Ignacio Pellizzón
Producto de que el cementerio de Rosario La Piedad, ubicado en Provincias Unidas y 27 de febrero, fue noticia por haber sufrido una ola de robos y hechos de vandalismo e, incluso, amenazas hacia los trabajadores en ese sector, provocando que el horario de visitas se vea resentido, el Concejo aprobó la instalación de un nuevo cerco perimetral para fortalecer la seguridad.
Si bien siempre hubo hechos delictivos, en el último tiempo la situación llegó a niveles preocupantes. Los empleados señalaron que, ahora, los robos y los daños se dan todo el día. Destacaron que aumentó el vandalismo y que se están llevando de todo: desde las puertas de los panteones hasta cosas menores como los floreros.
A raíz de esto, el concejal peronista Lisandro Cavatorta presentó un proyecto para que se repare y refuerce el cerco que rodea el cementerio; iniciativa que ya tuvo el visto bueno de todo el cuerpo legislativo local y fue aprobada este jueves.
La misma plantea la reparación del cerco perimetral con el objetivo de evitar el ingreso de delincuentes. "Hace más de 10 años que vengo trabajando sobre este tema, y hasta que la Municipalidad no incremente el presupuesto y le preste más atención va a continuar sucediendo lo mismo", reclamó el edil.
Resulta que sobre la parte trasera hay un cerco que se encuentra muy deteriorado y está roto en un sector. Por eso, “es muy importante que eso sea reparado y reforzado para que no sigan metiéndose delincuentes por ahí", afirmó Cavatorta.
“Los problemas son siempre los mismos: inseguridad, falta de control, saturación de sectores y mal mantenimiento por el escaso presupuesto. Necesitamos que desde el ejecutivo municipal tomen el tema y le den bola de una vez por toda”, agregó.
El cementerio La Piedad, al tratarse de un predio de gran tamaño que supera varias manzanas y no contar con agentes de seguridad, es un terreno propicio y de fácil acceso que habilita a que los delincuentes puedan manejarse con mucha libertad y sin preocupaciones.
Algunos vecinos contaron a este medio que el barrio atraviesa un momento muy complicado en materia de inseguridad. Con pocos locales comerciales en la zona, ausencia de patrullaje policial y escaso movimiento cuando el sol cae, los vecinos y vecinas tratan de salir lo menos posible.
Desde el gremio municipal entienden que sin personal policial “es imposible trabajar”, sobre todo con el antecedente de algunos empleados que vivieron en carne propia la amenaza de delincuentes de que volverían por ellos, a modo de amedrentamiento.
Uno de los últimos acontecimientos que llevó a que se redujeran las visitas a la institución, fue que un grupo de los sepultureros encontraron a varios delincuentes en pleno acto de robo. Los amenazaron con que ‘iban a volver por ellos’, se subieron al tapial y les advirtieron que los iban a ‘agarrar en la puerta de entrada’, dándoles a entender que también utilizarían armas de fuego.
“Es necesario que cada uno haga su parte; por mi lado, hice gestiones ante el Ministerio de Seguridad provincial para que haya presencia policial fija, personalmente he constatado que estén los tres turnos en funcionamiento, y podemos decir que las guardias ya volvieron normalmente”, confirmó Cavatorta.
Ahora, que el Concejo aprobó la renovación del cerco, el municipio es el que deberá avanzar en la gestión y planificación de la obra para que se pueda, finalmente, ejecutar y generar en el predio un cinturón de seguridad mucho más complejo de penetrar.