Cosquín 2023
Maxi Ojeda y su vínculo de hermandad entre la danza y el bombo legüero
El bombisto, coreógrafo y bailarín rosarino será parte de la agenda cultural del Festival de Cosquín, donde dictará un taller que combina ritmo y movimiento utilizando la percusión como disparador.
Diego Montejo
Maximiliano Ojeda es un fanático del ritmo. Rosarino por excelencia y trotamundos llevó la música y danza argentina a Rusia, donde vivió por tres años y se asombró de cómo en esas tierras lejanas amaban tanto a nuestra cultura. En este andar incasable construyó un reconocimiento que lo lleva hoy de ciudad en ciudad con sus talleres de bombo y danza, en una combinación perfecta.
Este percusionista, docente, autor, compositor, bailarín de folclore, director y arreglador musical, egresado Instituto Provincial Superior del Profesorado de Danzas “Isabel Taboga” de Rosario, al presente hace su carrera artística en Buenos Aires, donde recaló después de su experiencia rusa. Desde allí habla con
Mirador Provincial y cuenta sobre su performance del próximo domingo a partir de las 11 de la mañana las sierras cordobesas, donde impartirá uno de los tantos talleres del Cosquín Cultural, en el marco de las actividades complementarias que ofrecerá el festival a lo largo de 10 días.
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Convocan a artistas de la danza para Cosquín 2023 Ojeda adelanta que el taller, llamado Mundo Bombo, es puramente de entrenamiento rítmico, vinculando al movimiento corporal de la danza y su relación con la música y los instrumentos, sobre todo el bombo legüero. “Con esto yo pretendo que los bailarines encuentren en sus movimientos la musicalidad lo que depende mucho de la rítmica por lo tanto mi trabajo es ayudar a traducirlo para que exista una herramienta más para lograr explayarse mejor a la hora de bailar”, explica.
A la vez trabaja junto a Lisandro Paz en su nuevo proyecto llamado “Late” que tuvo su estreno en el Parque Saavedra de la ciudad de Buenos Aires, donde se filmó la actividad en un material audiovisual que verá la luz en corto plazo. “Este proyecto es una síntesis de los talleres que doy y donde a la percusión y danza le incorporamos la guitarra que es la parte armónica para entrelazar a la otras dos disciplinas. Es una forma de mostrar qué sucede con cada una de ellas y cómo cada una de ellas influye en la otra”.
Recorriendo Rusia y aprendiendo de una nueva cultura “Fue un aprendizaje -dice sobre su estadía en Europa Oriental-, cuando uno está allí entiende muy bien las diferencias, sobre todo con el clima que por esa parte del mundo es muy frio con temperaturas de 18° bajo cero, prácticamente no sale el sol”. Para Ojeda esta fue la experiencia de su vida, el joven nacido en la zona sur de Rosario se codeó con grandes artistas de la escena moscovita. De ellos aprendió la disciplina y la perseverancia en el trabajo. “El arte para los rusos es muy importante y ser bailarín, músico o actor allá es un trabajo reconocido. Eso en Argentina está lejos, sobre todo para los bailarines, no digo de copiar lo que sucede allí, sino que surjan ideas para pensar otras posibilidades para vivir del arte y que eso no sea una lucha constante".
“La cosa empezó con delegaciones de rusos que venían a estudiar nuestra música, y me pregunté qué pasaba con la gente que no tenía posibilidades de venirse a Argentina, la pregunta se transformó en un sueño y como docente sabía que estas personas no tenían otra posibilidad, y me fui”, dice sobre su partida.
Ojeda vivió en Moscú y también en Ekaterimburgo, recorrió más de 20 mil kilómetros desde el Mar del Japón a Bielorrusia compilando ritmos autóctonos y enseñando música nacional. Sobre el folclore ruso dice que es más bien característico de un momento histórico y que se baila y canta tal cual lo fue en la época que se representa, muy diferente de nuestro folclore, vivo y en estado de efervescencia permanente.
“Nosotros vivimos el folclore de una manera muy especial, en cada pueblo y barrio hay una academia. Generalmente en los concursos lo que se premia es lo nuevo, siempre se busca la novedad y frecuentemente hay algo para sorprenderse. La pasión es parte de todo esto y la verdad que es muy difícil de trasmitirlo, podemos contarle a un ruso cómo es una peña, pero es difícil que lo puedan sentir como nosotros. Muchos ven en Argentina un lugar interesante y por eso es que vienen a Cosquín a descubrir en carne propia cómo es nuestra cultura”, explica.
Lo bueno de estas experiencias, cuenta Ojeda, es que luego muchas se trasladan a Rusia, donde hay un movimiento incipiente de danza argentina que se representa, por rusos, en peñas y festivales, no masivos, pero atractivos de por sí. “Hay varios festivales de folclore argentino, uno de ellos se llama “Adentro” y se hace en el mes de mayo en Moscú. Este tiene la particularidad que mescla todo lo bueno que ellos ven de Argentina que a su vez lo adaptan con el estilo y la forma que ellos tienen de organizarse y de ser. Habitualmente se hace en un hotel donde hay todo tipo de actividades”.
Tal es el lazo que tejió el artista con Rusia, donde le quedaron muchos contactos, que si la situación geopolítica enmarcada por la guerra con Ucrania lo permite, en el mes de mayo su deseo es volver para participar de dos festivales de música y danza argentina, uno es Moscú y el otro en Sarátov.