Gisela Mesa
Katie James tiene una carrera musical de más de 15 años, seguidores en todo el mundo, una reciente colaboración con Carlos Vives, millones de visualizaciones de sus videos en YouTube y reproducciones en Spotify, pero esta vez tendremos oportunidad de escuchar toda su música en vivo en los diferentes conciertos que se propone realizar en la Argentina.
Con respecto a esta primera visita, Katie nos dice: “Desde hace años he querido ir a Argentina. Me llama mucho la atención su música. No sólo el tango, que es lo que más se conoce internacionalmente, ¡sino las zambas argentinas! Me encanta, por ejemplo, el Dúo Salteño.
En mi banda en Colombia toco con Rafa Lozina, un percusionista argentino y la conexión musical con él es absoluta! A Colombia llegan muchos músicos argentinos y de aquí muchos van allá. Creo que hay un intercambio artístico importante a lo cual ahora me sumo. Casi sobra mencionar a los gigantes como Mercedes Sosa, Soda Stereo o Fito Páez a quienes escucho desde que tengo memoria. Este será seguramente el primero de muchos viajes a Argentina.
Mirador Provincial entrevistó a la cantautora colombo-irlandesa, para hablar sobre identidades, su niñez y la búsqueda de mundos luminosos.
Colisión musical
-¿Cómo sucedió el primer encuentro con la música? -Crecí en una zona rural en Colombia donde no teníamos energía eléctrica. En casa las fiestas eran siempre con música en vivo tocada por mi familia. Esto influyó notablemente en mi apreciación de la música ¡y no recuerdo una edad en la que no quisiera cantar! A los 13 años empecé a escribir mis propias canciones y a acompañarme en la guitarra.
-¿Qué contás a través del canto? -Canto lo que soy, lo que siento, lo que me ocurre y cómo percibo al mundo. Hablo de la naturaleza, porque crecí rodeada de ella. También hablo de mis viajes, de mis amores y desamores. Soy bastante autobiográfica en mis canciones.
-¿Cuál es tu momento favorito del proceso de composición de las letras? -Para mí la composición tiene un aspecto terapéutico, donde logro canalizar una emoción hacia la creatividad; tiene un momento reflexivo o filosófico donde pienso en qué es lo que le quiero comunicar al mundo y también un momento técnico/teórico, donde aplico recursos musicales a eso que quiero decir. Pero hay siempre un momento ‘mágico’ o misterioso que no entiendo del todo. El momento de la inspiración pura, cuando una melodía ‘llega’, no sabes de dónde, pero tienes la certeza de haber encontrado algo especial. Ese es mi momento favorito.
Carlos Vives
-¿Cómo fue trabajar con Carlos Vives? -¡Absolutamente disfrutable! ¡Es un hombre de una energía contagiosa y una pila inagotable! Me invitó a componer y cantar junto a él una canción que ahora hace parte de su álbum más reciente, Cumbiana II. La canción se llama En la Selva y hace pocos días la canté junto a él en el Movistar Arena en Bogotá, frente a catorce mil personas. Fue para mí un momento cargado de adrenalina.
-Me interesa saber de esta mezcla colombiana-irlandesa, ¿Qué hay en vos de estos países? -De irlandesa tengo unos genes innegables. ¡Esta piel blanca que no logro broncear nunca! También un encanto por las melodías melancólicas de las baladas irlandesas y algunos melismas que mezclo en mis canciones. Pero en mi manera de ser y de relacionarme con la gente soy principalmente colombiana. Vivo aquí desde que tenía dos años y crecí con su gente, su comida, su música y sus costumbres. Eso sí, todo intercalado por las maneras de mi madre (que es muy inglesa). De ella trato de mantener la puntualidad, me gusta mucho el té y aprecio la manera clara y directa que tienen los ingleses de decir las cosas.
