Entrevista

Tobe tiene "un diálogo permanente con la música"

El músico Juan Tobal, en una entrevista con Mirador Provincial, habló sobre su proyecto solista y también de sus comienzos, sus raíces, sus composiciones y lo que está por venir.


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Tobe es el nombre bajo el cual el músico y productor Juan Tobal presenta sus canciones en formato solista. Tras haber formado parte de bandas como Mompox y Trijaus, y de haber tocado en escenarios de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica, este artista argentino también compone música para series y películas.

A nivel artístico, Juan es un artista multifacético, hacedor de canciones y con un pensamiento bien enfocado a la realidad de los artistas. Artistas de la talla como Lisandro Aristimuño ha participado en "Estamos Todos Locos" y Liza Casullo en "El Tiempo y la Nada". En una extensa charla con Mirador Provincial, el artista recorre su vida musical, personal y social.
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-¿Cómo fueron tus comienzos con la música?

-Desde muy chico que me dedico a la música. Mi primer proyecto fue Trijaus, un dúo que teníamos con Ignacio de Andrés con el que editamos dos discos, el primero de ellos en 2007: “Treehouse” nos llevó de gira por Europa y fue editado en Japón por Little Pad Records. En ese momento estudiaba mucho piano, canto y composición y empezaron a aparecer los primeros trabajos para musicalizar audiovisuales. No sabía por ese entonces que le dedicaría tanto a esto en el futuro. Al poco tiempo formamos Mompox (con Ignacio y otros cuatro amigos: Ezequiel Spinelli, Alejandro Goldberg, Maximiliano Cataldi y Tomas Becú) y de a poco fuimos dejando Trijaus atrás. Mompox era un proyecto más escénico, nocturno y bailable y tuvo mucha repercusión en muy poco tiempo.

La soledad y la introspección

-¿Qué cambios hubo artísticamente en vos desde que comenzaste hasta el presente?

-Aunque nunca dejé de hacer música, en 2009 me dediqué a un proyecto extra musical gigante al que dedique 10 años de mi vida: Fabrica Perú: una fábrica abandonada en el centro de la ciudad a pocas cuadras de plaza de mayo que se fue transformando en un espacio de desarrollo de arte y un punto de referencia para cualquier artista en la ciudad.

El músico y productor Juan Tobal.Foto: Gentileza


Este proyecto me obligó a aprender muchísimo de gestión cultural y acercarme a otras disciplinas. Poco después me encontré trabajando como curador y lentamente este diálogo empezó a atravesar mi música. Con el tiempo el cruce de disciplinas, el encuentro y el diálogo con otros artistas se convirtió en uno de los ejes fundamentales de mi trabajo.

-¿Qué hallaste en el camino de la música?

-En 2015, cuando Mompox tomó un descanso después de varios años de intensa actividad, viaje a EE.UU. para participar de Art Omi, una residencia para músicos en un campo en Hudson, Nueva York. Ahí surgió la idea de hacer un proyecto que integre las artes visuales y las canciones. Nació entonces It takes two mirrors to see lightning from your eyes, una performance audiovisual que hice en 7 ciudades (Nueva York, Buenos Aires, Rio de Janeiro, Hallein, Berlin, Estocolmo y Londres) donde los artistas recibían consignas visuales y sonoras y el proyecto se reescribía y renacía en cada país. Cada performance sucedió una sola vez, con un grupo de artistas que no se repitió nunca.

"Amo mi trabajo y disfruto mucho haciéndolo. Grabando, tocando, componiendo o produciendo un show. Pero también amo no trabajar. Pasar tiempo con mi familia, mi hijo. Cocinar, comer, jugar, leer, ver películas que me aporten algo y otras que no tanto".
"En 2019 volví a focalizar casi exclusivamente en la música y en 2020 lancé Farsa, mi primer disco solista y arme una banda para presentarlo con Carolina Forteza (Anfora) en guitarra eléctrica y coros, Chowa (Pablo Malaurie, Pablo Dacal) en bajo y sintetizadores y Maxi Cataldi (Mompox) en batería. No hace falta explicar porqué esa presentación se demoró dos años pero si puedo decir que aproveché la imposibilidad de hacer shows para producir mucho material nuevo".

"A los pocos meses lancé Manual de Supervivencia, un álbum con canciones y piezas compuestas para la serie del mismo nombre que se puede ver en Amazon Prime. De ahí a ahora lancé un disco, tres simples, dos videos y un álbum con Mompox.
Todo esto se puede ver y escuchar en Spotify, Instagram, Youtube y donde más les guste".


-¿Quiénes han sido tus mayores influencias musicales?

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-Mis influencias musicales son exageradamente variadas y siguen creciendo todos los días, en mis inicios me marcaron las canciones de los Beatles, Rolling Stones, Caetano Veloso, Mutantes, Charly García y demás señores de la canción, pero eso se fue desarmando y hoy en día podría nombrar a Ryuchi Sakamoto, Hot Chip, C.Tangana o Sean Nicolas Savage entre tantos otros.

