Lucía Dozo
El Club Español de Rosario es una entidad social formada por la comunidad española inmigrante en la ciudad y miembro de la Federación de Asociaciones Españolas de la Provincia de Santa Fe. Su historia se remonta al 8 de octubre de 1882 cuando un grupo de residentes españoles fundó el Centro Español. Actualmente, en su sede emblemática de Rioja 1052 se realizan variadas actividades y espectáculos, además de estar disponibles los salones de fiesta. En el mes de septiembre abrió sus puertas en el marco de la Noche de las Colectividades, previas a la Fiesta que se realizará, como es habitual, en noviembre. Para establecer contacto y conocer la totalidad de las propuestas puede consultarse este link:
http://clubespanol.org.ar/ Historia En las primeras décadas del siglo XX, la entidad proyectó la construcción del Hospital Español de Rosario, materializado en 1912. La obra se levantó en terrenos donados por Rafael Calzada y su esposa. Por su parte, las familias de los miembros José Zubelzú, Francisco Figueroa, Pedro Vila y Codina, Ramón González, Federico Alabern y José Arijón donaron los pabellones que llevaron sus nombres, en tanto que Ramón y Ángel García edificaron el Policlínico Covadonga.
Muchos de los inmigrantes fundadores del centro original tuvieron participación en el crecimiento de Rosario desde fines del siglo XIX, ligados al trazado del ferrocarril, los negocios inmobiliarios y la exportación, la fabricación de cerámicos y otras actividades relacionadas con la urbanización.
En 1916 fue inaugurada la casona que ocupa la sede del club, obra del arquitecto mallorquín Francisco Roca i Simó y del escultor Diego Masana. Exponente del modernismo catalán, en 2004 fue declarada Monumento Histórico Nacional; se destaca en horario nocturno en el paisaje urbano por la instalación lumínica de su imponente fachada. A lo largo de los años, el Club Español recibió a importantes personajes de la cultura española que visitaban la ciudad como los escritores Federico García Lorca, Ramón Gómez de la Serna, Jacinto Benavente y Salvador de Madariaga, el compositor Amadeo Vives, el tenor Alfredo Kraus y la actriz María Guerrero.
Lorca en Rosario
El artista nacido en 1898 en Fuente Vaqueros, Granada, es considerado uno de los poetas españoles más brillantes del siglo XX. En su poesía y en sus piezas teatrales se revela como un agudo observador del habla y de las costumbres de la sociedad rural española. Una de las particularidades de su literatura –ha señalado la crítica– es cómo en ese espacio puntual se da expresión al deseo, el amor y la muerte, y también a las problemáticas de la identidad y de la creación artística. En el contexto de la Guerra Civil española, Lorca murió fusilado en 1936 y se ha convertido en símbolo de las víctimas del franquismo en ese oscuro período histórico.
Matriculado en la Universidad de Granada en 1914, el joven Lorca se unió, junto con otros jóvenes artistas e intelectuales, al centro de tertulias El Rinconcillo. Los viajes por diferentes regiones de España con sus compañeros de estudio despertaron en él la vocación de escritor, y así surgió su primer libro en prosa, Impresiones y paisajes (1918). La Residencia de Estudiantes de Madrid, a la cual se trasladó en 1919, era en aquel entonces un “hervidero intelectual”; allí el poeta conoció, entre otros, a Luis Buñuel, Rafael Alberti y Salvador Dalí. Su gran amistad con este último tiene su correlato en su Oda a Salvador Dalí, publicada en 1926; el artista estimuló a Lorca para que se iniciara en la pintura y presentase su primera exposición en Barcelona en 1927. Años antes, en 1921, el poeta había publicado Libro de poemas y estrenado su primera obra teatral, El maleficio de la mariposa. En mayo de ese año, regresó a Granada donde conoció a Manuel de Falla, con quien emprendió varios proyectos en torno al cante jondo (música popular andaluza).
Obtuvo un gran éxito con su obra Canciones, pero la publicación de Primer romancero gitano no obtuvo las críticas esperadas ya que se la tildó de costumbrista (cabe destacar que el Romancero es hoy un clásico). En 1930 viajó a Nueva York y su experiencia en esa ciudad lo llevó a escribir los poemas de Poeta en Nueva York, que se publicaría después de su muerte. En 1931, Lorca escribió la obra de teatro Bodas de Sangre y en 1934, Yerma. Otras obras líricas de Lorca son Poema del cante jondo (1921) y Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), y las obras de teatro Mariana Pineda (1925), Doña Rosita la soltera (1935) y La casa de Bernarda Alba (1936).
En el marco de su estancia en nuestro país, llegó a Rosario a fines de 1933 y, entre otras actividades, visitó el Club Español. También dio una conferencia, recorrió la ciudad y recibió distintos homenajes. Cuando llegó el 22 de diciembre de 1933 a la estación Sunchales (actual Rosario Norte) lo esperaba una comitiva formada por el presidente del Club Español, Víctor Echeverría; el cónsul de España en Rosario, Gonzalo Diéguez Redondo, otros representantes de entidades españolas y algunos periodistas. En cuanto a los testimonios de la visita, Horacio Correas y Raúl Gardelli, ambos periodistas del diario La Capital, escribieron algunas crónicas en la época.
En julio de ese año se había estrenado Bodas de sangre en Buenos Aires representada por la compañía de Lola Membrives; el poeta visitó Argentina para asistir al festejo de las cien representaciones de la obra y para dictar una serie de conferencias. Fue tal repercusión que lo que iba a ser una estadía de pocas semanas se prolongó por casi seis meses. Rosario, junto con La Plata, fueron las dos únicas ciudades del interior que visitó. En nuestra ciudad dio la conferencia "Juego y teoría del duende" en el teatro Colón (Corrientes 485), cuya platea estuvo ocupada por entre 100 y 150 personas, y al finalizar recitó algunos poemas del Romancero gitano. Fue durante la segunda y última jornada —el sábado 23— cuando se dirigió al Club Español y en su sala de música se produjo uno de los momentos más recordados de su visita, inmortalizado en una fotografía que puede verse en la página de la institución. Así lo relata el periodista Correas: "El poeta se sentó al piano y ejecutó un picaresco himno de estudiantes irreverentes sobre el forjador de la lengua castellana, cuya letra cantó con su ronca voz campesina".
Lorca regresó a España en 1934; allí ya se respiraba un clima prebélico que presagiaba el estallido de una guerra civil. Se refugió en casa de los padres de su amigo Luis Rosales, donde el 16 de agosto de 1936 fue detenido y luego trasladado a la localidad de Víznar. En la madrugada del 18 de agosto de 1936 fue fusilado en el barranco de Víznar, a pocos kilómetros de Granada. Su cuerpo, que jamás se recuperó, descansa en una fosa común anónima, posiblemente cerca del mismo lugar de su muerte.