-¿Cómo transcurrió tu infancia? -Crecí en una pequeña comunidad ecológica anglo-irlandesa, radicada en una zona rural de Colombia, donde cultivábamos de manera orgánica lo que consumíamos con el objetivo de ser autosostenibles. En las mañanas trabajábamos en las labores de la finca y en las tardes nos íbamos a explorar los bosques, a nadar en las quebradas y a construir casas de guadua y helecho para jugar con mis hermanas.
-¿Qué es lo que más te gusta de Latinoamérica? -Su diversidad natural y cultural; sentir que la música es infinita porque cada región que visito tiene un ritmo nuevo; la vida y las ganas de virir que veo en los rostros de su gente.
-En el panorama musical, ¿Cuántas expectativas hay con el primer concierto en nuestro país? -Para mí ir a Argentina es cumplir un sueño y atender a un llamado. Desde mi adolescencia escucho mucha música argentina y tengo desde hace un buen tiempo el deseo de ir a conocer, compartir mi música y aprender más sobre la suya. Luego empecé a notar que a través de las redes sociales me pedían muchísimo que fuera ¡y además Argentina es el cuarto país donde más escuchan mi música! En Buenos Aires ya tenemos un agotado, lo cual confirma que esta primera visita es un acierto. ¡Voy llena de emoción y felicidad! Ya estoy contando los días…
-¿Qué pensás de la hermandad que ha surgido en la última década entre sus artistas, mayormente las mujeres? -¡Me encanta! Me parece bello y además necesario. Hemos empezado a entender que la luz de una no opaca la de otra. Aquí en Colombia hace poco surgió un colectivo que se llama ‘De Fuego’, el cual admiro muchísimo. Mujeres que se unen para hacer música y apoyarse entre todas.
-Contás con cinco álbumes, muchos viajes, anécdotas, ¿Qué balance hacés de todo este camino musical? -Cada álbum refleja un momento de la vida. Allí queda plasmada la manera en la que he sentido la música y lo que he querido decir en cada uno de estos capítulos. Los ritmos varían, la instrumentación aumenta o disminuye, pero la esencia permanece. Ser honesta. Ser honesta conmigo misma y por supuesto con mis oyentes. Cantar lo que sea real para mí. Lo bello es siempre confirmar que eso que es real para ti, tiene un eco en los demás.
-¿Quiénes fueron tus referentes en la música? -¡He tenido y tengo muchos! Marta Gómez, Mercedes Sosa, Joss Stone, Jorge Dréxler, El Kanka… ¡y la lista es larga!
En primera persona
-En lo personal, ¿cómo es Katie James en su día a día? -Soy una mujer muy activa, a veces un poco despistada por tantas cosas que tengo en la cabeza. Si estoy en la finca dedico las mañanas a la huerta. Amo cultivar, hacer abono y preparar ensaladas con las verduras frescas que acabo de cosechar. En las tardes toco música con mi mamá. Ella en violín y yo en guitarra. Luego en las noches bajo sola a mi cabaña para estudiar guitarra y a veces tener esos momentos mágicos de composición. En las ciudades la vida va a otro ritmo. Sobre todo ahora que estoy de gira. ¡A veces me despierto y no sé dónde estoy! Pero siempre, la energía dada y recibida desde el escenario, hace que cada hora de sueño perdido y todo el corre corre que hay detrás de cada concierto, tenga sentido.
-¿Cómo es la selección del repertorio de las letras ante un show? -Siempre elijo las canciones que disfruto cantar. Y esa selección va cambiando con el tiempo. Suelo mezclar entre las que la gente ya conoce —los ‘clásicos’ de mis álbumes anteriores— y siempre incluyo varias nuevas para sumarle a la adrenalina y para que mi público las vaya conociendo.
-¿Qué planes hay a futuro? -Para el año que viene esteré dando muchos conciertos en Europa, México, Colombia y seguramente otros países de Latinoamérica. Seguiré promocionando el álbum que estoy lanzando en este momento (Versos para no Olvidar) y empezaré a preparar material para el siguiente.