Es joven pero ya tiene mucha experiencia. Es que el modelo que gobierna sin interrupciones en Avellaneda, va formando sus cuadros desde temprano y Gonzalo Braidot no es la excepción. Por eso, en Buenos Aires pudo haber sorprendido la amplísima victoria radical en esta ciudad de 30 mil habitantes, ordenada y prolija y con fuerte sesgo productivo. Pero no es sorpresa aquí.
-Ahora, formalmente intendente. Antes, también, claro. Pero los votos te consolidan y respaldan hasta las próximas elecciones... -Sí… No estrictamente a mí sino a un equipo y a un modelo de gestión. Nosotros desde un primer momento empezamos a vivir una etapa de transición desde la ida de Dionisio Scarpin al Senado de la Nación. Nos tocó tomar el mando hasta el llamado a elecciones. Por suerte hemos tenido un respaldo importante de nuestra comunidad, tanto en las Paso como en las definitivas.
-¿Y a qué atribuís esta continuidad y este acompañamiento? -Tenemos dos grandes fortalezas en Avellaneda, que en esta coyuntura compleja que vive el país y la provincia, nos ayudan. La primera una historia, una tradición de cuentas equilibradas en la gestión del municipio. Siempre se ha tratado de hacer las cosas de la manera más ordenada, transparente y equilibrada posible para que en momentos como este no suframos tan fuerte estos impactos de la economía. Y por otro lado, el comportamiento fiscal y la confianza del vecino de Avellaneda que nunca deja de apostar a la hora de pagar la tasa, porque ve los resultados, la calidad de los servicios, ve obras constantemente, ve cómo está la ciudad y acompaña. Son dos grandes fortalezas que nos respaldan y nos obligan a seguir trabajando en esa línea.
-¿Cómo describís a tu ciudad? -En Avellaneda somos en sus orígenes de ascendencia friulana. Una cultura muy marcada: trabajo, familia, religión eran los estandartes y eso se fue heredando y manteniendo en el tiempo. Hoy Avellaneda sigue siendo ese estilo de ciudad. La gente es muy trabajadora. Tenemos un potencial muy grande.
En nuestro parque industrial ya hay más de 100 empresas efectivamente funcionando y otras 75 están empezando allí. Son 212 hectáreas de parque industrial, lo cual es una superficie importante destinada a producir. Hay desde luego una inversión muy grande de parte de los sucesivos gobiernos locales para poder hacerlo. Tenemos nuestra matriz económica y productiva alrededor del campo. Tenemos una vasta extensión agrícola ganadera en el distrito, la industria metalmecánica es la preponderante porque es lo que trabaja alrededor del agro. Muchas son empresas con renombre nacional e internacional. Se está generando aquí un polo industrial y productivo muy importante.
Por otro lado estamos posicionando a nuestra ciudad como un polo en la economía del conocimiento. Estamos trabajando con instituciones público-privadas para capacitar a nuestros jóvenes, para que estén a la altura de las circunstancias y generar también ese ecosistema emprendedor-tecnológico en nuestro parque industrial, en nuestro coworking, con nuestras empresas.
Quien transite por Avellaneda a simple vista se va a dar cuenta que es una ciudad muy ordenada, muy limpia, con gente amable. El avellanedense está orgulloso de su ciudad y defiende su estilo de vida. Es una ciudad muy linda para vivir.
-¿Y en materia de servicios? ¿Qué tiene y qué le falta a Avellaneda? -Nosotros hace mucho tiempo contamos en la ciudad con gas, tanto en el casco histórico y algunos barrios que se fueron conectando. Tenemos una empresa creada entre el municipio y la cooperativa de servicios para abastecer a una red que era más económica que el gas en garrafas. El mismo tipo de gas pero distribuido en red. Hoy ya hace un año y algo con el paso del gasoducto por la ciudad hemos podido conectar al gas natural, siendo la primera ciudad del norte en hacerlo. Estamos trabajando en llegar con el gas al parque industrial ahora, porque es un diferencial importante para la industria. Y también para los usuarios domiciliarios, por supuesto.
En energía eléctrica y en agua tenemos una cobertura del 99,9 % en la ciudad. Salvo algún paraje o casa que esté alejada del centro de la ciudad. Y en cloacas tenemos un porcentaje importante de cobertura en la ciudad y estamos trabajando en la ampliación del sistema general de capacidad, para poder pensar en breve en una ciudad con 100% de cloacas en su ejido, especialmente hacia el norte que es donde la ciudad está creciendo.
En materia de servicios, Avellaneda está muy bien parada. Las ciudades crecen y las obras de infraestructura deben estar en ese ritmo, lo cual es complejo, porque con los presupuestos e ingresos propios no alcanza. Y hay que trabajar coordinadamente con los gobiernos provincial y nacional.
Aquí, por ejemplo, el asfalto es muy costoso, por el tipo de suelo. Hay que sacar hasta tres metros de tierra para reemplazarla con otro tipo de suelo, compactar… y todo eso encarece la obra y alarga los tiempos. Pero lo vamos haciendo.
Objetivos
-¿En qué cosas están trabajando? -Tenemos cuatro o cinco objetivos primordiales. Uno, ya lo nombré: queremos tener una ciudad con cobertura de cloacas al ciento por ciento. Otra, viendo el crecimiento y la demanda de la ciudad, es llegar con el pavimento en un nuevo bulevard hacia el norte de la ciudad, que es una obra estratégicamente muy importante.
Luego está la cuestión habitacional. Es compleja, como en todos lados y necesitamos aunar esfuerzos con Provincia y Nación para poder construir viviendas y sacar planes que salgan a enfrentar eficazmente este problema. Estamos trabajando en ello.
Y otro de los objetivos y que es siempre la columna vertebral de nuestra gestión es seguir potenciando el polo productivo. Somos conscientes de que la ciudad va a crecer en la medida en que lo hagan nuestros emprendedores, nuestras industrias y nuestra zona rural, que son quienes generan realmente el desarrollo económico y demandan mano de obra genuina. En ese mismo sentido queremos ser líderes en la economía del conocimiento y estamos haciendo los pasos necesarios en esa dirección".
La relación con Nación y con Provincia
-Avellaneda tiene "desde siempre" gobierno radical. Mientras que en este momento, tanto Nación como Provincia tienen gestiones de signo contrario. ¿Cómo te llevás con ellos? -Con Nación, la verdad es que estamos trabajando de muy buena manera. Tenemos buena relación con muchas áreas del gobierno nacional, con Enohsa (el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento), el Ministerio de Obras, con funcionarios de muchas áreas, hay avances, han recibido muy bien nuestros proyectos e inquietudes y esperemos tener muy buenas noticias pronto.
Con Provincia no es exactamente así. Pero tenemos muy bien diálogo con muchos funcionarios, el Ministerio de Obras, o con Municipios y comunas, que son nuestros contactos habituales. Pero sí estamos un poco atrasados en las concreciones de aquello que estamos gestionando. Hoy estamos tratando de sacar Obras menores de 2021. El dinero es el mismo y obviamente la inflación carcome eso que no se entregó aún.
Siempre nuestro criterio es dialogar, trabajar en conjunto. Considero que hay que dejar de lado colores políticos y mezquindades individuales y trabajar fuerte por nuestras comunidades. Lo tenemos muy claro a eso y de nuestra parte vamos a defender ese criterio. Por supuesto que cuando hay cosas injustas hay que decirlas, hay que defender a la ciudad. Pero siempre nuestra forma de gestionar es trabajar en conjunto para que salgan las obras que se necesitan tanto a nivel provincial como nacional.