renato Cesarini, a la salida de Rosario en la autopista a Buenos Aires, es su creación, hectáreas que respiran futbol, árboles que son testigos de promesas de éxito. Canchas de fútbol que son una hipérbole de sus años de pibe. Cuando su pasatiempo estaba en la calle, en los potreros, y después con el murmullo fastuoso de la hinchada que alentaba, en la sonrisa de la gente con ese fútbol de galera y bastón, elegante y goles victoriosos.
La calle que era la vecindad, el club, la canchita del barrio, refugios de muchos pibes amantes de la pelota. La calle, la pelota, el abrazo de gol, el sueño de campeón, de dirigir al mejor del mundo y nada más, para qué más. Toda su familia es futbol, él su hermano, sus sobrinos, rosario, los 70, los 80 la gloria del futbol nacional, pero también es y contiene historias de rescate, de guía, de amor paternal también. Me recibe con una voz apenas nasal, sin impostaciones y me empieza a contar que en una esquina de Rosario, un pibe inquieto, corría de acá para allá, pateaba pelotas, piedras, latas; con su hermano, soñando con jugar en primera, con la parodia de un estrellato. El futbol y todo lo que genera es su pasión, la sangre no es agua. Su cara, sus ojos, son una expresión inaudita de sabiduría. Así es Jorge "Indio" Solari.
Nació el 11 de noviembre de 1941 en Buenos Aires. Es un exfutbolista y director técnico argentino que jugó como mediocampista. Empezó su carrera en 1960 jugando para Newell's, pasó en 1962 a Vélez Sársfield, y en 1964 a River Plate, club en el que alcanzó su mejor nivel futbolístico. En 1970 jugó para Estudiantes, club con el que ganó la Copa Libertadores. Cerró su carrera jugando en el Torreón, de la liga mexicana, en 1971-1972. Representó al seleccionado Argentino de fútbol en la Copa Mundial de Fútbol de 1966.
En exclusiva con Mirador Provincial, Solari habla sobre su experiencia como jugador y técnico, una voz autorizada a la hora de marcar errores y aciertos en la formación de los futbolistas.
Crónica de una pasión futbolera -¿Cómo transcurrió tu infancia? -Vivíamos en el barrio obrero, sur de Rosario. Estábamos rodeados de terrenos para jugar al fútbol, correteábamos a la pelota todo el día, o con los botones, o a la payana con los carozos de damasco; después vino la época de las figuritas y del trompo. Recuerdo que a los 4 años mi mamá me mandaba, con mi hermano mayor, a la cancha de fútbol. Le decía a mi hermano que me cuidaran porque yo era chiquito y ahí ya me mezclé con los más grandes a jugar al fútbol y haciendo siempre cosas de fútbol. Así llegamos ahora, que ya tenemos 80 detrás del deporte, es una pasión que tratamos de volcársela a los chicos porque quedan deportes muy buenos y los clubes van desapareciendo porque van desapareciendo los terrenos.
-¿Cuál era tu equipo de futbol en la niñez? -Sin duda, de Newell's, porque estaba más cerca de casa y porque podíamos colarnos en la cancha. Saltábamos el tapial de costado, siempre atentos al descuido del policía que custodiaba a caballo. Uno ponía la mano y saltábamos. Ya más grandes íbamos a vender mandarinas a la puerta de la cancha, las mandarinas que habíamos choreado el sábado anterior a la noche por el barrio. Con la plata que juntábamos íbamos al baile en Central Córdoba, que estaba a ocho cuadras de casa.
-Mencionás la falta de terreno para las canchas en Rosario... -Exacto, cada vez hay menos canchas y nadie se preocupa o, mejor dicho, debo decir políticamente, nadie se ocupa. El club es barrio, es el refugio de los pibes, de que no estén en la droga, el rol del Estado es clave para que haya clubes como Renato Cesarini, donde nos cuesta mucho sostenerlo.
Renato Cesarini, un audaz del futbol -¿Cómo surge la idea de crear un club? -Para empezar, debo mencionar que Renato Cesarini fue un adelantado del futbol, era un tipo de un carisma especial, muy buen conversador. Renato hablaba mucho de los perfiles, me enseñó a recibir de frente, daba buenas recetas para patear los penales, tenía rapidez mental, daba consejos para la vida. De pibe uno cree que la sabe toda pero no es así, cuando era jugador yo fumaba. Y los técnicos lo sabían. Una vez me agarró Renato y yo le dije que no me afectaba. "Ahora no, pero cuando tenga la edad mía, va a desarmarse solo. Usted tiene un Fórmula 1 pero está llevándolo muy rápido; cuando sea más grande se le van a desarmar las puertas y a salir las ruedas". Yo era titular, pero un día no me vi en la lista. "Usted sigue fumando y va a contagiar al resto. Va a descansar esta semana", me dijo. El club se fundó en 1975, cuando nos juntamos los muchachos parar armar un club dijimos "no vamos a ponerle Belgrano, San Martín, Gimnasia. Son todos nombres ya conocidos. Hay que poner el nombre de alguien que nos haya marcado". Y surgió el de Renato Cesarini. Por eso me atrevo a hablar desde mi experiencia como jugador, como técnico, de la importancia de preservar los clubes en Rosario, en Santa Fe, en toda la Argentina.
