Enzo Roldán estaba en el banco, entró en el segundo tiempo y metió un zurdazo letal. La defensa aguantó bien y arriba hizo un poco menos que el rival, pero fue eficaz. Ganó más que tres puntos.
(Enviado especial a Santiago del Estero)
Se jugaba mucho Méndez con el equipo que armó y le salió bárbaro. Poco tiempo de trabajo para un cambio de esquema y para la aparición de jugadores con muy poco rodaje y experiencia. La idea del Gallego fue la de fortalecerse defensivamente con la línea de cinco, pero también contrarrestar los delanteros por adentro que puso Madelón. Luego, tres volantes bien cerraditos y la dupla Machuca-Domina arriba. Las subidas de Vera por derecha y la habilidad combinada con velocidad de Machuca, era lo más peligroso de Unión, pero sin llegadas a Ledesma.
La estrategia era que a la pelota la tengan Gastón Comas y Luna Diale. Poco de eso pasó en el primer tiempo. Parecía más profundo el equipo de Madelón, sobre todo cuando la pelota pasaba por los pies de Besozzi, que jugó bien abierto por izquierda, intentando ganarle las espaldas a Vera, aprovechando sus subidas, y dándole mucho trabajo a Calderón o a Paz, según al que encuentre cerrando a las espaldas del marcador de punta.
Era muy escaso el juego que generaba Unión y muy livianito y limitado lo que producía del medio hacia adelante. Recién a los 39 minutos se produjo la maniobra más clara, que fue un desborde de Vera y el centro al primer palo que no llegó a conectar por muy poco Domina, de escasa gravitación en esos primeros 45 minutos.
El 0 a 0 los definió, los calificó. El primer tiempo fue el claro síntoma de dos equipos con muchas limitaciones, que se dedicaron a cuidarse mutuamente, que no se dieron espacios, sin vuelo ni creatividad futbolística. Por momentos jugaron mal, a veces prestándose la pelota, cayendo en imprecisiones que no sólo afearon el partido, sino que le quitaron todo interés frente a los arcos porque las jugadas de peligro casi no existieron.
Unión trataba de asegurar la pelota tocando corto, pero la única sorpresa aparecía en los arranques de Machuca (a su estilo, a veces exagerando la individual y chocando con los centrales cuando lo hacía por el medio o metía la diagonal) o en algún desborde o aparición de Vera por la derecha. Enfrente, la peligrosidad de Besozzi, mayor presencia en el campo de Unión pero con poca profundidad.
Y Vera, el mejorcito de Unión, tuvo su gran chance en el comienzo del segundo tiempo. De lateral a lateral, Esquivel metió el cambio de frente para la entrada de Vera, que remató dos veces: la primera rebotó en el arquero y el rebote se fue desviado. Clarísima situación, la mejor de todas en el partido hasta ese momento.
Pero ya en el arranque se veía otra cosa, otro partido. Arriesgaban más, los espacios aparecieron y todo lo opaco, monótono y aburrido del primer tiempo se convirtió en atractivo y con matices de interés que habían faltado a la cita en el inicio.
El partido se hizo de ida y vuelta, a Unión le faltaba acertar en el último pase. Se demoraba mucho Luna Diale o la terminaba mal, Domina empezó a entrar más en juego, retrocediendo, mientras que Gastón Comas también se mostraba un poco más, pero el Gallego advirtió cansancio y por eso puso a Roldán antes del cuarto de hora y, a los pocos segundos, se fue uno de los mejores de Unión (Vera), acalambrado, obligando a la entrada de Gerometta. Y lo mismo pasó con Mauro Pittón, que tuvo que salir extenuado luego de haber corrido muchísimo durante la hora de juego que estuvo en la cancha.
¿Y Central Córdoba? Un par de remates de media distancia de Benítez que obligaron a revolcones de Mele para desviar la pelota al córner más un zapatazo de Gamba que pegó en el travesaño. Unión estaba concentrado atrás, donde el rendimiento del pibe Paz era más que satisfactorio, bien complementados por Calderón y Corvalán. En Unión era improductivo lo de Luna Diale y por eso no tenía socios Machuca, por lejos otra vez el más peligroso y encarador de los jugadores de Unión. Pero los cambios que introdujo Madelón le dieron resultado, porque su equipo pasó de la intrascendencia a generar situaciones claras para abrir el marcador.
El Gallego dejó mucho tiempo a un Domina cansado y lo puso a Marabel, pero sacó a un defensor Paz (de buen trabajo) para cambiar el esquema con Pajarito Juárez por derecha. Y fue él quien participó de la jugada más importante del partido. Enganchó el recién ingresado, tocó corto para Roldán y de zurda clavó un remate potente y cruzado que se clavó en el ángulo derecho.
El final fue lleno de tensión, apareció el “jugadores, la c… de su madre…” tan tradicional en tiempos malos y con hinchadas enojadas, que partía desde la barra de Central Córdoba mientras Mele seguía teniendo atajadas que al final fueron clave para sostener el cero en su arco. Gran triunfo de Unión, tranquilizador y en un momento necesario. Entre la reunión del jueves de todos los grupos políticos y esta victoria en Santiago, Unión por fin encontró un poco de paz y alegría. ¿Será un punto de quiebre?