En tiempos donde se critica la inversión en el servicio de higiene de la ciudad de Rosario, estos nuevos camiones tendrán carga lateral automatizada y pretenden renovar la flota de la empresa estatal del servicio de recolección de residuos.
Mientras el Concejo de Rosario debate el nuevo pliego que presentó el Ejecutivo para determinar el nuevo sistema de recolección de residuos, tras casi un año y medio de prórroga, la Municipalidad lanzó una licitación para incorporar ocho nuevos camiones recolectores para el Ente Autárquico Servicio Urbano de Mantenimiento Ambiental Rosario (SUMAR) por un monto de 809.633.000 pesos.
En tiempos donde se critica la inversión en el servicio de higiene de la ciudad, estos nuevos camiones tendrán carga lateral automatizada y pretenden renovar la flota de la empresa estatal del servicio de recolección de residuos.
La basura de Rosario por estos días viene siendo un tema candente. Es que el retraso en el envío del pliego al Concejo por parte del municipio para que se debata cómo será el nuevo servicio en la ciudad, ya generó rispideces.
Una de las principales polémicas nace a partir de que el gremio de los recolectores propone incinerar los residuos, mientras que los ambientalistas salieron al cruce y desechan esa posibilidad y ofrecen otra salida.
La idea del sindicato radica básicamente en incorporar la incineración, algo que ya se practica en diversas ciudades de Europa, por ejemplo, según indicaron.
Se trata de una técnica de tratamiento de residuos que permite reducir su volumen, su peso y modificar su composición. Consiste en someter los residuos a un proceso de oxidación a elevada temperatura. Funciona a través del calor, los componentes orgánicos de los desechos reaccionan con el oxígeno del aire y se transforman en dióxido de carbono y agua.
Desde la ONG Taller Ecologista, que vienen siguiendo e insistiendo con un servicio de recolección de residuos sustentable, expresaron su total rechazo a la iniciativa del gremio y señalaron algunos puntos en los que exponen sus propuestas de cara al nuevo pliego que se comienza a debatir en el Concejo.
“Consideramos que la incineración de residuos es una propuesta inadecuada para el siglo XXI. Destruir recursos en vez de conservarlos no es una opción. La incineración nunca podrá ser sustentable. Lo que necesitamos es disminuir la cantidad de residuos que producimos, transformar nuestros modos de producción y consumo, compostar y reciclar cada vez más. La incineración perpetúa una lógica insustentable y bloquea el camino a las verdaderas soluciones”, había señalado a Mirador Provincial, Cecilia Bianco.
La activista detalló que aproximadamente “un 25% del peso de los residuos incinerados se convierten en cenizas tóxicas” que requieren una disposición en un relleno de seguridad. Al quemar un material “perdemos la energía que se utilizó para producirlo”, por lo que en definitiva los incineradores lo que hacen es “derrochar energía, no generarla, como a veces se promociona”.
Un retraso que generó suspicacias
Desde que asumió la administración de Pablo Javkin en Rosario uno de los temas candentes que lograron evitar tratar es el nuevo sistema de recolección de residuos de la ciudad. De hecho, en julio del año pasado el oficialismo logró que el Concejo le diera el OK al pedido del Ejecutivo local para prorrogar "por 24 meses" el actual servicio de recolección.
La Municipalidad debía entregar los nuevos pliegos para analizarlos en noviembre del 2020, pero no llegaron a entregarlos en tiempo y forma. Esto provocó suspicacias entre referentes de la oposición como de ambientalistas.
La hipótesis que más resonó fue la que hacía referencia a una intencionalidad oficial de extender por un año más la prórroga de los contratos, es decir, retrasar la nueva licitación recién para este 2023, de modo de que sea tratada en un período electoral. Finalmente, las sospechas se confirmaron cuando el Concejo le dio luz verde al Ejecutivo para prorrogar por dos años el tema.
La intención del Palacio Vasallo era poder hacer un nuevo llamado a licitación para armar contratos con exigencias actualizadas. Entre ellas, incorporar una nueva ordenanza de Basura Cero, algo que primero debe aprobar el propio Concejo, para poder incorporarla en los convenios con las nuevas concesionarias que se hagan cargo de la recolección de residuos.
Ante la decepción que provocó la ordenanza vigente de Basura Cero, que lejos de disminuir se duplicaron los volúmenes de residuos que se entierran en el relleno sanitario en la localidad de Ricardone, así como los que llegan a la planta de compostaje en Bella Vista, la intención es aprobar un nuevo proyecto con objetivos "cumplibles" y que se incorporen nuevas obligaciones a los contratos de las firmas de recolección.
El intendente, Pablo Javkin, por su parte, había anunciado públicamente en 2020 la intención de que en los próximos tres años se pueda alcanzar una recuperación del 30% de los residuos generados y cubrir un 45% de la ciudad con infraestructura adecuada para que los vecinos puedan separar. Y estimó que, de alcanzarse este objetivo, para el 2040, esas cifras deberían incrementarse a un 70 y un 80%, respectivamente.
Cómo funciona hoy el servicio
Hasta hoy, el esquema de las compañías (Lime y Limpar) incluye el barrido de 12 mil cuadras, 10 mil contenedores entre metálicos y de plástico, el traslado de la basura a las plantas de tratamiento y la disposición final al relleno sanitario de Ricardone.
Limpar hace ocho años que presta el servicio en Rosario. Es una sociedad constituida entre la compañía brasileña Vega Engenharia Ambiental S.A. y la compañía Caputo S.A.I.C., mientras que Lime pertenece al grupo Pescarmona.
Ambas fueron seleccionadas durante el primer mandato de la ex Intendenta, Mónica Fein, reemplazando a las firmas Milicic y Cliba del empresario Benito Roggio.