La falta de lluvias y los pocos y hasta nulos niveles de reserva hídrica siguen complicando a las producciones agrícolas de la zona del litoral. La situación de la soja es crítica y según informó la Bolsa de Cereales de Entre Ríos la pérdida de la oleaginosa aún no encuentra un piso. Estiman una pérdida económica cercana a los 237 millones de dólares por lo que esta temporada se instala como una de las peores de las últimas décadas.
Según el informe SIBER N° 1065, publicado por la bolsa y perteneciente a la última semana, la condición actual de la soja solo un 16% se encuentra entre buena y muy buena, mientras que el 53% es entre mala y perdida y el resto es regular, que se traduce en un rendimiento esperado inferior al normal. Desde la institución sostienen que “día a día la oleaginosa experimenta pérdidas en el rendimiento potencial”, por lo que la situación no parece mejorar, sino todo lo contrario.
La producción del maíz de primera tampoco pasa por un buen momento y con el 79% del área implantada ya cosechada no se observan buenos números. Hasta el momento de publicación del último informe SIBER el rendimiento promedio provincial fue de 2.000 kilogramos por hectárea, lo que demuestra una caída interanual del 38% y una proyección aún peor, con una disminución del 54% en relación al ciclo anterior.
Las altas temperaturas no ayudan y la novena ola de calor se presenta como una de las más fuertes de este verano, con jornadas que ascienden hasta los 40° y que promedian los 36° hace ya más de una semana. Según el Servicio Meteorológico Nacional la probabilidad de lluvias son escasas y se debe esperar hasta el martes 14 de marzo por una posible precipitación para la costa del Paraná, aunque las temperaturas seguirán estando por encima de los 33°.
Si bien el fenómeno La Niña, que provoca una incerteza climatológica y se caracteriza por pocas precipitaciones, parece neutralizado aún no se normaliza la situación. Las lluvias necesarias aún no aparecen y los productores rurales deben esperar a que el fenómeno actual que atraviesa la provincia y la región litoraleña comience a cambiar, pero las expectativas no son las mejores.