En buena actuación, y con gol de Nicolás Delgadillo, la Crema se quedó con la victoria por la mínima diferencia, se puso a dos unidades de los punteros de su zona y disipó dudas.
Fue una victoria muy importante del cuadro rafaelino no solo por el rival que tuvo enfrente, que llegaba como líder del grupo B, sino porque los dirigidos por Ezequiel Medrán supieron sobreponerse a las dos derrotas al hilo que sufrieron, dejando pobres imágenes, que encendieron las alarmas en barrio Alberdi.
El valor que tienen los tres puntos conseguidos anoche, sobre todo desde lo motivacional, quedó reflejado en el grandilocuente festejo que se vio dentro y fuera de la cancha porque el equipo demostró y se mostró asimismo que tiene madurez y las agallas necesarias para revertir la racha adversa, pero también que es competitivo y se le puede plantar de igual a igual a cualquiera.
Una nueva caída habría sumido en la confusión al equipo y puesto en la mira el ciclo de este cuerpo técnico, que ahora tendrá el oxígeno suficiente para encarar lo que viene con tranquilidad
En lo estrictamente deportivo, el encuentro tuvo un primer tiempo parejo en el que, sin ejercer un marcado predominio, el local mereció un poco más que su rival a partir de las situaciones de gol creadas porque dispuso de dos muy claras increíblemente malogradas por el punta Ignacio Lago dentro del área - a los 18’ y 24’- más un disparo fuera del cuadro mayor que obligó a una gran intervención del arquero cervecero, Milton Álvarez, para evitar la apertura.
Con libretos muy distintos se las ingeniaron para generar un duelo atractivo y en el arranque pareció que el Cervecero quiso mostrar chapa de puntero e imponer condiciones, pero con el paso de los minutos el local equilibró las acciones y fue el que buscó, mientras que los de Mario Sciacqua esperaron procurando ser ordenados en defensa, tanto fue así que para anotar solo tuvieron un cabezazo de Castro cerca del área chica, que fue bien controlado por el arquero del Celeste.
Sufrió al final
El inicio del complemento tuvo un trámite trabado y con pocas ideas, y recién sobre el cuarto de hora, el extremo Mario Zanabria sacó un centro desde la derecha, que rozó en Risso Patrón, se estrelló en el travesaño y pudo ser la igualdad.
A los 18’, en la primera pelota que tocó, Delgadillo recibió cerca del vértice del área izquierdo, avanzó y sacó un remate potente y alto que le reventó el arco a Álvarez para adelantar a Atlético en el marcador.
Quilmes quedó golpeado y los de Medrán tuvieron dos oportunidades más para ampliar el marcador. Primero fue Cristián Llama, que llegó solo para conectar, pero el balón le quedó un poco atrás y se lo perdió. Tres minutos después, en una situación calcada, Lamendola le pegó de lleno al balón y en una descomunal reacción, el golero visitante mandó la pelota al corner.
En el último cuarto de hora, se despertaron los de Sciacqua y Anselmo estuvo muy cerca de empatar con un cabezazo que se fue pegado al palo derecho de Marcos Peano.
A los 41’, hubo un milagro en el área cremosa cuando Sandoval bajó el balón y con una media vuelta por muy poco no puso la igualdad.
Hasta el cierre del encuentro, el asedio de la visita al área local fue intenso, pero fallaron en la puntada final y los de Sciacqua teminaron con las manos vacías.
El pitazo del árbitro Luis Lobo Medina Hubo, muy resistido por los visitantes, desató una algarabía inmensa en el Nuevo Monumental de Rafaela porque despejó algunos fantasmas que sobrevolaron en estos días y dejó a Atlético a solo dos puntos de los líderes de su zona -Chacarita y Quilmes, con 15 unidades- y la ilusión de ascenso sigue viva.