Esta semana se realizó una nueva capacitación de huerta agroecológica, esta vez en el centro de convenciones “Papa Francisco”, de Villaguay, a cargo de Rita Sarli, del programa Pro huerta del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, implementado por el INTA.
En diálogo con Mirador Entre Ríos, la capacitadora Rita Sarli definió que “se llama huerta agroecológica a la cultivada sin uso de agroquímicos. Sembramos verduras de manera sana, realizamos preparados caseros para ahuyentar insectos y combatir enfermedades, de esa manera logramos un manejo ecológico para cultivar, cuidando la salud por una mejor calidad de vida”.
Estuvo dirigida a huerteros, promotores que desarrollan la actividad en los barrios, presidentes de juntas de gobierno, los municipios de Villa Clara, Villa Domínguez y abierta al público.
Estas capacitaciones otorgan certificación para promotores docentes o personas que integran planes sociales y necesitan la constancia ante el requerimiento de los organismos correspondientes. “Esta fue la primera del año porque se planifican en distintos lugares de la ciudad, como las proyectadas en los barrios Brasil y Chaco, que son los más alejados del radio urbano y donde la requieran”, indicó Sarli.
La capacitación estuvo relacionada con la campaña otoño invierno y épocas de siembra, abonos orgánicos, rotación de cultivos, cómo asociar las plantas e implementación de plantas aromáticas en la huerta para un control ecológico de insectos.
El trabajo de orientación para quienes cultivan la tierra no sólo brinda capacitaciones sobre huerta agroecológica, sino que hay otras sobre conservas, cosecha y conservación de semillas, de plantas aromáticas, cómo implementarlas en la huerta y aprender a multiplicarlas de manera fácil. Cuando la solicitan grupos de huerteros o personas que necesiten aprender estas prácticas están a disposición en el INTA Villaguay.
La técnica capacitadora indicó que “este momento es el indicado para sumarse a la capacitación porque es mucha la cantidad de semillas que han llegado a la agencia y todas las personas que quieran tener una huerta, si dispone de un terrenito o algún espacio menor, están en condiciones de iniciarse, porque estamos enseñando huertas verticales y horizontales, cómo hacer huertas en cajones y otras posibilidades para quienes no tienen terreno”.
“Es bueno tener verduras frescas en casa de una manera fácil porque ayuda a abaratar el costo de la canasta familiar. Con ganas y algo de tiempo dedicado hoy está al alcance porque las semillas son gratuitas, lo mismo que las capacitaciones. No hay nada más recomendado que consumir alimentos conociendo su origen y que sean fruto de nuestras siembra, cuidado y cosecha. Debemos concientizarnos que esto contribuye a la calidad de vida”, remarcó.
De acuerdo con los datos aportados por la entrevistada, “aproximadamente un 20% se cultiva en la zona y se vende en el Mercado Popular Villaguay, el resto ingresa desde otros lugares cuyo origen desconocemos como consumidores, entonces lo mejor es que se involucren las familias a través de este programa que tiene 33 años y es bueno que lo sepan aprovechar”.
“En Villaguay se han conformado varias huertas familiares y otras que abastecen a comedores barriales como la que lleva adelante el grupo “Barrios de Pie”. Sería bueno que esto se realice a nivel institucional porque actualmente no hay implementada una huerta comunitaria de una dimensión que pueda abastecer a todos o la mayoría de ellos. Recuerdo que en el hospital hubo una experiencia que le permitía ahorrar lo que se sembraba porque hubo una persona que se dedicaba exclusivamente a esa tarea para la cocina del hospital; y también sucedió cuando se otorgaron los primeros planes de jefes y jefas de hogar en el mismo nosocomio. Otra experiencia, hace más de 10 años, por decisión de un jefe del Ejército, en la guarnición militar se hizo una huerta con apoyo del INTA para abastecer al regimiento y también donar a algunos establecimientos educativos. Era una manera de incorporar esa concientización a los soldados voluntarios”.
Sarli, como docente, se entusiasma con el tema y ahonda que desde la educación se puede hacer mucho por esto para generar conciencia y agrega: “Sería bueno que en cada escuela haya una huerta. No la tienen que tomar como un trabajo para los chicos, sino como herramienta de aprendizaje para contenidos de ciencias sociales, lengua y matemática, además de abastecer al comedor escolar, porque esos conocimientos que los chicos aprenden los llevan directamente a sus hogares. Recuerdo que hubo un proyecto denominado ‘En cada escuela una huerta’ para sumar al aprendizaje y eso depende de los docentes. Acá en nuestra ciudad muchos de ellos son promotores y no sólo tienen una huerta en la escuela, sino que realizan la tarea de entrega de semillas para las familias, incluso nos convocan para realizar capacitaciones”, explicó.
En cuanto a huertas institucionales, la capacitadora consideró viable que “se podría realizar una importante tarea para lograr aunar voluntades con la idea de poder abastecer al servicio de comedores municipales y viandas que la comuna de Villaguay entrega aportando a la situación social. Lógico es decir que estas iniciativas dependen del Estado, pero los recursos gratuitos están, porque el INTA dispone semillas a granel que se utilizan para distribuir a huertas comunitarias e institucionales”.
Dentro de los proyectos destacó el que fue presentado el año pasado junto a Conin. “Está orientado a cada mamá que le interese realizar una huerta en la casa y en conjunto, con ayuda del municipio, un seguimiento para quienes llevan los niños por problemas de bajo peso para que puedan implementar las verduras en la dieta, un alimento muy necesario. También en la Asociación Pro Ayuda al Discapacitado estamos empezando con una huerta agroecológica, en conjunto con el área trabajo del municipio, los chicos cobran una suma para ayudarlos a implementar el proyecto de plantines y humus que serán comercializados. Además, con ayuda del INTA, Dirección de la Producción y Agricultura Familiar presentamos un proyecto a Nutrin que contribuyó a la adquisición de 150 frutales. Se ha comenzado a remover la tierra y hacer un pozo para asegurar el riego de una plantación de citrus, especialmente limones, para comercializar en el mercado local”.
Finalmente, Rita Sarli señaló que “desde las instituciones debemos seguir trabajando y atendiendo a todos por igual, esa es la finalidad que siempre hemos tenido como premisa”.