Ciencia y tecnología
Un año de fuerte desarrollo pero con problemas de crecimiento
Los aportes oficiales y el financiamiento privado se mantuvieron en una rama que sigue exponiendo gran potencial. Sin embargo, el impulso padece dificultades propias de un sector que está rindiendo frutos.
Quienes lidian con la crianza de un niño saben de qué se trata. En una economía fluctuante como la argentina a veces hay que hacer malabares para llegar a fin de mes y poder satisfacer las necesidades que un pequeño demanda en tiempos de alta inflación. Las dificultades se acrecientan aún más cuando el niño ingresa a la adolescencia, no hay padre que no haga referencia a las porciones abundantes de comida que un adolescente ingiere a partir de los 12 años y ni hablar de la vestimenta y el calzado, en tiempos donde se superan talles en cuestión de meses.
La metáfora del paso de los niños a la adolescencia y el impacto que esto conlleva en la dinámica de un hogar bien puede aplicarse a lo que sucedió en 2022 con el desarrollo de la ciencia y la tecnología en territorio santafesino. Suelo fértil para la germinación de un sinnúmero de iniciativas que pese a las dificultades de la macroeconomía siguen accediendo a subsidios que han mantenido tanto el Gobierno nacional como el provincial, pero que les toca atravesar los avatares propios de un fenómeno que escala y requiere satisfacer cada vez más necesidades.
Así, el año que se termina parece ratificar el potencial de la bota santafesina para permitir hacer crecer proyectos vinculados a la economía del conocimiento, pero al mismo tiempo expone cuellos de botella, sobre todo identificados en necesidades centrales como la superficie de laboratorios que empieza a escasear.
Financiamiento y oportunidades
En materia de fondeo, sólo la Secretaría de Ciencia Tecnología e Innovación de Santa Fe, acaba de presentar cifras en una suerte de balance sobre lo desembolsado en el año. Hablan de "inversión histórica" en materia de ciencia y tecnología y a través de diferentes líneas de financiamiento de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación (Asactei). Puntualmente se apalancan en los $142 millones que entregaron durante 2022 al sector científico, a emprendedores y empresas de base tecnológica dentro de la "bota".
"El sistema de innovación a través de una estrategia de financiamiento escalonado, que otorga oportunidades para desarrollarse al sistema de ciencia, tecnología e innovación, es el que hace posible que hoy tengamos proyectos que han sido financiados y que ya se están desarrollando", menciona la titular de Ciencia y Tecnología, Marina Baima, a la hora de fundamentar los ejes del programa que frente a las alternativas de subsidio nacionales, posibilita como ventaja comparativa para los beneficiarios de los fondos contar con el dinero más rápido y así poder ganarle a la inflación en una carrera que a veces es desigual frente a la escalada de precios de insumos clave.
Ahora bien, un esquema virtuoso puede estar salpicado por algunos contratiempos y algo así quedó expuesto en 2022 con la falta de espacio para laboratorios. En Rosario, no son pocas las startups que remarcan la carencia de superficie preparada con mesas para realizar pruebas, sitios para la instalación de plantas piloto e invernaderos fundamentales para el escalado de procesos.
Para explicar el fenómeno basta con repasar algunas realidades puntuales, como la que atraviesan sus instalaciones de Indear en el Centro Científico Tecnológico del Conicet (CCT) ubicado al sur de la ciudad universitaria de la Cuna de la Bandera. El espacio en cuestión está cedido en comodato al holding Bioceres -principal accionista de Indear- y es el grupo empresario cuyo CEO es Federico Trucco quien determina el esquema de alquileres del complejo de laboratorios, oficinas e invernadero orientados a las ciencias de la vida. Al respecto hay versiones que hablan de subas de hasta el 60% en dólares en un año para startups que en algunos casos están invertidas por la propia Bioceres, aunque desde el conglomerado empresario lo niegan.
Lo que sí admiten es la fuerte demanda por metros cuadrados, hecho que encarece los valores para el arrendamiento de áreas de trabajo. En el edificio hoy casi no hay lugar para que se instalen otras empresas al margen de las startups que pertenecen al grupo Bioceres.
La dificultad se profundiza al momento de alzar la mirada para identificar más áreas de laboratorio en Rosario y la región, tal el caso de lo que sucede en la Zona i, ubicada en el ex Batallón de Comunicaciones 121. Si bien hay interés provincial y del propio Polo Tecnológico para poner en valor lo antes posible uno de los pabellones todavía ociosos en la Zona i con destino a empresas vinculadas a la ciencias de la vida, lo cierto es que el sector en cuestión no se encuentra operativo aún.
Otro espacio perfilado para recibir emprendimientos biotech es el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Ambiental, Química y Biotecnología Aplicada (Ingebio) de la Universidad Católica (UCA). Allí la empresa Inmet del Grupo Bioceres instaló una planta piloto y todavía quedan algunos sectores disponibles, aunque no hay chance de instalar por caso un invernadero.
En Santa Fe
Para exponer la fuerte demanda existente, también puede repararse lo ocurrido en el Parque Tecnológico Litoral Centro (PTLC) de Santa Fe, que en 2022 estrenó una suerte de coworking orientado exclusivamente a startups biotech. "A las pocas semanas del corte de cintas el laboratorio quedó con ocupación plena, eso nos muestra la decisión acertada que tomamos", indicó Eduardo Matozo, gerente del complejo.
"Se trata de un espacio de 60 m2 que requirió de una inversión de $23 M de pesos con una estructura modular de contenedores y que forma parte de una avanzada del Parque que no solo ofrece superficies, también se fijó el objetivo de prestar servicios con equipamiento, entendiendo que hacen falta mesadas de experimentación, biorreactores y demás elementos técnicos para el desarrollo biotecnológico", precisó.
Biolab, es el nombre que eligieron para el área que se habilitó en el segundo semestre, pero que tiene una segunda pata en desarrollo. El complejo avanzará en 2023 con la construcción de un laboratorio de uso común está vez orientado 100% a la electrónica con fondos aportados por el Programa Nodos de la Economía del Conocimiento. De estructura modular, tal cual se levantó el laboratorio biotecnológico, "el objetivo es complementar los espacios que posee el PTLC para generación y apoyo a las economías basadas en el conocimiento y montar servicios tecnológicos para el fomento de la innovación y el estímulo al desarrollo de productos y servicios destinados a la industria 4.0".