Un empresario que comercializa miel de varias provincias sostuvo que la producción es mucho menor por la falta de lluvias y los precios son casi los mismos de hace un año. "Muchos productores van a quedar en el camino", alertó.
"El gran problema es el desdoblamiento cambiario; eso está terminando con la gran mayoría de las economías regionales y con la miel, que si subsiste este año va a ser de extrema casualidad porque muchos productores van a quedar en el camino".
La sentencia es de Javier De Gregorio, titular de la firma Bionatura S.R.L. de Rosario, que comercializa mieles provenientes de Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero y Entre Ríos.
El duro diagnóstico se apoya, también, en el fuerte golpe que propinó la sequía al sector; y en precios al apicultor retrasados respecto de un año atrás.
"Ahora estamos iniciando febrero y todavía no se sintió el efecto de la producción de miel, estamos en un 10% de lo que solemos vender para esta altura del año", dijo. Para poner en contexto, explicó que su empresa comercializa el mayor volumen de mercadería entre octubre y diciembre.
A esto, De Gregorio sumó que este año, "con muchísima menos producción", los precios son similares a los de un año atrás. Según el último reporte de INTA, en enero los valores en la región pampeana fueron apenas 34.5% superior en pesos respecto del mismo mes de 2022: el promedio fue 4,50 por kilo a granel, contra 3,40.
"El problema no es el precio en el mercado interno, si bien hubo una baja; el gran problema es el desdoblamiento cambiario; eso está terminando con la gran mayoría de las economías regionales y con la miel, que si subsiste este año va a ser de extrema casualidad porque muchos productores van a quedar en el camino", advirtió.
En un contexto de precio internacional en baja y costos internos en alza (la inflación oficial de 2022 alcanzó 94.8%), con el desdoblamiento cambiario "la ecuación no cierra".
El valor de las oscuras
A raíz de la situación del mercado, el empresario resaltó la necesidad de trabajar en la valorización de mieles que hoy no encuentran compradores, se penaliza su precio o se vende como commoditie a pesar de sus propiedades.
En ese sentido remarcó que esta campaña abundan las mieles oscuras. "Son las que el mercado internacional no quiere" y por lo tanto "no hay tracción para el productor en el mercado interno". Por lo tanto es otra dificultad: "está muy complicado el productor que tenga sólo mieles oscuras hoy".
Sin embargo, sostuvo que suelen tener propiedades diferenciales. El problema es "que como productores no salimos aún a defender esa miel muy oscura pero con propiedades distintas". Por este motivo, dijo: "como comercializador, prefiero vender oscuras por la cantidad de propiedades que tiene agregadas por minerales y demás que las claras que a veces no lo tienen".
Un caso concreto es la miel que se produce en zonas de islas. "En Santa Fe hay mieles de excelentes calidades mundiales, pero hay que salir a venderlas", sostuvo, y mencionó la que se produce con la floración del catay, una de las plantas más comunes en ríos y arroyos de la región. "La miel de catay es excelente, oscura, con un sabor muy particular; sin embargo al no cristalizar es muy demandada; es un plus de valor".
Tras aclarar que se necesita trabajo comercial para promover estas cualidades, consideró que "transformamos en un commodity lo que no debiera ser". En ese sentido mencionó que su empresa apunta a capturar ese valor. "Venimos trabajando como empresa en esto, por eso buscamos lotes chicos", explicó, para diferenciar el producto por la calidad. "Nos alejamos del granel para centralización en el producto".