La ficha en los registros de la Liga Santafesina de Fútbol marcan que el 26 de febrero de 2013, un tal Juan Ignacio Nardoni fue inscripto por Santa Fe Fútbol Club. Se quedó allí hasta el 17 de marzo de 2015. Al otro día, el 18 de marzo de 2015 aparece “Unión de Santa Fe, pase local definitivo”.

A los pocos días, esa loca idea de incubar jugadores de fútbol en la ciudad de Garay firmaba el acuerdo-marco definitivo: por el Tate, pusieron el gancho Luis Spahn (presidente) y Andrés Monsalvo (Secretario General). Del otro lado, Esteban Kreig como presidente.

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De lo que queda de aquéllos locos soñadores de Santa Fe Fútbol todos responden lo mismo y al mismo tiempo: “A Juani Nardoni lo buscó Patita Mazzoni en Nelson”. Martín, hijo del recordado Carlos Santos, es igual que su padre. Los conozco a los dos desde hace años: perfil bajo, laburo, cero protagonismo. Con todo el amor que tienen por el fútbol, no parecen de este raro ambiente.

En Santa Fe Fútbol se quedó dos años, hasta que apareció Unión. La historia para acá (78 partidos, 1 gol con el Tate) es más conocida. La que nació hoy con Racing será viral: blindaje de 22 millones de euros para un chico que, como todos, sólo soñaba con “jugar en Primera”.