La escritora y periodista local Rosario Spina presenta su nuevo libro, Líneas de fuga, publicado con la editora italo-rosarina Le pecore nere. Una compilación de perfiles dedicados a la misericordia, la compasión y el cuidado, en crónicas que recorren las heridas de las brujas castigadas, las infancias indefensas, los saberes y cuerpos diversos, los animales en cautiverio, el acompañamiento a morir. La cita es este viernes 25 de noviembre a las 18 en la Biblioteca Argentina, Dr. Juan Álvarez 1550.
En este nuevo libro de Spina las voces de las entrevistadas y los entrevistados se entretejen, trabajan con la muerte, la brujería ancestral, cuidadores de animales salvajes, madres que cuidan en la discapacidad o que cultivan cannabis para la salud de sus hijos, mujeres que no pueden sonreír con el síndrome de Moebius.
Con la urgencia de contar lo que no es urgente pero sí necesario, indagando sin hacer daño, estas historias sucedieron desde 2014 hasta esta parte. Entrevistada por Mirador, Spina recordó que estas “fueron naciendo lentamente, cada una de manera independiente y con sus tiempos de reporteo y escritura. En todas hubo previamente un trabajo de entrevistas y búsqueda
bibliográfica”.
Cuerpos, saberes y oficios diversos "en una sociedad acuciada por el mandato de la felicidad, por la obligación de ser geniales, bellos y exitosos". Spina propone entonces, “otras historias, por fuera de la foto instagrameable”, en una generosa voluntad de entender lo ajeno, incluso lo más complejo en la crónica, parafraseando a Juan Villoro.
Por ser historias de compasión y de cuidado ante el dolor del mundo, Spina propone un acercamiento a “las infancias desamparadas, la vinculación con la naturaleza por fuera de las exigencias hiperproductivas del sistema capitalista, o el encuentro con la irreversibilidad de la muerte”, adelantó la escritora y periodista, quien aseguró que “no fueron temas pensados a priori sino que fueron motivaciones personales que de alguna manera funcionaron inicialmente como impulso para perseguir estas historias”.
Por algún u otro motivo todas esas historias la interpelaron, y cuando estos textos ya habían sido publicados en diferentes medios, Rosario comenzó a sentir que merecían seguir siendo leídas porque de alguna manera seguían hablándole al oído: “Seguían vivas. Sentía que la fugacidad intrínseca de todo medio de comunicación no le estaba haciendo justicia a estas historias que habían tenido un proceso de escritura largo, trabajoso y que de alguna manera tampoco habían perdido actualidad y vigencia”.
En el armado del libro colaboraron Regina Celino -la editora de Le Pecore Nere-, y en una segunda etapa Beatriz Vignoli, con quien trabajó cada uno de los textos. “Inicialmente los textos eran alrededor de quince y quedaron estos nueve. El armado fue encontrando ciertos vínculos de sentido que parecían tejerse de una manera cada vez más potente, los sentidos comenzaron a aparecer”, precisó.