Mujeres y disidencias marcharon por la ciudad y todo el país. Año a año, los reclamos se actualizan y se suman más víctimas de la violencia machista. En esta ocasión, el eje estuvo puesto en el trabajo, la precarización y la brecha salarial.
El pasado miércoles 8 de marzo las mujeres y disidencias marcharon por Paraná, al igual que el resto del país y el mundo en el marco del Día internacional de las mujeres y el séptimo paro internacional de mujeres. La convocatoria aglutinó 15 mil personas en la capital provincial y recorrió desde plaza 1° de Mayo a la plaza Mansilla. A lo largo de seis cuadras, mujeres y disidencias se encontraron, cantaron, bailaron y mostraron sus pancartas con exigencias al Estado Nacional y Provincial, con pedidos de justicia por los femicidios y con los rostros de las víctimas de la violencia machista.
Luego de la marcha se realizó la lectura del documento redactado por la Asamblea de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries de Paraná en la explanada de Casa de Gobierno. Allí, representantes de diversas agrupaciones sociales, sindicales y políticas dieron lectura a un documento claramente signado por reclamos laborales, denuncias sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, la precarización y los trabajos de cuidado y reproducción no reconocidos monetariamente. En este sentido se destacó la doble opresión a la que se enfrenta el colectivo al ser mujeres o disidencias y trabajadoras.
También se reconocieron las conquistas y en este sentido celebraron la reciente ampliación de derechos que significó la nueva ley de moratoria previsional nacional que otorga el derecho a la jubilación a sectores sociales que no llegan a los 30 años de aporte. Sin embargo, la brecha salarial sigue presente en diversos estamentos sociales y el techo de cristal que impide a las mujeres y disidencias acceder a altos puestos laborales es una traba para el crecimiento profesional, en este sentido, se hizo escuchar el lema: “Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotres”.
Alrededor de 15 mil personas participaron de la convocatoria en la capital provincial.Foto: Aldana Badano
Además, se hizo hincapié en la necesidad de declarar la Emergencia Nacional por Violencia de Género para otorgar presupuestos reales y planificar estrategias que le pongan un freno al flagelo social que, en lo que va de este año se llevó 50 vidas, es decir, una mujer o disidencia muerta cada 26 horas.
Por otro lado, se reiteró el pedido por la Educación Sexual Integral no binaria y con perspectiva de género en las escuelas, así como también la formación con perspectiva de género a funcionarios de la fuerza policial, trabajadores del Estado y comunicadores.
Según el informe difundido por la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumala), en 2022 se cometieron 233 femicidios y hubo otros 425 intentos en el país, el cual destaca que 194 casos fueron directos, 9 vinculados de niñas/mujeres, 21 vinculados de niños/varones y 9 trans/travesticidios.
La Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación difundió el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina correspondiente al 2021, año en el que se registraron 251 víctimas letales de violencia de género, un promedio de un femicidio cada 35 horas.
La explanada de Casa de Gobierno fue el escenario para coronar con arte una jornada de lucha.Foto: Aldana Badano
A su vez, la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema presentó un trabajo de investigación, en el que analiza 1053 denuncias reiteradas realizadas por mujeres contra sus parejas o exparejas a lo largo de más de 11 años.
Entre 2008 y 2020 hubo 16.160 personas que realizaron denuncias en la OVD en más de una oportunidad, lo que representa el 15% sobre las 108.371 personas denunciantes durante ese lapso. Las 190 mujeres sobre las que se centra este nuevo informe de la OVD son aquellas que denunciaron cinco veces o más al mismo agresor. Siete de cada 10 de ellas tenían entre 22 y 39 años cuando concurrieron a denunciar por primera vez y, en el 90% de los casos había hijos en común con el denunciado. El 56% de las mujeres era migrante (30% internacionales y 26% interprovinciales) y no había completado el nivel secundario (48%). Además, el 38% se hallaba desocupada o realizaba tareas de cuidado sin remuneración, y el 52% dependía económicamente de los denunciados.
Estos parámetros, destaca el informe, acentúan las dificultades económicas y explican la complejidad para poner fin al vínculo de pareja y/o alejamiento físico con el agresor y, en consecuencia, la perdurabilidad de la violencia. Una muestra de este problema son las peticiones de las mujeres denunciantes respecto al otorgamiento de alimentos provisorios (81%).
Una de las consignas más representativas fue el pedido por la Emergencia Nacional por Violencia de Género.Foto: Aldana Badano
El trabajo destaca que en todos los casos se dio respuesta a las solicitudes de las denunciantes mediante el dictado de medidas preventivas de protección por parte de la Justicia Nacional en lo Civil: prohibición de acercamiento (98%) y de contacto hacia las mujeres afectadas (91%), prohibición de acercamiento a niños, niñas y adolescentes (73%) y otorgamiento de botón antipánico (52%), entre otras.
En un contexto nacional en donde las cifras de violencia de género se acrecientan de manera alarmante, las mujeres responden unidas y marchando.
La Organización de Naciones Unidas Mujeres conmemoró el Día Internacional de la Mujer, este año bajo el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”.
Este lema nace al calor de las “incalculables contribuciones al mundo digital” que han realizado las mujeres desde los albores de la computación a la era actual de realidad virtual e inteligencia artificial. La ONU explica sobre la desigualdad: “Hoy, la persistencia de la brecha de género en el acceso digital impide a las mujeres disfrutar plenamente del potencial de la tecnología. Su infrarrepresentación profesional y académica en las disciplinas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas sigue siendo un importante obstáculo para su participación en la gobernanza y el diseño de la tecnología”.
En un contexto donde “la era digital ofrece una oportunidad sin precedentes para acabar con todas las formas de disparidad y desigualdad”, la ONU hizo un “llamamiento a los gobiernos, a los movimientos activistas y al sector privado para acelerar sus esfuerzos por conseguir un mundo digital más seguro, más inclusivo y más equitativo. En un momento en el que nos enfrentamos a múltiples crisis globales, tenemos la posibilidad de crear un futuro mejor, no solo para las mujeres y las niñas, sino para toda la humanidad y toda la vida en la Tierra”.