Con el triunfo del viernes ante el bravo Defensa y Justicia, el canalla llegó a los 17 juegos consecutivos sin derrotas en el Gigante de Arroyito. De la mano de Miguel Ángel Russo, los rosarinos se ilusionan con pelear el campeonato y con entrar a las Copas del año que viene.
Este Rosario Central modelo 2023 es un portento en su cancha. El equipo dirigido por Miguel Ángel Russo, un entrenador que parece haber sido moldeado para el club rosarino, no para de cosechar puntos en el Gigante de Arroyito y a partir de su enorme campaña de local se ilusiona con pelear la Liga Profesional hasta el final y entrar a una de las dos principales copas internacionales del año que viene. El viernes por la noche tachó a Defensa y Justicia, un conjunto siempre complicado, que además había empezado ganando el partido. Russo recoge todo lo bueno que está generando su equipo y se anima a lanzar una frase que eleva el nivel de expectación de los hinchas: “Hay momentos donde tenemos que dar el paso, hacer un click”, lanza.
Los números de Rosario Central en su estadio son demoledores. En este campeonato consiguió el 85,19% de los puntos disputados en el Gigante y está invicto. Ganó siete partidos, empató dos y nunca se retiró perdedor ante su gente. Convirtió 17 goles y recibió 6. Acumula 15 juegos sin caer en su reducto del barrio de Arroyito. En definitiva, es el equipo de la Liga con mejores números en su casa, solo comparables con los de San Lorenzo y el puntero River un paso atrás.
El viernes por la noche, el canalla demostró que puede soñar con peleas grandes. Derrotó a un equipo duro, trabajado y sin presiones como Defensa y Justicia. Para agregarle más valor a la victoria, logró dar vuelta el resultado con los goles de Carlos Quintana e Ignacio Malcorra, dos jugadores que llegaron hace poco para aportarle experiencia al conjunto auriazul.
Un DT hecho a medida
Miguel Ángel Russo es el Rey Midas de Rosario Central: todo lo que toca lo convierte en oro. Es un DT que no necesita tiempo para acomodar las cosas en el club rosarino. Este quinto ciclo suyo en el canalla es una muestra cabal de esa muñeca prodigiosa del DT: arribó al cargo junto con la nueva dirigencia, tras el triunfo de Gonzalo Belloso en las elecciones, e inició los trabajos de pretemporadas después que todos, cuando la mayoría de los planteles ya llevaban al menos un par de semanas de preparación.
Además, se las arregló con los pibes del club y con un puñado de incorporaciones conseguidas con una billetera flaca. Piloteó la venta de Facundo Buonanotte, la última joya de la institución rosarina, que se fue a Inglaterra. Y ahora perdió por lesión a su mejor mediocampista de lucha, Walter Montoya, y a sus mejores juveniles, Alejo Véliz y Gino Infantino, que se fueron al Mundial Sub 20. Todo eso ni se notó gracias a la convicción del técnico y la capacidad de los futbolistas.
“Es bueno haberle ganado a un equipo importante como Defensa. No es fácil jugar con semejante ida y vuelta. Los chicos van creciendo y eso es importante”, analizó Russo después del triunfazo del viernes, en la lluviosa noche rosarina. “Estamos siendo competitivos a pesar de las ausencias, no podemos tener solamente once titulares y nada más. Es algo que hablamos con todos muchas veces”, agregó, destacando la predisposición de sus jugadores.
“Central no es dos equipos, uno en ataque y otro en defensa. Somos uno solo, con defectos y virtudes. En algún momento quedamos muy desbalanceados, el medio no se puede perder. Pero son errores que me gustan porque son producto de querer ganarlo”, analizó el entrenador canalla.
El próximo desafío para Central, también muy importante, será empezar con buen pie su participación en la Copa Argentina. En ese contexto, este miércoles a las 16 debutará ante Central Norte de Salta, en el estadio de San Nicolás: “Vamos a hablar poquito de este partido. Hay que cambiar el chip y enfocarnos en Copa Argentina. Tenemos que seguir aprendiendo, todavía nos faltan cosas”, arengó el DT.
Central ya llegó a los 30 puntos en este torneo; un piso que le otorga mucha tranquilidad en la tabla de los promedios y un colchón con firmes resortes para tomar impulso hacia otros objetivos. Si levanta un poco la puntería de visitante, el canalla se convertirá en un equipo al que nadie querrá tener enfrente en este certamen.