Santos Amado Maggi fue uno de los bandoneonistas más destacados de la historia del tango, reconocido por su calidad profesional y por su amable sencillez y humildad. Había nacido en Concordia en el año 1933. Tras una extensa carrera, que lo llevó a distintas partes del mundo, volvió a radicarse en su ciudad natal en 2011 en donde creó un cuarteto típico con el que actuaba en forma permanente, con gran éxito en diversos festivales y espectáculos.
“El maestro”, como lo llamaban quienes compartían escenarios y días de tango con él, era un enamorado de su ciudad y eso quería contagiar en los demás. “Me fui de Concordia muy joven, viajé por todo el mundo con orquestas de primer nivel, vi la vida en ciudades capitales de distintos países, pero mi ciudad tiene algo que las demás no, y por eso volví”, decía. Tal vez ese “algo” eran sus afectos, con los que vivió hasta su último respiro.
Santos Maggi fue un reconocido músico, compositor y director de orquesta, parte de la historia del tango argentino de primer nivel, según sus colegas. Su relación con el tango empezó cuando estaba comenzando su adolescencia. A los 13 años su padre le compró un bandoneón y desde el primer día se pegó al instrumento del que se volvió prácticamente inseparable.
A los 18 años se radicó en Buenos Aires y su maestro Cristóbal Ramos lo recomendó a Domingo Federico, quien luego de citarlo a Radio Splendid para escucharlo, le propuso integrarse a su orquesta, en la que fue bandoneonista durante 3 años.
Luego integró la prestigiosa orquesta que acompañaba a Alberto Marino durante aproximadamente 4 años, saliendo de gira por Uruguay, Chile, Brasil y Colombia. Al regresar filmaron la película Nubes de humo, que tuvo a Alberto Castillo como protagonista. Luego estuvo en las orquestas de Rodolfo Biagi, Miguel Caló, Lorenzo Barbero, Armando Pontier, Armando Lacava, Ricardo Tanturi, Francisco Rotundo. Con Héctor Varela hizo giras internacionales y luego con Mariano Mores fue por primera vez a giras en Japón, Estados Unidos y Brasil.
Su talento era tal que más allá de las orquestas que integró, también fue bandoneón solista en el teatro Colón. Como compositor tiene una abundante obra que abarca más de 100 composiciones, principalmente tangos y música popular.
El bandoneonista siempre dejó en claro que quería volver a su ciudad y así lo hizo en 2011. Desde ese momento no paró de trabajar por la cultura de su ciudad, el arte, la música y especialmente el tango.
En el 2016, en un teatro Odeón a sala llena, La Orquesta Sinfónica de Entre Ríos estrenó la obra "Salto Grande", una composición de Santos Maggi inspirada en Concordia, con la presencia del músico homenajeado. Quien expresó su emoción por el hecho de estar “en esta ciudad de tantos afectos y tantos hermosos recuerdos”, dijo entonces.
Desde el área de Cultura de la Municipalidad de Concordia lo homenajearon en varias ocasiones, la última durante 2021. En tanto, en 2022 el Consejo Asesor Protección Patrimonio Concordia lo reconoció por su carrera y trayectoria, destacando su exitoso desempeño en el exterior. Pero más allá de esos homenajes y de la valoración positiva sobre la orquesta sinfónica, Maggi se fue con un deseo sin cumplir: una orquesta de tango en Entre Ríos.
“Para mí, es un viejo sueño. La gran mayoría de las provincias, incluso varias localidades del Gran Buenos Aires tienen sus orquestas de tango. Y Capital tiene dos: la Orquesta de Buenos Aires y la Juan de Dios Filiberto, una depende de la Nación y la otra de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires”, había dicho en 2015.
“Córdoba, Corrientes, Tucumán, Santiago del Estero tienen sus orquestas de música ciudadana, más allá de las Sinfónicas y Filarmónicas. Entonces ¿Cómo es posible que Entre Ríos no la tenga? Somos una provincia limítrofe con otro país y con tres provincias de la República Argentina, hasta estratégicamente sería ideal tener una orquesta que pueda presentarse en distintos lugares. Aquí se escucha mucho tango, y podríamos hacer un intercambio permanente”, reflexionó en ese momento.
Eso nunca ocurrió. Pasaron los años y su máximo deseo en su provincia quedó sin cumplir. Ahora son otros artistas los que, tras su fallecimiento, tomaron la idea y comenzaron a reunirse para tratar de llevarla adelante.
La generosidad es la cualidad que más destacan quienes compartieron escenario y vida con el músico. En el ámbito cultural, diferentes artistas lo recuerdan como “un grande”.
Alejandro González Crivelli, bailarín de tango actualmente radicado en Japón, destacó la figura del bandoneonista. “Era un maestro, le quedaba bien esa palabra. Solo queda agradecer por todo lo que le dio a la cultura argentina y en especial al tango. Él viajó muchas veces a Japón, así que acá también queda su legado”, aseguró a Mirador Entre Ríos.
“Su música es parte de todos los que amamos el tango, pero los que compartimos algo con él nos vamos a quedar con el recuerdo de una persona generosa, amable, maravillosa. Fue un enamorado del tango y de su ciudad, que dejó un legado que hay que tomar y perpetuar”, señaló.
Ese legado es el que hará que el artista que conquistó escenarios en todo el mundo siga presente en su comunidad a través de su música, sus enseñanzas y la pasión por el tango, que cultivó desde los 13 años y transmitió a quienes lo conocieron y aprendieron con él.