¿Fuera de la ley? Se encomendó al Ejecutivo a que realice investigaciones sobre uno de los barrios apuntados por presunta contaminación a los fines de determinar si sus producciones de vertidos a las redes de desagües de la ciudad se encuadran dentro de la ley.
La contaminación en el arroyo Ludueña de Rosario sigue generando preocupación. Pese a que el Concejo le dio luz verde a la ampliación del centro comercial Fisherton Plaza Open Mall, pegado al Aeropuerto Internacional de Rosario (AIR), aunque sobrelleve una orden judicial de regularizar el tratamiento de sus efluentes, ediles impulsaron sendos proyectos para que el municipio inspeccione otro posible foco de contaminación: el barrio cerrado Country Golf.
La comisión de Gobierno del Palacio Vasallo otorgó proveído favorable, y derivaron a la comisión de origen (Ecología), varias iniciativas para que se siga investigando la contaminación del Ludueña y si se están volcando líquidos ilegales en el arroyo.
En concreto, “se encomienda al Departamento Ejecutivo que a través de la Dirección General de Hidráulica o la repartición que corresponda realice una inspección en el barrio cerrado Country Golf, a los fines de determinar si su producción de vertidos a las redes de desagües de la ciudad, particularmente al arroyo Ludueña, y la disposición final de los efluentes que genera, son realizados según la normativa vigente”.
Se plantea también que en caso de detectarse infracciones o faltas a la normativa vigente se instruya al Tribunal Municipal de Faltas a fin que proceda a establecer las sanciones administrativas que resulten pertinentes. En tanto el restante decreto de similares características lo plantea respecto al Aeropuerto Internacional “Islas Malvinas”.
Desde hace años que los vecinos de Empalme Graneros en Rosario vienen padeciendo la contaminación del arroyo Ludueña. No solo ellos, también los que conviven con el cauce fluvial a la altura del puente de calle Mendoza y todas las personas que tienen sus hogares bordeándolo.
El agua podrida, contaminada, nauseabunda y peligrosa para la salud viene siendo motivo de reclamo no sólo de ciudadanos y ambientalistas, sino también de concejales que le piden intervención inmediata a la Municipalidad como al gobierno de la provincia de Santa Fe.
El barrio privado Rosario Golf Club y el shopping Fisherton Plaza, cercano al Aeropuerto Internacional Islas Malvinas, fueron denunciados por el concejal peronista, Lisandro Cavatorta, por presunta contaminación del arroyo Ludueña.
Fue el edil macrista, Carlos Cardozo, quien comenzó a vehiculizar la queja histórica de los vecinos que afirmaban que hace diez años se podían meter en el agua y ahora no pueden pasar ni a dos metros del olor tóxico que emana.
La empresa Aguas Santafesinas (Assa) tomó muestras del arroyo, en el marco de un estudio de impacto ambiental, y detectó que se estaban arrojando efluentes cloacales sin realizar el tratamiento. Esto derivó en que la Provincia intime al barrio privado y al shopping para que regularicen su situación.
Resulta que el Ludueña no es un arroyo cualquiera. Se trata de un cauce fluvial que nace como red de avenamiento, de 800 kilómetros cuadrados de campos de Rosario y de localidades aledañas. Este arroyo desemboca en el río Paraná a la altura del barrio Arroyito. Es decir, es un flujo de agua que atraviesa toda la ciudad y con la que conviven a escasos metros miles de vecinos y vecinas.
En base a los relevamientos realizados por Cardozo, las zonas más afectadas por la contaminación del Ludueña son: las calles Juan B Justo, José Ingenieros y Génova, por la falta de contendedores y volquetes adecuados para el servicio de residuos de varios barrios como Stella Maris y La Bombacha, también la parte del arroyo que está ubicada entre el Bosque de los Constituyentes y el Autódromo Municipal.
La comunidad que vive en los alrededores del arroyo tienen historia de lucha. Por ejemplo, lograron que el Estado realice las obras necesarias para que no se produzcan más desbordes desde el año 1986, por la construcción de la Presa Retardadora de Crecientes en el año 1995 y los aliviadores (el segundo también en ese año y el tercero recientemente). Es por eso que pelean para la conservación y el mantenimiento, tanto aguas arriba como aguas abajo de los aliviadores, del arroyo Ludueña, por una cuestión de salubridad y medio ambiente general.