Ignacio Pellizzón
Desde este lunes el cementerio La Piedad de Rosario, ubicado en Avenida Provincias Unidas 2750, se mantiene con acceso restringido por hechos de violencia en el predio y amenazas a sus empleados. Ante la falta de personal policial, los robos de lápidas de mármol, placas de bronca y puertas de los panteones se multiplicaron.
La medida extrema de evitar que se realicen visitas nace a razón de amenazas que recibieron algunos de los trabajadores del cementerio al encontrar a una persona en pleno acto de vandalismo.
Según contó a
Mirador Provincial el secretario gremial del Sindicato de Empleados Municipales de Rosario, Pablo Montagna, este marte se sostuvo la restricción a las visitas porque “de nuevo” no hubo adicional policial, aunque el resto de las actividades funcionan con normalidad, porque “el personal no está de paro”.
Si bien siempre hubo hechos delictivos, en el último tiempo la situación llegó a niveles preocupantes. Los empleados señalan que ahora los robos y los daños se dan todo el día. Destacan que aumentó el vandalismo y que se están llevando de todo: desde las puertas de los panteones hasta cosas menores como los floreros.
Al tratarse de un predio de gran tamaño que supera varias manzanas y no contar con agentes de seguridad, la inmensidad del terreno habilita a que los delincuentes puedan manejarse con mucha libertad y sin preocupaciones.
Desde el gremio entienden que sin personal policial “es imposible trabajar”, sobre todo con el antecedente de algunos empleados que vivieron en carne propia la amenaza de delincuentes de que volverían por ellos, a modo de amedrentamiento.
“Algunos de los sepultureros encontraron a varios delincuentes y los amenazaron con que ‘iban a volver por ellos’, se subieron al tapial y les advirtieron que los iban a ‘agarrar en la puerta de entrada’, dándoles a entender que también utilizarían armas de fuego”, contó el delegado gremial.
Algunos vecinos contaron a este medio que el barrio atraviesa un momento muy complicado en materia de inseguridad. Con pocos locales comerciales en la zona, ausencia de patrullaje policial y escaso movimiento cuando el sol cae, los vecinos y vecinas tratan de salir lo menos posible.
Montagna reconoce que “la inseguridad es lo que está padeciendo toda la ciudad” y que este barrio “no tiene una realidad diferente”. Por eso, advierte que los delincuentes “trabajan” con libertad y más aún cuando “no hay personal policial en el predio”.
El conflicto se trasladó a la secretaría de Gobierno de la Municipalidad para que pueda accionar. Ante este reclamo, “nos reunimos con el Subsecretario de Espacio Público y Respuesta Cercana, Luciano Marelli, y se comprometió a solucionar el tema de los adicionales, redistribuir las tareas que se realizan dentro del cementerio y mejorar la luminaria”.
Por lo general, la mayoría de los inconvenientes se presentan en el turno mañana, cuando los empleados salen al inmenso predio para cumplir con las tareas de limpieza. “En las recorridas, los compañeros encuentran a gente durmiendo, robando, causando destrozos. Hoy por hoy, la situación es complicada. Sin presencia policial es imposible trabajar en forma normal”, concluyó Montagna.