Las plantas procesadoras trabajan a media máquina en un contexto de fuerte retracción de los niveles de producción. Cuál es la expectativa para la próxima campaña.
El otoño se presentó con lluvias que marcaron un cambio luego de meses sin precipitaciones, lo cual había afectado de lleno las regiones agrícolas del país. En Santa Fe, al margen del impacto sobre cultivos extensivos, la escasez de humedad le pegó duro a algunas economías regionales, como el sector legumbrero, que tiene un singular desarrollo productivo e industrial en el departamento Constitución, al sur de “la bota”.
El tema no es nuevo, en rigor de verdad las últimas tres campañas derivaron en cosechas por debajo de la media, aunque la última, según afirman los referentes del sector, fue “demoledora”. El calendario de lentejas y arvejas coincide con el del trigo y el rendimiento, puntualmente en el invierno pasado, ha sido de regular a malo, dejando a muchas empresas procesadoras prácticamente sin materia prima.
Las legumbres representan un excelente reemplazo de la proteína animal.Foto: archivo
“Nosotros hemos registrado pérdidas de hasta el 80% y estamos monitoreando cómo puede presentarse el ciclo 2023 en el marco de una campaña fina que demanda de una plataforma de humedad muy importante”, mencionó a este medio Damiián Grassi, subgerente regional de la cooperativa Agricultores Federados Argentinos (AFA), que cuenta con una planta exclusiva para el envasado de productos de conserva.
Dicha unidad productiva hoy prácticamente está sin operaciones. “La cosecha fina de 2021 en algo ayudó y en estos últimos meses nos manejamos con una reserva de legumbres que nos permitió exportar parte de la producción y encarar un envasado marginal para mercado interno con la marca propia Del Agricultor”, añadió Grassi, sobre el panorama que afecta a localidades del departamento Constitución, como Pavón Arriba, JB Molina, Cañada Rica, Cepeda, Sargento Cabral y Rueda, entre otras.
La denominada Planta de Productos Especiales de AFA tiene una capacidad de acopio de 7.000 toneladas y está instalada en la localidad de Rueda. “Pensando en una reversión de los bajos rindes, pensamos en la necesidad de un flujo de precipitaciones no menor a los 300 milímetros para poder avanzar con una siembra fina que permita arrojar una producción aceptable. Está claro que tras varios ciclos de déficit, habrá demanda. Dependemos del factor climático”, puntualizó Grassi.
Alimento de especial importancia
Las legumbres son alimentos clave para la nutrición y la seguridad alimentaria del mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Han tomado especial importancia luego de la pandemia, ya que representan un excelente reemplazo de la proteína animal.
De acuerdo a datos del Centro de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la campaña 2021/22 tuvo un fuerte repunte en lo que a comercio exterior respecta, el aumento se debió en parte a dos motivos: la producción de la campaña y las condiciones del mercado internacional.
Para la campaña 2021/22, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP), la producción fue de 297 mil toneladas, lo que representa un aumento del 53% respecto a la producción de la campaña 2020/21.
Con respecto al comercio internacional, el ranking de exportadores mundiales de arvejas estuvo en ese momento liderado por Canadá, seguido por Estados Unidos, Rusia y Ucrania. La campaña 2021/22 no tan próspera en América del Norte y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania hicieron de Argentina un abastecedor interesante para la gran demanda mundial.
Ahora bien, producto de la fuerte sequía, la superficie sembrada en la campaña del año pasado cayó. El fenómeno afectó a otros cultivos invernales como el trigo y la cebada. Según la SAGyP, la caída fue de un 17% con 94.000 hectáreas sembradas.
Pero al recorte en la implantación, hay que sumarle la pérdidas de la cosecha por la ausencia de lluvias que se evidenció durante el período de crecimiento de los cultivos, con cerca del 80% de la producción afectada.
Las dificultades implican que hoy muchas empresas tengan capacidad ociosa. Así le sucede a la firma Don Elio, con base en Coronel Domínguez. La firma concretó un plan de inversiones en los últimos meses y de hecho amplió superficie. Los metros cuadrados anexados ahora están vacíos. Es que no se pueden completar con mercadería porque el régimen de producción se restringió en fuerte proporción
“Estamos consiguiente mercadería a cuentagotas, al déficit de arvejas y lentejas de nuestra zona, se le suma los serios problemas para acceder a stocks de garbanzos y porotos que vienen del norte argentino y ni hablar de la avena arrollada que llega desde la zona de Tres Arroyos, en el interior de la provincia de Buenos AIres. La sequía malogró producciones regionales en todo el país y eso impacta en el funcionamiento de la compañía”, precisó Sergio Di Pego, titular, junto a su hermano, de la firma familiar.
El esquema de crecimiento del establecimiento implicó pasar de los 7.000 metros cuadrados a 14.000 en la actualidad, pero la ampliación de la capacidad al parecer ocurrió en una coyuntura complicada. “La realidad indica que el 20% de nuestra facturación se conseguía por el esquema exportador y hoy en ese frente estamos en cero. El resto de la torta de ingresos habituales es por mercado interno, donde hoy nos encontramos operando en un 50% de la capacidad instalado”, graficó Di Pego.
La complejidad de la falta de mercadería también puso en stand by otros proyectos. “Falta adquirir una cámara de frío y estamos tramitando con el banco Bice un sistema de energía solar para hacer más sustentable el consumo eléctrico del establecimiento fabril. Si bien creemos que vamos a avanzar con esos objetivos, quizás los tiempos se aplacen un poco aguardando por las tramitaciones de la ayuda financiera”, puntualizó.