Salud

Octubre Rosa en Rufino: mirada de una mujer en plena lucha

 


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Ana Inés Dobal


"Mi lucha fue en 2018, pero Octubre Rosa es de todas y por todas", escribió la semana pasada en sus redes la profesora rufinense , junto a dos imágenes: una con su hija durante el tratamiento y otra posterior al mismo, siempre acompañada por Nela.

En primera persona

Andrea Lorena Gravino es rufinense, tiene 44 años, una hija llamada Nela y hace cuatro años -en agosto de 2018- le diagnosticaron cáncer de mama.

"A principios de 2020 terminé con los tratamientos y cirugías (incluidas las de extirpar ovarios y trompas). Hoy los controles son cada seis meses de manera rigurosa y tomo diariamente una medicación, cuyo nombre comercial es Tamoxifeno, prescripto por 20 años", expresa sin titubeos Andrea, quien de entrada demuestra su inquebrantable actitud no sólo frente a la enfermedad, sino también frente al diálogo y a la información a la vista y sin rodeos, como valor.

Cáncer con amor

"El cáncer es una enfermedad que puede ser transitada con amor, aun cuando los tratamientos son muy invasivos. Las drogas y cuerpo médico hacen su labor, pero la actitud positiva y las ganas de sanar parten de uno mismo. Un paso a la vez, todos los días", revela esta mamá empoderada, quien manifiesta haber transitado cada etapa del proceso con transparencia y diálogo, sobre todo frente a su hija a quien reveló en cada etapa, sentimientos, emociones y transformaciones físicas normales durante el proceso de lucha.

El "para qué a mí"

"Antes de la enfermedad, veía en otras mujeres la lucha, pero cuando me tocó estar en la misma trinchera de esta batalla, recién ahí comprendí de qué se trata. En mi experiencia, siempre busqué los: 'para qué a mí', en lugar de 'por qué a mí', y eso siempre puso el foco en el lado positivo de la balanza", sostuvo Andrea.

"A las mujeres que leen mi testimonio podría darles una humilde recomendación: cuenten a sus hijos/as qué es el cáncer, cómo será el tratamiento, los cambios físicos, emocionales, etc; decir la verdad es el gran aliado para ésta y cualquier otra enfermedad", agregó.

Y reflexionó que "experiencias como éstas te permiten discernir entre lo importante y lo urgente. A veces, me origina tristeza pensar que fue necesario tener que llevar un turbante para poder comprenderlo. Pero cuando miro a los ojos a mi niña Nela, que hoy tiene 13 años, sé que todo valió la pena", manifiesta Andrea cuatro años después de enfrentarse, junto a su familia, a esta experiencia de aprendizaje en todos los sentidos posibles.

Octubre Rosa

"Hay que permitirse la carcajada, el chiste bobo, la reunión improvisada, el llanto como catarata y hasta el silencio ensordecedor. Todo ayuda y sostiene. Los que acompañan no pueden poner el cuerpo por una, pero sí brindar, cada quien desde su lugar, un ratito de calma y consuelo", aseguró Andrea.

Y pone en relieve la fe, la pintura, la música, una película, gimnasia, reposo como antídotos también. "Cada quien transita esta batalla como puede, y todo es válido para que el cuerpo pueda sostenerse. Rendirse, en mi caso, no fue jamás una opción. Octubre Rosa es para todos, y para todas", expresó profunda, quien hoy se brinda a corazón abierto desde el primer día, a favor de una experiencia positiva durante momentos que nos pongan en jaque.

Controles y diagnóstico
"El diagnóstico temprano salva vidas. Tenemos un único cuerpo, que debe ser cuidado y mimado, por eso es importante el autocontrol, la mamografía y la ecografía mamaria", sintetiza esta mujer renacida, quien durante todo su proceso eligió la comunicación y visibilización, incluso gestando campañas propias por redes y testimoniando su camino y el de su hija.

En su instagram @morocha_gravino puede hallarse material único producido por ella misma, que muestra momentos, facetas, sentires e incluso testimonios propios y de su pequeña hija, durante todo ese tiempo que evidencian la pelea que dieron juntas y seguirán dando a favor de la vida, la conciencia y el amor.

"A las mujeres que leen mi testimonio podría darles una humilde recomendación: cuenten a sus hijos/as qué es el cáncer, cómo será el tratamiento, los cambios físicos, emocionales".

"El cáncer es una enfermedad que puede ser transitada con amor, aun cuando los tratamientos son muy invasivos. Las drogas y cuerpo médico hacen su labor, pero la actitud positiva y las ganas de sanar parten de uno mismo".




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