Entre los censos de 2001 y 2010, la población de esta localidad del departamento San Jerónimo había decrecido un 20%. Falta de oportunidades laborales sobre todo fue la causa principal de esta disminución. Ahora, con este proyecto, si bien puede crecer más todavía, hay gente que consiguió empleo mientras que Casalegno tiene entre sus manos un tesoro que todavía no tiene techo y se llama lúpulo, uno de los principales ingredientes de la cerveza.
Una idea es considerada “redonda” cuando todos sus elementos confluyen en el éxito. Eso parece haber logrado el proyecto que se elaboró en Casalegno, localidad ubicada en el centro sur del departamento San Jerónimo, ya que una producción en particular creció, tuvo derivados y beneficios económicos, fomentó la creación de una fiesta, generó empleó y frenó el desarraigo de habitantes. ¿A qué producción nos referimos? Al lúpulo, impensado que se pudiera plantar y cultivar en la provincia, sin embargo, en Casalegno lo lograron.
Según un informe de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación “el lúpulo (Humulus lupulus) es una planta perteneciente a la familia de las Cannabáceas, originaria de las zonas templadas del hemisferio norte. Crece a partir de un gajo o rizoma leñoso de manera apical, brota anualmente y tiene una vida productiva de 15 años. Una vez que finaliza su crecimiento vertical aparecen las ramas laterales, donde se desarrollan las flores”. “Las plantas hembras dan flores de forma cónica que, junto con el color del tallo y la composición química, difieren según cada varietal y son las que se producen con fines industriales. Históricamente fue cultivada en Europa como planta medicinal y a partir del siglo XV se difundió su uso para fabricar cervezas”. Además “la utilización de las flores del lúpulo en la elaboración de cerveza es indispensable ya que aporta características muy específicas debido a su composición química. En el interior de las flores se encuentran las glándulas de lupulina, una resina rica en componentes amargos, aromáticos y aceites esenciales”.
Casalegno está ubicada casi de manera equidistante con Santa Fe y Rosario, a unos 100 kilómetros de cada una, sobre la Ruta Provincial 10, al sur de Bernardo de Irigoyen, al norte de Estación Díaz y al oeste de Barrancas en el departamento San Jerónimo. La traza del pueblo se logró por la donación de tierras que hizo don José Casalegno, un piamontés residente en B. de Irigoyen, cosa que se concretó en 1908 a través del paso del FFCC Mitre y de la construcción de la respectiva estación, que estuvo a cargo de este visionario vecino.
El lúpulo, exclusivo de Casalegno
Mirador Provincial dialogó con Lorena Gennero, secretaria de Colonizadora Argentina Cooperativa Limitada y periodista agropecuaria. “El proyecto nació en 2020 antes de la pandemia, y casi por casualidad el síndico de la cooperativa, Fernando Müller, descubrió la plantación, entonces comenzaron los trámites para ver a quién pertenecía el lugar, ya que este dirigente conocía de qué eran las plantas por conocer el trabajo de Comarca Andina Paralelo 42. Le llamó la atención que estuvieran en la provincia. Dio con el dueño de las plantas que estaban en ensayo, Víctor Luraschi, quien por problemas de salud se fue a San Lorenzo y al poco tiempo falleció. Con su hijo Esteban se firmó un contrato de comodato para que la Cooperativa utilice el predio para seguir con los ensayos en pos de la adaptación de las plantas de lúpulo en Santa Fe para producción y comercialización. Luraschi fue uno de los primeros emprendedores cerveceros, y buscaba hacerlas sin Tacc”.
Más adelante, la comunicadora rural explicó que “a partir de la firma de este contrato, se logró mutua colaboración con la comuna a cargo de María del Luján Giménez, porque se iba a generar mano de obra, y del pago de los empleados, 7 y mujeres en su mayoría, se hacía cargo la comuna local. Más adelante se llegó a un acuerdo con la Cooperativa Bernardo de Irigoyen por una tierra ociosa. Todo sumó al proyecto, se logró ampliar la producción una hectárea más y junto a esto poder abrir una planta de cerveza artesanal en un boliche de campo, para seguir con los ensayos y diversificar la producción con cosmética e infusiones”.
Los avances siguieron
Con estos avances que se fueron dando a pesar del complicado panorama que generaba la pandemia, a través de un subsidio otorgado por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social Inaes, consiguieron algo más de 14 millones de pesos para instalar una cocina, una amasadora y un secadero para tratar el lúpulo y producir la cerveza artesanal, además de cosméticos como el shampoo y jabón sólidos, con apoyo desde Sunchales y con la idea todavía naciente de hacer infusiones comerciales con las hojas de lúpulo.
“Fue por eso que se fue avanzando –continuó Gennero- y en abril 2022 se hizo la cerveza 100% artesanal, en mayo de este año se realizó la primera Fiesta Santafesina del Lúpulo, hito histórico, primera vez que existe esta producción propia, ya no en ensayo sino para poder ampliar con la idea de diseminar el conocimiento hacia otras regiones santafesinas”.
Es tanto el avance que en Luis Palacios, cerca de Rosario, la cooperativa está instalando una bio-fábrica “que es para la vitro propagación in vitro de plantas, plantines y rizomas para lograr un gran volumen de plantas en un corto periodo de tiempo… básicamente sería clonación de
plantas”.
Mano de obra y arraigo
La profesional y dirigente cooperativista continuó muy entusiasmada con su relato: “Actualmente trabajan 7 personas en forma permanente, casi todas mujeres y ahora estamos en etapa de despegarnos del pago de parte de la comuna de esas horas, para pasar a que el grupo consolidado como parte de la cooperativa gane su propio dinero y pasen a ser los dueños del emprendimiento”.
Con la idea de difundir esta nueva actividad, se creó la Fiesta, la cual tuvo su primera edición el 13 de mayo. “La fiesta nace en este proceso con la gente de la cooperativa, la comuna y conmigo, para instalar la producción y difundirla en la provincia, ampliar el interés de las comunas, da mucha mano de obra local” y además “esto recién comienza y de acá en más año a año va a ir creciendo no solo en la localidad sino en toda la provincia la producción de lúpulo que es una utopía para cerveceros artesanales conseguirlo porque en su mayoría se importa y es caro, y además tenemos la llave para lograr mucho trabajo en toda la provincia y además abaratar costos a la industria”.
La fiesta del lúpulo
Esa fiesta tuvo la visita de las principales autoridades de la región como el Ministro Danilo Capitani, la Diputada Nacional María Victoria Tejeda y el Senador Dr. Leonardo Diana, no hubo elección de reina, al menos por ahora y se dejó oficialmente inaugurado el predio de producción y cultivo. Actuaron artistas locales y de la zona, con feria de artesanos del pueblo, shows, música, baile y una cena show final con baile. Además, por supuesto, se reconoció la labor de Víctor Luraschi, por lo que a su hijo se le entregó una declaratoria de ciudadano destacado.
Gennero reflexionó que “el objetivo de hace 43 años de parte de esta cooperativa es generar producciones alternativas que consigan arraigo en comunidades pequeñas, y que frenen y tuerzan el éxodo, algo que todos hacemos ad honorem” aclaró mientras con gran entusiasmo preparan ir a una capacitación en la Patagonia, en la Comarca Andina.
