Se trata de una fuerza que, con otro uniforme, prometía ser superadora a la Guardia Urbana Municipal. Sin embargo, tras más de 12 meses en funcionamiento el nuevo equipo también sigue siendo cuestionado.
La fuerza que llegó para reemplazar a la ex Guardia Urbana Municipal (GUM), la Agencia de Proximidad, sigue cosechando críticas de diversos sectores. En tiempos donde la inseguridad está descontrolada en Rosario, el rol de los nuevos agentes sigue siendo puesto en debate.
Se trata de una fuerza que, con otro uniforme, prometía ser superadora a la GUM. Sin embargo, tras más de doce meses en funcionamiento, el nuevo equipo también sostiene una mirada crítica sobre cuál es su rol.
Mirador Provincial publicó una serie de quejas y opiniones de vecinos del microcentro, barrio Luis Agote y Echesortu acerca del rol y accionar del nuevo servicio. En sus declaraciones la mayoría reconoció que intentan “ordenar” un poco el tránsito, pero que su funcionamiento no queda del todo claro y que aporta poco en cuanto a sus demandas.
Más voces en contra
Quien se hace eco de la polémica es el concejal, Miguel Angel Tessandori, quien disparó: “Una vecina lo dijo clarito: la Municipalidad te castiga rápido, pero te protege lento”, ante las quejas de vecinos por la inseguridad en Rosario.
A este medio también llegaron críticas de ciudadanos y ciudadanas que exigen mayor protección en sus barrios y que entienden que el rol de la nueva Agencia de Proximidad no tiene un funcionamiento claro y concreto que colabore en alguna de sus demandas.
“En Echesortu, la gente viene denunciando que los robos y arrebatos no cesan, y que lo único que ven en las calles del barrio como presencia uniformada son los agentes municipales haciendo multas”, agregó el edil.
La gente está indignada y no puede creer como las autoridades se desentienden y dejan a los ciudadanos librados a su suerte”, sostuvo el presidente del bloque Volver a Rosario y ejemplifica: “Fíjense lo que pasó con la mujer a la que le robaron una bicicleta del sistema público y la Municipalidad, en lugar de solidarizarse y preocuparse por su bienestar, la termina sancionando. Es de locos, digno de una tragicomedia”.
El gobierno municipal definió en su momento -hace un año- la reubicación de los agentes de la ex GUM hacia un nuevo mecanismo de control territorial que, según se explicó oficialmente, “permitirá a las vecinas y vecinos de los seis distritos de la ciudad una mayor proximidad” con los mismos.
En esta línea, el concejal peronista Lisandro Cavatorta -presidente de la Comisión de Control, Convivencia y Seguridad Ciudadana- también estima que, si bien “todo cambio lleva un tiempo y un proceso de adaptación y perfeccionamiento, a un año de su creación no son evidentes las transformaciones propuestas”.
Tessandori remarcó con contundencia que “queda claro que tenemos una corporación política en la ciudad que está más preocupada por recaudar, que por resolver los problemas y dar las respuestas que los vecinos necesitan y suplican para poder vivir más tranquilos”.
Cuando se inauguró la nueva área, oficialmente recalcaron que la nueva distribución permitiría una diferenciación clara de las atribuciones policiales y las municipales, evitando la confusión entre las actividades de uno y otro.
Además, destacaron que “la finalidad de esta determinación es la de llevar adelante políticas de descentralización, a los fines de avanzar hacia un estado más eficaz, eficiente, cercano y participativo, promoviendo un desarrollo más democrático de la ciudad”.
Si bien tan solo pasó un año desde que comenzaron a operar los 200 agentes con “nuevas reglas”, las críticas no dejan de sentirse en algunos barrios de la ciudad que siguen sin entender del todo su función y exigiendo, ante todo, más seguridad.