En Renato Cesarini apostamos a los jóvenes, a los talentos ocultos, y hay que sobrevivir a sostener la boleta de la luz, conseguir sponsor y que la familia acompañe porque siempre recalco que lo importante para los jóvenes es el acompañamiento de su familia. -¿Cómo se trabaja con los jóvenes y la familia? -Es importante que la familia acompañe, siempre. A veces los padres vienen detrás de la ilusión que el hijo triunfe y los saque de tal situación económica, nosotros en primer lugar le hablamos mucho a los padres para que entiendan que en Renato la importancia radica en la motivación, y que son un grupo de compañeros, acá hay que recalcar que no se llega solo a ser el gran jugador porque para que uno alcance el triunfo hubo un equipo que te sostuvo que te acompañó. Si el equipo triunfa, el club triunfa. Siendo sincero son pocos los que juegan profesionalmente, no lo tenemos que negar, pero el paso por un club es importante porque ahí les enseñamos a agruparse a los chicos y a los padres de los chicos, lo más importante en todo esto es la conducta de los que están al frente, una buena conducta. Hay muchos que salieron de este club y que han triunfado, como Demichelis, Mascherano, Cubero, Piatti, Iván Pillud. Hay cinco Solari que jugaron en Renato Cesarini. Esteban, Santiago, Augusto, los más reconocidos.
Quiero recalcar que
sean jugadores o técnicos o lo que continúen en la vida, nosotros en Renato Cesarini lo recargamos con valores, primero que tienen que estudiar, el estudio es importante, y le va a servir para toda la vida, segundo los valores y el compañerismo.
-¿Qué opinión tenés del futbol de ahora, del "cholulismo"? -(Se ríe) Obviamente el futbol cambió un montón, ahora está todo el tema de la fama, el mundo de la fama encandila a los jugadores, por eso pienso que hay que preparar a los chicos desde la humildad, el futbol se ha hecho competitivo, ven en este deporte una posibilidad económica, pero la enseñanza radica en que hagas lo que hagas hay que mantener la humildad.
La importancia del club -¿Cómo trata Renato Cesarini a los jóvenes? -La particularidad de este club es que es de los pocos que no le prohíbe el pase chico. Hay muchos clubes que no permiten el pase porque debido a tales problemas económicos, si un jugador triunfa, ese triunfo sirve para pagar la luz, refaccionar las instalaciones. Acá en Cesarini no le prohibimos el pase a ningún jugador. Y debo confesar que a veces tenemos que comprar la camiseta a los chicos, comprarle la ropa, y muchas veces se dificulta y vuelvo a lo mismo: es una lástima que el estado no se comprometa por brindar la ayuda a los clubes.
Violencia, la Selección y otros temas -¿Qué opinión tenés sobre la violencia que se ve en la cancha? -
La violencia en el fútbol, también la violencia verbal desde los padres hacia los hijos que hemos escuchado o hemos visto donde el chico termina tensionado, no disfruta el deporte. Los jóvenes tienen que venir a jugar, la pasión de ellos es el deporte, en este caso el fútbol porque es un juego, y el entorno debe estar continuamente alentándolo, guiándolo.
-¿Cómo ves a la selección Argentina en el Mundial Qatar? -En ningún mundial hay que confiarse, el que es súper optimista puede pensar que vamos a ser campeón, el que está en la cosa sabe que es difícil salir campeón porque son todos partidos difíciles además en un partido se decide todo en un minuto una expulsión una lesión o un gol te cambia toda la historieta, así que es muy difícil llegar a ser campeón, por eso sale uno solo y Argentina tiene posibilidades porque está jugando bien, porque tiene una trayectoria muy buena y porque los jugadores andan bien pero como Argentina hay 20 equipos más y son veinte poderosos.
-Ganar el mundial seria como un agradecimiento a Maradona... -(Se emociona) Sin dudas. Lo quiero mucho a Diego, recuerdo que lo traje a Newell's Old Boys, lo fuimos a buscar porque él estaba parado, no estaba jugando dijimos este el momento para traerlo. Después de unas tratativas de hablar con él, con el padre, con la madre, con las hijas, convencerlo de que el rosario era Miami Beach y que tenía unas instalaciones bárbaras.
-¿Qué opinión tenés de lo sucedido días atrás donde un vicepresidente de Colón fue acusado de mandar a la barrabrava a apretar a los jugadores? -Creo que es una ignorancia y actitud repudiable, el que se cree que presionando al jugador va a rendir mejor, está sumamente equivocado. Puede ocurrir que el día de mañana esa hinchada vaya a apretar a los directivos y se acostumbran luego a la apretada, porque se creen que ellos van a ganar el partido, el partido lo ganan los jugadores, que quede bien claro. La hinchada debe alentar a su equipo, no lo contrario.
Reflexión -¿Qué mensaje le enviarías a los jóvenes? -Para que un club avance, crezca, debe haber un Estado que acompañe, dirigentes que se acerquen a los pequeños clubes, que acompañen a los jugadores, que sientan que son reconocidos y valorados. Obviamente la familia cumple un papel fundamental para que ese joven que le apasione el fútbol crezca y llegue a ser profesional. Y recordar siempre, si te metes en fútbol es para ayudar, no es para que te ayuden a vos. El fútbol te va a dar futuro económico, reconocimiento, te va a dar un montón de cosas, pero vos tenés que ayudar a ese club, no triunfan todos, pero el que triunfa tiene que recordar que hubo diez pibes más que jugaron con ellos en la décima división y que por ahí no llegó ninguno, pero que si no estaban esos diez, él no hubiese llegado.
"En Renato Cesarini apostamos a los jóvenes, a los talentos ocultos, y hay que sobrevivir a sostener la boleta de la luz, conseguir sponsor y que la familia acompañe porque siempre recalco que lo importante para los jóvenes es el acompañamiento de su familia".