La curiosidad y composición de sus temas

-¿Cómo es tu método de composición de las letras?

-Durante muchos años escribí canciones en inglés. Aprendí a hablar de chico y manejo muy bien el idioma, pero no es mi lengua materna así que todos esos años desarrollé un montón de herramientas para poder hacerlo cada día mejor. Cuando me aboqué al español casi completamente mi método cambió. Se me hizo muchísimo más fácil y todas estas herramientas siguieron funcionando sobre una base mucho más sólida.

"Mi forma de componer es bastante errática. Si hablamos de hacer canciones, son demasiados los elementos que conviven al mismo tiempo y para mi es fundamental no estructurar este proceso, alimentar la multiplicidad. Poder empezar y terminar por donde la música, las palabras, los sonidos o las ideas lo propongan porque sino se endurece y hasta se puede congelar el material y perder sentido".

"Algo que es clave a la hora de trabajar las letras, ya sea que la canción empezó por ahí o no, es entender de que habla, que universo involucra, de donde viene y hacia donde va. Fijar los límites y poder ver que lugar tiene cada palabra en relación a esto".

-¿Cuál es el análisis que hacés sobre la actualidad de la escena independiente?

-La escena cambió muchísimo en los últimos años, hoy en día los números mandan y las plataformas de streaming siguen a las redes sociales en la elección de artistas, curaduría y demás. El trap se comió todo y en las generaciones jóvenes surgen gigantes porque es ahí donde está el verdadero público potencial. Esto es bueno en cierta medida porque da la posibilidad a un montón de gente con propuestas interesantes de crecer verdaderamente y acceder a industrias globales cosa que antes no pasaba pero también puede ser peligroso porque las compañías corren detrás de esos números y una vez más se arma una gran rueda manipulación de la escucha. De cualquier forma, son las reglas de un juego al que uno puede elegir jugar en mayor o menor medida.

-¿Con qué caminos fortuitos deben enfrentarse los artistas?

-No es sencillo el camino del artista. Permanentemente nos enfrentamos a la disyuntiva de por qué hacemos lo que hacemos y cual debe ser nuestro próximo paso y porqué. Hay un tironeo constante entre salir a buscar una audiencia o desinteresarse de ella. Yo pienso qué hay que hacer lo que uno quiera, alimentar el mundo propio y no ser egoísta en la búsqueda, a lo demás prestarle la menor atención posible. Buscar la forma de alimentar las comunidades propias, acercarse a la gente que gusta de lo que uno hace, dialogar, pensar y proponer.

-¿La música ha sido para vos un pregunta y respuesta en la introspección diaria?

-Lo era en mi adolescencia quizás. Hoy en día es mucho más que eso. Tengo un diálogo permanente con la música. Con la mía y la ajena. Vivo y actuó en relación a ella.

-¿Ha cambiado la forma en que percibís las diversidades de la vida a lo largo de los años?

-Entiendo lo diverso como algo necesariamente enriquecedor, creo que en estos últimos años nos sacamos varios velos de encima como sociedad y ojala sigamos en ese camino.

-¿Cómo es colaborar artísticamente con artistas como Lisandro Aristimuño, Liza Casullo o Mariano Di Cesare?

-Como dije antes, la colaboración es fundamental para mí a la hora de hacer música. Creo que la música se alimenta de los encuentros y estos quedan notoriamente reflejados en cada grabación o concierto. Cada colaboración es distinta tanto por las personas involucradas como por muchos otros factores. Entregarse a estas experiencias de la manera más limpia, sensible y perceptiva posible, dejando el espacio para que suceda lo que tiene que suceder es sanador. Mis experiencias fueron siempre sumamente enriquecedoras. Lisandro, Lisa y Mariano, en particular, son tres personas que conozco hace tiempo y admiro profundamente, cada colaboración me dejo grandes aprendizajes además de una hermosa canción, más no se puede pedir.

-Hablanos del video “Noche de películas”, ¿Cómo se fraguó?

-Desde que empezamos a trabajar en esta canción con Mariano (El príncipe idiota) imaginábamos escenas, escenarios y climas. Los dos pensamos mucho en el imaginario visual a la hora de hacer música y eso nos encuentra. El trabajo con Federico Sande y Rosario Cabred no fue muy diferente al que hicimos con Mariano y la dinámica no fue muy diferente a la que describía hace un rato. Expresar ideas buscando encontrarse y darle vida a algo que sea posible realizar con los recursos que hay a disposición. Yo no tengo una discográfica atrás así que esto es siempre determinante: como ir lo más lejos y profundo que se pueda con las posibilidades que tenemos.

-¿Cómo disfrutás la vida?

-Amo mi trabajo y disfruto mucho haciéndolo. Grabando, tocando, componiendo o produciendo un show. Pero también amo no trabajar. Pasar tiempo con mi familia, mi hijo. Cocinar, comer, jugar, leer, ver películas que me aporten algo y otras que no tanto.


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