El municipio publicó un informe en el que detalla que el año pasado se generaron menos residuos que en 2021, lo que despertó la suspicacia de ambientalistas que señalaron no poder "explicar" cómo se había llegado a esa cantidad.
Los números de la basura que genera Rosario y que se envían a los rellenos sanitarios de Ricardone y Bella Vista siempre generaron tensión entre oficialismo y ambientalistas. En esta ocasión, los recientes números publicados por el Ejecutivo con respecto al 2022 no fueron la excepción.
Según la Municipalidad de Rosario, la cantidad de basura que se enterró en el año que acaba de culminar es menor a la del 2021. Esto generó suspicacias en la ONG Taller Ecologista que indicaron que "no pueden explicar" cómo se llegó a esa cifra.
El Palacio de los Leones, mediante la Dirección General de Residuos a cargo de Cecilia Álvarez, informó que en el 2022 se generaron 286.631 toneladas de basura. Esto es menos que lo generado en 2021, que alcanzó un total de 291.687 toneladas.
A los ambientalistas les llama la atención que en el último período se hayan producido menos residuos que en 2021, totalizando cifras similares a las del 2020 (286.035) cuando se estaba en pleno confinamiento y con un stop económico inédito.
Según explicó a Mirador Provincial, Cecilia Álvarez, "efectivamente hay una baja en la cantidad de residuos enviados a disposición final, pero que está dentro de los parámetros normales porque no llega a superar el 2%. Siempre hay fluctuaciones a lo largo de los años".
"A su vez, también creo que tiene que ver esa reducción por una baja en la generación de basura producto de la desaceleración económica y la situación macroeconómica que estamos atravesando", indicó.
"Otro factor a tener en cuenta es el aumento de precios que hubo en los materiales reciclables y, de esta mano, la recuperación informal de residuos. Esto es lo que entiendo que justifica la pequeña baja que se ha dado", concluyó.
Un tema pendiente
Desde que asumió la administración de Pablo Javkin en Rosario uno de los temas candentes que lograron evitar tratar es el nuevo sistema de recolección de residuos de la ciudad. De hecho, en julio del año pasado el oficialismo logró que el Concejo le diera el OK al pedido del Ejecutivo local para prorrogar "por 24 meses" el actual servicio de recolección.
La Municipalidad debía entregar los nuevos pliegos para analizarlos en noviembre del 2020, pero no llegaron a entregarlos en tiempo y forma. Esto provocó suspicacias entre referentes de la oposición como de ambientalistas.
La hipótesis que más resonó fue la que hacía referencia a una intencionalidad oficial de extender por un año más la prórroga de los contratos, es decir, retrasar la nueva licitación recién para este 2023, de modo de que sea tratada en un período electoral. Finalmente, las sospechas se confirmaron cuando el Concejo le dio luz verde al Ejecutivo para prorrogar por dos años el tema.
La intención del Palacio Vasallo era poder hacer un nuevo llamado a licitación para armar contratos con exigencias actualizadas. Entre ellas, incorporar una nueva ordenanza de Basura Cero, algo que primero debe aprobar el propio Concejo, para poder incorporarla en los convenios con las nuevas concesionarias que se hagan cargo de la recolección de residuos.
Ante la decepción que provocó la ordenanza vigente de Basura Cero, que lejos de disminuir se duplicaron los volúmenes de residuos que se entierran en el relleno sanitario en la localidad de Ricardone, así como los que llegan a la planta de compostaje en Bella Vista, la intención es aprobar un nuevo proyecto con objetivos "cumplibles" y que se incorporen nuevas obligaciones a los contratos de las firmas de recolección.
El intendente, Pablo Javkin, por su parte, había anunciado públicamente en 2020 la intención de que en los próximos tres años se pueda alcanzar una recuperación del 30% de los residuos generados y cubrir un 45% de la ciudad con infraestructura adecuada para que los vecinos puedan separar. Y estimó que, de alcanzarse este objetivo, para el 2040, esas cifras deberían incrementarse a un 70 y un 80%, respectivamente.
Hasta hoy, el esquema de las compañías (Lime y Limpar) incluye el barrido de 12 mil cuadras, 10 mil contenedores entre metálicos y de plástico, el traslado de la basura a las plantas de tratamiento y la disposición final al relleno sanitario de Ricardone.
Limpar hace ocho años que presta el servicio en Rosario. Es una sociedad constituida entre la compañía brasileña Vega Engenharia Ambiental S.A. y la compañía Caputo S.A.I.C., mientras que Lime pertenece al grupo Pescarmona. Ambas fueron seleccionadas durante el primer mandato de la ex Intendenta, Mónica Fein, reemplazando a las firmas Milicic y Cliba del empresario Benito Roggio.